El gasto en alimentos creció el 6,8% en 2000, hasta 9,4 billones

Los españoles gastaron en alimentos y bebidas el año pasado 9,4 billones de pesetas, un 6,8% más que en el ejercicio anterior. El incremento de gasto se debe, sobre todo, al aumento registrado en los precios (5,6%), ya que el consumo varió escasamente, con un alza de sólo el 1,2%.

Los patrones de gasto alimentario de los españoles en el año 2000 continuaron con los parámetros marcados en ejercicios anteriores, según los datos de cierre ofrecidos ayer por el subsecretario de Agricultura, Manuel Lamela. De los 9,4 billones de gasto total, 6,8 billones de pesetas correspondieron al consumo de las familias en el hogar, y 2,4 billones, al gasto de alimentos fuera del mismo, en hoteles, cafeterías y restaurantes, por lo que se mantiene el 25% de porcentaje de gasto en la hostelería de los dos años anteriores.

El consumo global de carnes y pescados aumentó 1,4% y 3,4%, respectivamente, en 2000, a pesar de que los precios también lo hicieron y en mayores proporciones (3,4% y 5%). Cada español se comió durante el año pasado una media de 66 kilos de carne y 32,5 kilos de pescado.

Pero fueron otros productos, como las frutas frescas (12%), la bollería (8,4%) y los platos preparados (4%), los que experimentaron un mayor incremento del consumo en los hogares, dando prueba a su vez del cambio en el modelo de alimentación que se está operando en la sociedad.

Destaca, sobre todo, el consumo de pizzas preparadas, con un incremento espectacular del 55% sobre 1999. Los derivados lácteos se incrementaron un 3%.

Entre los productos que tuvieron un descenso más acusado en los hogares, destacan las pastas no precocinadas (-20%), las legumbres (-13%), el agua mineral (-11,6%), las patatas (-8,6%) y el aceite de oliva (-7,5%).

En total, cada español gastó en alimentación y bebidas en su hogar una media de 169.747 pesetas (14.146 pesetas al mes), un 11% más que en 1999. De cada 100 pesetas gastadas, 24,1 pesetas fueron consumidas en carne; 13,7 pesetas en pescado, 12,1 pesetas en leche, 9,9 pesetas en patatas y hortalizas, 9,5 pesetas en frutas frescas y 9 pesetas en pan.

Lamela destacó, por un lado, el fuerte incremento del consumo de frutas y hortalizas, y por otro lado, la "recuperación paulatina" del consumo de carne de vacuno, afectado por la detección de la encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas.

Desde la detección del primer caso de la enfermedad en España, el 20 de noviembre de 2000, y hasta marzo de este año, el consumo de carne de vacuno ha descendido de media un 25%. En enero, esta tasa alcanzó el 37% sobre el mismo mes del pasado ejercicio, nivel que ha ido rebajándose en febrero y marzo.

Lamela confía en que las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno para evitar su contagio convenzan al consumidor de que la carne de vacuno cumple con todas las normas de seguridad vigentes, y, por tanto, ésta puede ser consumida "igual que antes" de la detección de la enfermedad.

 

Se multiplica por seis el consumo de avestruz

El miedo del ciudadano a consumir productos afectados con el mal de las vacas locas ha pasado factura al consumo de vacuno que, a pesar de todo, se ha incrementado un 2% si se toma el año 2000 en su conjunto. Por otro lado, la enfermedad importada desde las islas Británicas ha alentado el consumo de otros productos alternativos al vacuno.

El consumo de ovino y de caprino subió un 12%; el de pollo, un 4,4%, y el de cerdo, un 3,3%. Otras carnes (pavo, codorniz, perdiz, avestruz, caballo y canguro) tuvieron un incremento conjunto del 34%. Entre ellas, la que más destaca es la carne de avestruz, con un incremento espectacular del 618%. Bien es verdad que, en este caso, se parte de un consumo muy inferior a los 299,9 millones de kilos de carne de vacuno consumidos el pasado año en España, a una media de 7,51 kilos per cápita. El pollo fue, nuevamente, el rey de la mesa, con un consumo de 557,2 millones de kilos, seguido del cerdo (437 millones de kilos). Entre pescados y mariscos se consumieron otros 979 millones de kilos.