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MEDIO AMBIENTE

Sindicatos y ecologistas ven desleal la competencia sin el pacto de Kioto

La retirada de Estados Unidos del Protocolo de Kioto, sobre la reducción de las emisiones de gases contaminantes, pone en situación de ventaja a las empresas estadounidenses con respecto a las del resto de países a la hora de competir.

Sindicatos y ecologistas urgen a los Gobiernos a tomar medidas de forma unilateral para hacer efectivo el control de emisiones mediante compensaciones fiscales a las empresas y aislar a Estados Unidos para obligarle a cambiar su decisión.

La negativa del presidente de Estados Unidos, George Bush, de asumir el Protocolo de Kioto ha dejado un panorama desolador en la lucha para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Pero, además, "esta decisión favorecerá a las empresas de Estados Unidos al no estar obligadas a cumplir el compromiso de Estados que persigue el control de las emisiones de CO2 y otras sustancias contaminantes, recogido en el Convenio de Cambio Climático", explica José Luis García, responsable de la campaña de cambio climático de Green-peace en España.

Para el conjunto de los países desarrollados, el Protocolo obliga a rebajar los gases un 5,2% para el periodo 2008-2012. La retirada de Estados Unidos favorecerá acuerdos voluntarios con las compañías, lo que supondrá mínimos niveles de control de la contaminación e incluso su incumplimiento en momentos de crisis, bajada de interés, afirma García. En opinión de Diego Cano, director de servicios de estudio de la CEOE, "la empresa que no tiene presión en el cumplimiento del compromiso será más competitiva en términos de precios a corto plazo".

Sin embargo, y aunque parezca que las compañías estadounidenses cojan la delantera en materia económica con esta "peligrosa medida", comenta Joaquín Nieto, secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de CC OO, "no estarán preparadas para afrontar la gestión energética futura". Uno de los puntos débiles de la política de EE UU, añade, "es el energético. El fomento de producción y aumento de yacimientos petrolíferos hará que sus empresas sean menos efectivas en materia de gestión y reducción de gases contaminantes".

Sólo en Estados Unidos se consumieron en 1999 cerca de 1.000 millones de toneladas de productos petrolíferos, frente a los 630 millones de toneladas consumidos en Europa. En países como Reino Unido y Alemania, " se están llevando a cabo serias políticas medioambientales de forma unilateral para cumplir con el compromiso mundial de controlar el cambio climático".

Tanto CC OO como Green-peace urgen a los Gobiernos sistemas de gestión que persigan la adecuación de energías renovables y el establecimiento de una nueva estrategia de regulación del clima que recoja medidas fiscales y que compense económicamente el control de gases de efecto invernadero. "Sólo en este caso, la reducción de gases dejará de repercutir de forma negativa en la economía", explica Nieto. Mientras tanto, una delegación del UE intenta persuadir a la Administración de Bush para que rectifique su negativa de asumir el Protocolo de Kioto. Los sindicatos de varios países que se reunirán la semana que viene propondrán a los Gobiernos aislar a EE UU para que cambie esta "errónea decisión".

En el caso español la situación es bastante pesimista, según Greenpeace. "Aunque el Gobierno critique la decisión de Estados Unidos en abandonar el Protocolo no está llevando a cabo ninguna medida que controle la emisión de gases que ya se sitúa en torno al 30%, un 15% por encima de lo permitido en el Protocolo para 2008-2012".

 

Las empresas deben registrar su nivel de contaminación

El Ministerio de Medio Ambiente, conforme a la Directiva europea sobre prevención y control de la contaminación, ha iniciado la elaboración de un inventario con los datos de las emisiones procedentes de las empresas españolas, en base a 50 sustancias contaminantes del agua y la atmósfera.

Con este registro, que deberá llevarse a cabo en el plazo de 12 meses, el ciudadano podrá conocer los umbrales de emisiones de CO2, N02 u otros componentes contaminantes. El primer informe, que contará con la colaboración técnica de la Fundación Entorno TGI e Inimia, debe ser enviado a la Comisión Europea en el mes de junio de 2003 con el objeto de establecer un Registro Europeo de Emisiones (EPER).

Uno de los primeros registros fue establecido en Holanda en 1974. Se diseñó como una herramienta de medición y control de los objetivos marcados por el Plan Nacional de Política Medioambiental. El objetivo fue recopilar y diagnosticar todas las emisiones al aire, agua y suelo, analizar los datos, según el tipo de contaminación, valorar la efectividad de la política ambiental, evaluar las tendencias y proveer información a organismos nacionales, internacionales y al público en general. Uno de los más recientes ha sido el mexicano. En él se incluye las recomendaciones recogidas en la Agencia 21 en relación a sustancias químicas. La Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca de ese país decidió desarrollar este registro dentro del Plan Nacional de Protección Ambiental 1995-2000. En el proceso español se incluirá la definición del sistema, la recogida de datos y su difusión a través de Internet (www.eper-es.com).

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