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POLÍTICA

El PSE propone un vuelco educativo en el País Vasco para combatir a ETA

La acción totalitaria de ETA se ha extendido "peligrosamente" en el sector de la enseñanza vasca, diagnóstico que lleva a los socialistas a ofrecer en su programa electoral un vuelco en el sistema educativo de esta comunidad que evite que el 9% de la juventud vasca siga justificando la violencia.

Los grupos que apoyan a ETA ejercen, según el Partido Socialista de Euskadi, una presión constante sobre los estudiantes vascos, lo que provoca su desmoralización y favorece la inhibición social y su falta de compromiso político. Desde esta situación, afirma el PSE en su programa electoral, no caben ya las condenas después de cada atentado.

Es necesario ir más allá, asegura el PSE, en el compromiso institucional, por lo que las autoridades educativas tienen la obligación de hacer valer todo su relevancia para implicarse de forma activa "en las bases mismas de la educación de las próximas generaciones cuando éstas se encuentran gravemente cuestionadas".

En primer lugar, el PSE promete la creación del Instituto Democrático Vasco como órgano de reflexión permanente destinado a aportar un trabajo intelectual y a encauzar el compromiso de los pensadores en la lucha contra ETA.

El PSE plantea también el establecimiento de una dirección general de derechos humanos en el departamento de Educación que coordine en todos los centros de enseñanza política dirigidas a evitar que "niños y adolescentes, generación tras generación", se eduquen en el "odio y en la subcultura de la violencia totalitaria" que quiere imponer el entorno etarra.

El programa socialista incorpora, asimismo, la figura de los educadores de zona y se compromete a promover un movimiento estudiantil contra el terrorismo y sus presupuestos ideológicos.

Según el PSE, desde la escuela pública, se debe realizar una "reflexión ética y política" después de cada atentado, iniciativa que se hará constar a través de una circular que se enviará a los centros al comienzo de cada curso. Los socialistas quieren establecer también dentro del sistema educativo una especie de Día por la Libertad, desde una realidad en la que el 63,5% de los jóvenes encuestados reconoce no sentirse libre para hablar de política.

 

Oferta de consenso para un bilingüismo integrador

El programa socialista expone un balance negativo sobre la política lingüística desarrollada durante los últimos seis años por el nacionalismo vasco, al que culpa de haber roto el consenso que se alcanzó en su día sobre el particular cuando el departamento de Educación estaba dirigido por Fernando Buesa, dirigente del PSE asesinado por ETA.

El programa hace constar que en la gestión diaria del modelo educativo no se garantiza por parte de los nacionalistas el cumplimiento de las horas obligatorias de castellano en los centros escolares. Desde esta perspectiva, el PSE apuesta por un "bilingüismo integrador" que tome como referencia la Constitución, el Estatuto autonómico y la Ley de Normalización del Uso del Euskera.

Los socialistas reconocen que su participación en los sucesivos Gobiernos nacionalistas hasta el año 1998 no supuso por parte de éstos el abandono de comportamientos culturales excluyentes, a partir de la división entre "vascos de verdad y de mentira".

"La afirmación de que para ser vasco es preciso ser nacionalista es aberrante y es desestabilizador que la lengua prime sobre cualquier otra consideración profesional", añade el programa, hasta el punto de condicionar "demasiadas veces y de manera determinante el derecho legítimo a un empleo".

A juicio de los dirigentes del PSE, las reivindicaciones lingüísticas de los nacionalistas "están yendo tan lejos que su dialéctica vulnera la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley".

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