La actividad industrial en Estados Unidos cae al nivel más bajo desde marzo de 1982
El goteo de datos de Estados Unidos sigue mostrando señales contradictorias sobre la evolución de la primera economía del mundo. Mientras la encuesta empresarial de Chicago mostraba una nueva caída de la actividad en la industria, el optimismo de los consumidores ofreció ayer perspectivas positivas para los mercados.
El barómetro de actividad empresarial cayó más de ocho puntos en marzo hasta los 35 puntos, el nivel más bajo desde marzo de 1982, según los datos de la Asociación Nacional de Gestores de Compras (NAPM, en sus siglas en inglés).
Este indicador apunta que, por debajo de los 50 puntos, el sector sufre una contracción de la actividad y los datos de marzo suponen un empeoramiento de las expectativas de futuro del sector industrial.
"El hecho es que la industria está en recesión y no hay señales de cambio" para los próximos meses, indicó a Reuters Hugh Johnson, de First Albany.
Sin embargo, el pesimismo mostrado meses atrás por los consumidores estadounidenses puede haber tocado ya fondo. Después de tres fuertes caídas consecutivas, el índice del sentimiento de los consumidores de la Universidad de Michigan subió al 91,5 en marzo desde el 90,6 de febrero.
Estos datos superaron con creces las expectativas de los mercados, que esperaban que las caídas de las Bolsas y los despidos anunciados por muchas grandes compañías hubieran erosionado la confianza de los consumidores, hasta situar el índice en 90,2.
"El consumidor reconoce que no estamos en recesión. De ahí la mejora en los índices de confianza. El crecimiento del empleo se ha reducido, aunque también lo han hecho los tipos de interés. Y bajos tipos de interés hacen que el consumidor se sienta mejor", asegura Stan Shipley, economista de Merrill Lynch en Nueva York.
De hecho, el gasto de los consumidores (que representa dos tercios del PIB) volvió a subir en febrero, un 0,3%, aunque a menor ritmo que el mes anterior, cuando creció el 1%.
Asimismo, el Departamento de Comercio indicó que la renta personal de los estadounidenses registró en febrero, y por cuarto mes consecutivo, un aumento del 0,4%, frente al 0,5% de enero.
La tasa de ahorro, que mide la cantidad de ingresos disponibles tras los gastos, se mantuvo a niveles mínimos récord del -1,3%. Eso supone que por cada 100 dólares de ingresos después de impuestos, los estadounidenses gastan 101,3 dólares.
El escenario que dibujan estos datos indican que es demasiado pronto para dar por cerrado el proceso de ajuste, aseguran desde Beta Capital.
David Orr, del First Union Bank, considera que el mantenimiento del gasto hasta ahora es una señal saludable y calculó que la economía estará creciendo ahora al 1,25%. El consenso entre los analistas está en el 0,75%.
No obstante, Orr advirtió que el consumo podría sufrir un debilitamiento en los próximos meses, cuando los menores beneficios empresariales afecten más directamente a los consumidores, en forma de mayor pérdida de beneficios empresariales y ajustes de plantilla.