Fraude millonario en la reparación de electrodomésticos
Las empresas fabricantes de electrodomésticos han denunciado ante los Gobiernos autónomos y ante TPI un presunto fraude de empresas sin nombre que, usando ilegalmente (a su juicio) los servicios de las guías telefónicas, consiguen captar el grueso de los avisos de averías de todo tipo de aparatos del hogar, que después revenden sin garantías. La patronal del sector denuncia prácticas contra los derechos del consumidor por un importe que supera los 100.000 millones que, además, usurpa y perjudica el nombre de los fabricantes.
Las firmas de aparatos del hogar, tanto de línea marrón como de línea blanca, a través de su patronal Aniel, han decidido enfrentarse a un presunto fraude que afecta a los servicios de reparación de averías de los electrodomésticos que fabrican y que, aseguran, les causa perjuicios económicos superiores a los 50.000 millones de pesetas y un descrédito grave a sus marcas. Entre las afectadas, se encuentran firmas como Panasonic, Corberó, Balay, Philips, Cointra, Sony, Siemens, Thomson o JVC.
El presunto fraude se realiza por medio de un uso, ilícito desde su punto de vista, de los servicios que se prestan desde las guías telefónicas, tanto en soporte de papel, como electrónico o hablado. Siempre según la versión de Aniel y de sus asociados, el presunto fraude es cometido por una empresa o un grupo de compañías con o sin relación entre ellas, cuya razón social es prácticamente imposible de descubrir.
En primer lugar, los presuntos defraudadores constituyen sociedades cuya denominación empresarial se compone, en la mayoría de los casos, por la letra A seguida de una cifra. Además fijan su domicilio en la calle de la Abada, en Madrid, o en la calle Abadessa Olzet, de Barcelona.
Con ambas medidas consiguen que el nombre de empresa que han elegido sea, por necesidad, el primero del alfabeto y, de la misma manera, también sea la primera del alfabeto la calle en la que han situado el domicilio social.
Posteriormente gastan sumas importantísimas con el objetivo de insertar gran cantidad de anuncios en las principales guías telefónicas de todas y cada una de las poblaciones significativas de España. Estos anuncios se colocan estratégicamente en aquellas páginas en las que, por orden alfabético o en función de su actividad, aparecen los nombres y los servicios de reparación oficial de los principales fabricantes de electrodomésticos.
Primeros de la lista
Una vez cumplidos estos preparativos logísticos, consiguen que cuando un usuario en cualquier punto del país al que se le ha estropeado un electrodoméstico se pone en contacto con un servicio de guías telefónicas o con un servicio de información telefónica, siempre aparezca en primer lugar, o al menos en un lugar destacado de la página, el nombre y el teléfono de esta o estas empresas. Por este sistema, según Aniel y sus asociados, las compañías, que denominan "fantasmas", han logrado hacerse con más de un 80% de los avisos de averías de cualquier clase de electrodomésticos y aparatos del hogar que se producen en todo el territorio español.
Los afectados explican que, hasta aquí, esta práctica podría ser considerada legal. Sin embargo, en este punto no acaba todo.
Afirman que las empresas "fantasmas" no son en realidad servicios de reparación, sino simples centros de recepción de llamadas telefónicas. Una vez que estos centros consiguen, por las vías citadas, acaparar avisos de averías de aparatos, los venden por cantidades en torno a las 5.000 pesetas por aviso a talleres o profesionales que, en realidad, son los que se ocupan de reparar la avería.
Además, los perjudicados denuncian que el contenido de los anuncios que las empresas "fantasmas" insertan en las guías telefónicas "es ilícito y tiene como fin engañar al consumidor", ya que en ellos no aparece el nombre de la compañía, sino que "se usurpa la denominación social y la marca de los fabricantes de los aparatos electrodomésticos". En ningún caso queda patente qué establecimientos son considerados por los fabricantes como "talleres de reparación oficiales" o "autorizados", y cuáles no.
Reparaciones deficientes
Aniel denuncia que con estas prácticas se perjudica gravemente el buen nombre de las firmas afectadas, ya que las reparaciones que se efectúan a través de las "empresas piratas no ofrecen al usuario las menores garantías de fiabilidad, máxime en un momento en que los aparatos utilizados en el hogar han alcanzado una sofisticación en sus componentes que requieren de personal de reparación altamente especializado".
Aniel no se atreve a cuantificar la magnitud económica del presunto fraude, pero considera que las cantidades son "elevadísimas". Una compañía afectada que prefirió permanecer en el anonimato estimó que los perjuicios anuales para las empresas de línea marrón pueden superar los 50.000 millones de pesetas, y los de línea blanca, "todavía cantidades más elevadas".
Aniel y sus asociados se han puesto en contacto con la dirección de la filial de Telefónica, TPI, propietaria de Páginas Blancas y Amarillas, en sus versiones papel, electrónica y hablada, para exigirle que controle los abusos que estas empresas realizan con la inserción de sus anuncios en estas guías.
Asimismo solicitan especial atención para que la filial de Telefónica no les permita "piratear" los logotipos de las marcas, y quede patente qué sociedades anunciadas son "servicios oficiales, y cuáles de ellas, no".
Cientos de talleres de reparación con sede en la calle Abada
Para cualquier usuario de servicios de guías e información telefónica es sencillo comprobar que más de la mitad de los talleres de reparación de aparatos electrodomésticos y del hogar que se anuncian en ellas están situados en calles cuyas primeras letras comienzan por las primeras del alfabeto, A y B.
En las guías telefónicas de Madrid, pero también en las de buena parte de las de otras grandes ciudades del país (con exclusión de Barcelona), al lado de los servicios de reparaciones de marcas como JVC, Thompson, Siemens, Sony, Cointra, Philips, Balay, Sony o Panasonic, aparecen referencias a unos talleres que invariablemente tienen su sede social en la calle de la Abada.
Estos talleres, en su mayoría, se sitúan en el número 2. Existen también referencias de localización de estos establecimientos que resultan muy chocantes, ya que los localizan en la calle Abada, sin número, o en el número cero de esta vía tan singular.
Incluso en algunos casos se ofrece como dirección de algún taller una "calle A, sin número"... Tan sin número, que no existe tal calle A en el callejero de Madrid.
Viviendas y comercio
En una visita a la calle de la Abada de Madrid se puede comprobar que se trata de una vía céntrica, con apenas 10 números, de los que sólo tres corresponden a portales de viviendas, y el resto, a comercios, entre los que se incluye una de las tiendas de una importantísima firma de grandes almacenes.
En el número 2 de la calle Abada, donde deberían agolparse los talleres, ho hay na-da, sólo una casa de pisos, un taller de reparación de relojes y una cestería.
Fuentes de TPI han asegurado a este diario que para la filial de Telefónica es absolutamente imposible verificar los datos de los miles de empresas que se anuncian en sus servicios. Señalan que en las Páginas Amarillas han hecho ya un esfuerzo para evitar esta picaresca dando prioridad en cada página a aquellos que paguen los anuncios más grandes.