Bruselas se prepara para una posible vacunación de emergencia
La Comisión Europea está preparando la infraestructura necesaria para afrontar un escenario de crisis en el continente provocado por la fiebre aftosa. Ha designado tres bancos de antígenos (Brescia, Lyon y Pirbright en Italia, Francia y Reino Unido) donde se conservan las cepas que procurarán las dosis de vacuna. La actual postura contraria de la Comisión a la vacunación puede ser modificada de detectarse la fiebre aftosa en un tercer país comunitario.
Las cepas enumeradas deberán conservarse en una cantidad suficiente, que en cualquier caso, tendrá que ser, como mínimo, de dos millones de dosis de cada subtipo para permitir la realización de una vacunación de emergencia habida cuenta de los riesgos estimados que los distintos subtipos entrañan para la cabaña comunitaria".
El párrafo pertenece a la decisión de la Comisión que "establece las reservas comunitarias respecto de la vacuna contra la fiebre aftosa" y actualiza otra decisión de 2000 "en lo relativo a distribución entre los bancos de antígenos". Los considerandos del documento, elaborado por el Comité Veterinario Permanente, estiman que "ante la situación epidemiológica y habida cuenta del asesoramiento recibido por parte del Laboratorio Mundial de Referencia de Fiebre Aftosa, con sede en Pirbright. (...) La Comunidad ha efectuado compras de subtipos y cantidades de antígenos del virus de la fiebre aftosa".
También ha designado tres laboratorios que funcionarán como base de antígenos ante la eventualidad de tener que aplicar la vacuna masivamente. Estos centros, distribuidos por la Comunidad estarán situados en Brescia (Italia), en Lyon (Francia) y en Pirbright (Reino Unido).
La postura actual de la Comisión Europea es contraria a la vacunación masiva de la cabaña ganadera comunitaria, en tanto que la vacunación supone un reconocimiento expreso de que se posee la enfermedad (según los expertos, un animal vacunado posee los mismos anticuerpos que un animal enfermo). El comercio internacional estipula que, al menos durante dos años, siempre en función de la evolución del control de la enfermedad, las fronteras permanecerán cerradas para las cabañas con glosopeda.
Actuación global
Además, la vacunación masiva implica, en aras de la eficacia, una actuación sobre todas las especies ganaderas. "Habría que inocular incluso a los animales de los parques zoológicos", sostiene el rector de la Facultad de Veterinaria de Madrid, Manuel Rodríguez.
Sin embargo, ante la eventualidad de castigar más a los ganaderos con sacrificios masivos o de no poder controlar focos profundos como el que se ha suscitado en el Reino Unido (240 focos infecciosos, un sacrificio de más de 205.000 animales, una previsión de eliminar otros 200.000 en los próximos días y una incidencia de la enfermedad de casi 10 casos diarios), el Comité Permanente Veterinario podría modificar la estrategia.
En Bruselas corre el rumor de que este organismo podría decidir la aplicación de la vacuna en caso de que un tercer país (Francia ha recibido ya el virus de Inglaterra, como demuestra el foco detectado el pasado 13 de marzo en la región de Mayenne) se incorporara a la relación de afectados.
La glosopeda fue enfermedad endémica en España
La glosopeda o fiebre aftosa, enfermedad epizoótica de los ganados caracterizada por el desarrollo de vesículas en la boca y entre las pezuñas, fue endémica en España "desde la época de los romanos", indica un ex alto cargo público.
Se declaró oficialmente erradicada el 29 de diciembre de 1990, aunque todavía en esa época existía en otros países de la Unión Europea, pues Bruselas suspendió la vacunación el 31 de diciembre de 1991, un año después que España.
En nuestro país, el último brote significativo se produjo entre 1982 y 1983. Los focos se fueron controlando a base de vacunación masiva.
Esteban Rodríguez, de laboratorios CZV explica que, "en aquella época, los laboratorios suministrábamos millones de dosis de vacunas. Un año normal podría suponer que nosotros solos pusiéramos en el mercado 14 millones de dosis. Era preciso vacunar a todos los animales susceptibles de contraer la fiebre aftosa".
Precisamente esta experiencia es la que hace manifestarse a este experto a favor de la vacunación, al menos en zonas que ya sufren la glosopeda. "No creo que se deba vacunar donde no haya casos, pero en zonas como Inglaterra como no se plantee la vacuna, vamos a tener graves problemas. Porque como esta enfermedad no se corte pronto en Inglaterra la tendremos para toda la vida", concluye.
Sin embargo, también son muchas las voces que prefieren esperar hasta tomar la decisión de vacunar.
Los productores, divididos sobre la vacuna por su elevado coste
El mercado exterior español de animales vivos, canales y derivados cárnicos generados por las especies susceptibles de contraer la fiebre aftosa se aproxima a los 200.000 millones de pesetas.
Además, los productos elaborados como jamones o embutidos acaban de conquistar, tras años de inversión y esfuerzos, los mercados más suculentos, Japón y Estados Unidos, principalmente. Pues bien, según los productores todo eso puede irse al traste si Bruselas aprueba una vacuna masiva tendente a erradicar la glosopeda. Habría que estar dos años sin vender en la diáspora y, posteriormente, iniciar un ciclo de reactivación de la confianza de los consumidores.
Sin embargo, otro grupo de implicados estima que el sector ganadero ya no aguanta ni un sólo sacrificio más y que las actuales medidas, como se está comprobando, no son todo lo eficaces que se desea.
Hay un tercer aspecto que parece que no ha sido considerado por quienes defienden el sacrifico a ultranza. ¿Qué ocurriría si se detectaran varios focos, por ejemplo, en la cabaña de porcino ibérico? ¿Se sacrificaría a toda la especie? ¿Cuántos años tardaría en volver a normalizarse el sector? "Veríamos cerdos ibéricos sólo en el zoológico", dicen los productores.
Estas son las visones, el Ministerio de Agricultura se manifiesta no partidario. "De momento no se dan las condiciones, además se truncaría la exportación. En todo caso, se podría estudiar una vacunación en anillo". Coinciden con Agricultura los comercializadores de porcino. "Esperamos acontecimientos porque, a día de hoy, la vacuna no es la mejor opción. La sensibilidad de los mercados internacionales es tan grande que cualquier medida en este sentido puede destruir lo que hemos creado en esos países", sostiene Alberto Herranz, de la Asociación Nacional de Comerciantes de Ganado Procino -Ancoporc-. Una posición intermedia es adoptada por Felipe Macías, gerente del Consorcio de Exportación del Jamón Serrano.
Reconoce el daño a las exportaciones, pero alude al "principio de regionalización que aísla solamente a una zona y el resto del país puede desarrollar normalmente las exportaciones, pero ocurre que este principio de regionalización es aceptado casi solamente por la Comunidad Europea y por Estados Unidos. Otros muchos países cerrarían las fronteras irremisiblemente".
A favor de la vacunación está la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG). Su responsable de ganadería, Andoni García, dice que "aunque hasta el martes no tomaremos una decisión definitiva, vamos a posicionarnos a favor de la vacunación porque ahora mismo el sector no puede afrontar de ninguna manera otro sacrifico masivo de animales. A las ganaderías familiares les supone más perjuicio el sacrificio que beneficio la exportación".
A favor se sitúa también el presidente en funciones del Consejo General del Colegio de Veterinarios de España, Antonio Borregón, quien sostiene que "no podemos erradicar las epizootías a base de sacrificar animales porque llegará un momento en que no habrá más dinero para subvencionar los sacrificios".
El decano de la Facultad de Veterinaria de Madrid, Manuel Rodríguez, dice que "solamente si se suscitara un verdadero desastre por el gran número de focos se debería recurrir a la vacuna".
Hay que tener en cuenta que el problema no es sólo el cierre de fronteras. Hay que estar vacunando continuamente, cada seis meses y los brotes reaparecen, por lo que no es garantía de solución.