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COMUNIDAD VALENCIANA

Dos grupos se disputan un proyecto inmobiliario de 250.000 millones

Lladró, Ballester, los Serratosa Caturla y Porcelanosa son algunos de los socios de los dos grupos que pugnan en Burriana (Castellón) por un proyecto de urbanización de 2,6 millones de metros cuadrados en primera línea de playa. Un campo de golf, varios hoteles y 5.000 viviendas componen un plan en el que la inversión final rondará 250.000 millones de pesetas (1.503 millones de euros). El Ayuntamiento quiere que pacten.

Dos grupos formados por los grandes promotores urbanísticos valencianos se disputan uno de los mayores planes de actuación de los últimos años tanto en tamaño como en inversión. Se trata del plan de Sant Gregori, en Burriana, uno de los pocos tramos de costa sin urbanizar que quedan en los 65 kilómetros que separan las ciudades de Castellón y Valencia.

Urbanizadora Vistamar, formada por la constructora castellonense GyC (40%), el grupo Ballester (40%) y Lubasa (20%), presentó en noviembre pasado un primer proyecto cuyo coste, sólo en urbanización, rondará 15.000 millones de pesetas (90,15 millones de euros).

El plan incluye un campo de golf de 18 hoyos, 5.500 viviendas en cons-trucciones de baja altura, dos hoteles de alta categoría con un total de 700 camas y un centro para deportistas de elite. El coste final rondará 250.000 millones.

Los terrenos, mayoritariamente explotaciones citrícolas, pertenecen a unos 650 propietarios y Urbanizadora Vistamar se presentó como agente urbanizador. Esto quiere decir que, una vez concluida la urbanización, se habrá convertido en uno de los mayores propietarios de solares de la zona y sus socios participarán en la construcción de viviendas, hoteles y el campo de golf.

Al plan de este grupo se presentó en enero pasado una alternativa encabezada por Medi, sociedad de urbanistas y arquitectos que cuenta con el apoyo de cinco importantes compañías: Lladró, Urbanite -perteneciente a la familia Serratosa Caturla-, Vallehermoso, Colani -vinculada a Porcelanosa- y Murcia Puchades, con un sexto de participación cada uno. El plan de Medi es algo inferior en superficie y prevé más viviendas -6.500-, tres hoteles, una zona comercial y de ocio y un campo de golf. El alcalde de Burriana, Alfonso Ferrada, ha instado a ambos grupos a negociar una fusión en lugar de ser el Ayuntamiento el que adjudique el plan a uno de ellos, tal como dice la ley.

Así se ha hecho, pero las po-siciones están muy alejadas, según declaran fuentes de los dos grupos. GyC quiere que se haga su proyecto y ofrece a Medi el 15%, pero este consorcio exige el 50%. Mientras, ambos se han lanzado a la compra de terrenos con escaso éxito, ya que los propietarios prefieren esperar a que se urbanicen. La adjudicación está prevista para antes del verano y las obras comenzarían justo después.

 

Pugna por un parque empresarial

El grupo Medi y GyC sostienen otra dura pugna en Burriana por la urbanización de un parque empresarial que ha quedado en un segundo plano ante la importancia del sector de Sant Gregori. Sin embargo se trata también de uno de los proyectos terciarios más importantes de la Comunidad Valenciana. Más de un millón de metros cuadrados y unos 5.000 millones (30 millones de euros) de inversión en urbanización -está prevista, además, la construcción de un palacio de congresos-, despertaron el interés de los profesionales de Medi.

GyC presentó una alternativa técnica y se produjo un cruce de ofertas económicas que deberá resolver el Ayuntamiento. El consistorio también quiere un pacto entre los aspirantes a urbanizar este polígono, pero en este caso las posibilidades parecen aún más remotas. Según la ley valenciana, cualquier promotor puede presentar un plan de urbanización a un ayuntamiento, aunque no sea dueño del suelo. Suele ocurrir que se presenten ofertas alternativas, en cuyo caso el consistorio debe elegir una de ellas.

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