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MEDIO AMBIENTE

BMW presenta en Bruselas sus automóviles de hidrógeno

BMW ha apostado por el hidrógeno como combustible ecológico y la semana pasada buscó en Bruselas el respaldo comunitario a su "revolucionaria propuesta tecnológica". La comisaria europea de Transporte, Loyola de Palacio, constató por sí misma la viabilidad del proyecto, pero los directivos de la empresa alemana no consiguieron, de momento, ningún compromiso presupuestario por parte de la Comisión Europea.

El depósito de los BMW 750 hL mantiene el combustible a 254 grados bajo cero. Sólo a esa temperatura resulta operativo el hidrógeno, la respuesta, se-gún el presidente de la empresa alemana, Joachim Milberg, al reto más importante del sector automovilístico: mantenerse en marcha sin necesidad de energías contaminantes.

La semana pasada se paseaban a las puertas de la Comisión Europea los 15 prototipos del modelo ecológico de BMW, el 750 hL. Habían recorrrido ya, desde su presentación en mayo pasado, "más de 100.000 kilómetros funcionando sin interrupción", como explicaría a la comisaria De Palacio, el director de Ciencia de BMW, Detlef Frank.

"Queremos trasladar esta idea a nivel europeo, para lo cual necesitamos el apoyo de la Unión Europea", enfatizó el mismo Detlef. Y BMW pide algo más que una señal política de apoyo.

Para la empresa alemana, el Sexto Programa Marco de Investigación de la UE, cuyo presupuesto se ha dotado recientemente con tres billones de pesetas para el periodo 2002-2006, "debe centrar la aten-ción en la generación de hidrógeno a partir de fuentes renovables y en una adecuada tecnología de almacenamiento".

Milberg pedía, además, que "en la fase de lanzamiento la utilización del hidrógeno como combustible esté exenta de impuestos". Los datos presentados por Milberg indican que bastaría el 1% del impuesto ecológico que grava la energía en Alemania para transformar 100 gasolineras convencionales en distribuidoras de hidrógeno.

Del esfuerzo necesario, sirve de muestra que en toda Europa sólo existe una estación de servicio, en el aeropuerto de Múnich, adaptada al nuevo combustible. Como en el depósito del 750 hL, las instalaciones deben mantener el hidrógeno a 254 grados bajo cero. Aún así, BMW considera que la propulsión a hidrógeno podrá generalizarse entre los vehículos de empresa en menos de 10 años, y en 2025 este tipo de automóviles se comercializará entre el gran público.

Para conseguirlo, el proyecto de BMW incluye un planteamiento vertical: British Petroleum participa desde el sector de distribución, mientras que la empresa certificadora Tæoelig;V atestigua la seguridad de las instalaciones.

La comisaria De Palacio admite que "gracias al hidrógeno, el sector del transporte puede crear un nuevo mercado de energías renovables". Pero condiciona la ayuda comunitaria a que el hidrógeno no proceda, como ocurre en la actualidad, de restos fósiles. BMW ya cuenta, en este sentido, con el apoyo de Dubai, el mayor productor de petróleo. El Emirato financia con 46.000 millones de dólares un programa de investigación sobre obtención de hidrógeno a partir de la energía solar.

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