Iberia despeja la OPV, pero cede a las exigencias de los pilotos
Los pilotos de Iberia decidieron ayer desconvocar la huelga de celo que estaban desarrollando tras conseguir de la empresa una serie de contrapartidas económicas y después de que la SEPI, el accionista de control de la aerolínea, amenazara a este colectivo con la suspensión de la OPV y con medidas disciplinarias. Iberia ha ofrecido a los pilotos participar en resultados, una paga única extraordinaria de 500 millones no consolidable para este colectivo, la negociación de un plan de pensiones y más billetes gratis. Los pilotos no renuncian a su plataforma de reivindicaciones de cara al convenio, pero desvinculan su negociación de la OPV, que se comprometen a apoyar.
Los pilotos de Iberia decidieron ayer desconvocar la huelga de celo que estaban desarrollando tras conseguir de la empresa una serie de contrapartidas económicas y después de que la SEPI, el accionista de control de la aerolínea, amenazara a este colectivo con la suspensión de la OPV y con medidas disciplinarias. Iberia ha ofrecido a los pilotos participar en resultados, una paga única extraordinaria de 500 millones no consolidable para este colectivo, la negociación de un plan de pensiones y más billetes gratis. Los pilotos no renuncian a su plataforma de reivindicaciones de cara al convenio, pero desvinculan su negociación de la OPV, que se comprometen a apoyar.
L a OPV de Iberia sigue adelante. El ultimátum lanzado por la SEPI a los pilotos sobre el futuro de la OPV de Iberia quedó ayer desactivado. Tras una larga reunión entre ambas partes, el Sepla, el sindicato de los pilotos, se compromete a apoyar la colocación en Bolsa y renuncia a alcanzar un acuerdo sobre el convenio colectivo antes de que se produzca la salida al mercado.
El precio del acuerdo es una amplia batería de concesiones económicas por parte de Iberia, plasmadas en una propuesta que la dirección de la empresa presentó al Sepla el pasado 5 de marzo. En concreto, la compañía acepta negociar "la participación -de los pilotos- en la mejora de resultados como fórmula de recuperación de los esfuerzos realizados como consecuencia del plan de viabilidad".
La pérdida de poder adquisitivo derivada del plan de reestructuración de la empresa en 1995, que implicó una reducción salarial media del 15% y la congelación de las retribuciones durante cinco años, era la principal reclamación de los pilotos en su nuevo conflicto con la empresa. El Sepla ha cifrado esa pérdida de capacidad de compra en el 30%.
Asimismo, Iberia ha propuesto abonar una paga única de 500 millones de pesetas no consolidables con motivo de la OPV. La aerolínea de bandera asume negociar otras dos demandas del personal de vuelo, la financiación de un plan de pensiones para complementar la jubilación de los pilotos, que piden su licencia de vuelo a los 60 años, y ampliará el derecho a disfrutar vuelos gratuitos a las parejas de hecho de los tripulantes, así como a los familiares de los pilotos.
Tras estas cesiones y las amenazas del Gobierno de paralizar la OPV y establecer un duro régimen disciplinario contra las huelgas de celo, el Sepla decidió abandonar ayer un conflicto iniciado el pasado 26 de febrero.
La SEPI llevará a cabo la salida a Bolsa de Iberia, tal y como estaba previsto, es decir, con el objetivo de que el valor cotice en los mercados el próximo 3 de abril.
En virtud del acuerdo, la sección sindical del Sepla en Iberia se ha comprometido a disociar la negociación del convenio colectivo de la OPV, por lo cual las discusiones para la firma de este convenio se podrán prolongar el tiempo que sea necesario, en todo caso exige que se siga negociando desde hoy mismo.
Además, los pilotos renuncian a cualquier medida de protesta que no esté amparada por la legislación actual -como la huelga de celo- durante todo lo que dure la negociación del convenio y se compromete a negociar de buena fe ese documento. La reivindicación salarial de los pilotos para los próximos ejercicios es el IPC previsto con cláusula de revisión respecto a la inflación real.
La anulación de la OPV hubiese supuesto un serio revés a los planes privatizadores del Gobierno para Iberia. De hecho, la venta de la aerolínea se prolonga ya desde hace cinco años. En este periodo se ha intentado lanzar la colocación en Bolsa tres veces.
Retrasos
Durante la mañana de ayer, mientras la dirección de la SEPI y el Sepla negociaban un acuerdo para desbloquear la OPV, el 25% de los vuelos de Iberia en toda su red registraba retrasos superiores a los 15 minutos y tres rutas fueron canceladas por las repercusiones de la huelga de celo del sindicato, según datos de la compañía.
Iberia añadió que las demoras se debían, principalmente, a los retrasos en las rotaciones de tripulaciones y aviones. Las mismas fuentes explicaron que los vuelos cancelados a lo largo de la mañana fueron tres conexiones de ida y vuelta Madrid-Oviedo, Madrid-Oporto y Madrid-Barcelona.
Un comité belicoso para una huelga con objetivos no declarados
El presidente de la sección sindical del Sepla en Iberia, Jaime Lacasa, volvía a negar ayer, como lo ha hecho durante la última semana, que el colectivo de pilotos de la compañía haya practicado una huelga de celo para presionar sobre la negociación del convenio colectivo ante la inminencia de la OPV.
Los cierto es que desde que fue elegido como nuevo líder del poderoso sindicato de pilotos se temía que aumentara la conflictividad tanto en la dirección de la empresa como entre sus principales accionistas, el llamado núcleo estable, y la sociedad estatal SEPI, ya que la nueva directiva del Sepla era considerada como del "sector duro" del sindicato.
Hace ahora dos semanas, se conoció una circular del Sepla a sus asociados en la que pedía que se realizaran las operaciones de pilotaje de los aviones, tanto en el aire como en los aeropuertos, ateniéndose estrictamente a la letra de los convenios colectivos. Este llamamiento fue recogido por los medios de comunicación como una convocatoria de una huelga de celo y, a partir del 1 de marzo, se comenzó a detectar una conflictividad creciente en las operaciones de Iberia, que llegaron a concretarse en los retrasos de hasta el 60% de los vuelos de la compañía. Fuentes sindicales interpretan que la dirección de la empresa ha forzado la situación para evitar que los pilotos "siguieran calentando motores para lanzar un órdago de conflictividad en plena OPV".
La dirección de la compañía, por su parte, asegura que el Sepla ha querido torpedear la salida a Bolsa o, en una explicación más sibilina, que pretendía abaratar la OPV para conseguir un mayor porcentaje de títulos.
La plantilla tiene opción sobre 56.000 millones en acciones
Una vez superada la enésima situación de conflictividad entre Iberia y sus pilotos, las partes se aprestan a centrarse en el proceso de privatización. Este diario ha podido saber que un conocido banco de negocios realiza estudios para asesorar a los 29.000 trabajadores sobre los beneficios que pueden conseguir si acuden a la OPV. Este estudio, al parecer, ha sido encargado por alguno de los principales sindicatos de la compañía.
Como se recordará, los trabajadores de Iberia tienen ya un 6% en el capital de la empresa. En distintas negociaciones han conseguido, además, opciones sobre acciones o derechos preferentes de compra, que les permitirían conseguir una participación adicional por valor de 56.000 millones de pesetas. Según distintas declaraciones del presidente Iberia, Xabier de Irala, la plantilla podría llegar a controlar entre un 17% y un 20%, convirtiéndose con ello en el primer accionista de la compañía, por encima de cualquiera de los socios de núcleo duro.
Asociaciones
La posibilidad de tener un peso significativo, tanto en el accionariado de Iberia como en su consejo, ha llevado a los distintos colectivos de la empresa a formar asociaciones de accionistas. La principal de ellas, que controla ya cerca de un 2% del capital de la aerolínea, está compuesta por pilotos, pero también por trabajadores de otros colectivos y su principal ejecutivo es José Luis Ferragut.
Estas asociaciones han expresado su decisión de sindicar las participaciones del mayor número de trabajadores posibles. El primer objetivo es conseguir las mayores expectativas de beneficio para los empleados, pero no oculta también su intención de pedir una participación importante en el consejo.