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'El crecimiento del comercio mundial será cero en 2001'

Nacido en India hace 67 años, Jagdish Bhagwati está considerado como uno de los sabios del comercio internacional. Ha sido asesor del GATT y de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y actúa de consejero de la ONU para asuntos de globalización. Ha ejercido de profesor de Economía de muchos de los pensadores económicos actuales, entre ellos de Paul Krugman.

Invitado a España para intervenir como ponente en el Foro del Liderazgo, que organiza el Instituto de Empresa, Jagdish Bhagwati hace gala de un carácter extravertido y amable, capaz de borrar, incluso, las secuelas de las molestias por un retraso de casi siete horas en su llegada al aeropuerto de Barajas. Tampoco él, como tantos otros pasajeros, ha podido sustraerse a las consecuencia de la huelga de celo de los pilotos de Iberia.

Pregunta. El debate económico mundial se centra hoy en las incertidumbres sobre la economía de Estados Unidos y las amenazas de una recesión a corto. ¿Comparte usted estos temores?

Respuesta. Todo apunta a que la economía estadounidense atravesará una situación de recesión, al menos durante este año, con un crecimiento bastante plano. Sin llegar a tasas negativas, aunque sí irá tendiendo paulatinamente hacia el cero. La incertidumbre es saber si se trata de un aterrizaje suave o si directamente irá al crash, y eso lo veremos en diciembre. Existen varios factores negativos y, entre ellos, el más importante es la Bolsa. Si sigue cayendo, puede llegar un momento en que los inversores entren en estado de pesimismo y no inviertan y, entonces, de nada serviría bajar los tipos de interés.

P. El avance de programa de política económica que el presidente Bush presentó la semana pasada al Congreso tiene como ejes básicos una fuerte reducción de impuestos y la contención del gasto público. ¿Estima adecuadas estas soluciones para combatir la recesión?

R. Pueden ayudar, aunque me da la impresión de que el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, no está muy de acuerdo con este plan y con que el recorte de los tipos de interés sea suficiente. Lo importante, al final, será la expectación que se cree y ver cómo reacciona la gente a estas medidas. Tenemos el ejemplo de Japón, que recortó muchos programas de gasto público, pero luego el sector privado no respondió a las expectativas generadas. Yo soy más optimista en el caso del mercado estadounidense. Es cierto que existe una situación difícil en la Bolsa, pero la experiencia de los últimos años demuestra que cuando la Bolsa baja la gente se anima a comprar porque ve una oportunidad de negocio.

P. Y en esta situación de recesión en EE UU, ¿piensa usted que la Unión Europea está capacitada para tomar el relevo y ser la locomotora de la economía mundial?

R. Si lo vemos desde un punto de vista aislado, es cierto que cuando la economía norteamericana baja suben las economías europeas, pero el problema es mantener una posición de liderazgo y, en estos momentos, Estados Unidos es todavía la economía líder en el mundo y me cuesta mucho creer que, a pesar de la crisis, Europa va a tomar la delantera. Lo que sí es cierto es que los países europeos están en una mejor posición para competir y la industria europea puede ganar a expensas de la americana.

Pero también es cierto que las exportaciones europeas a Estados Unidos pueden bajar a consecuencia de la recesión y las economías del sureste asiático, muy orientadas a la exportación, también declinarán sus ventas. Por tanto yo no creo que Europa vaya a tomar la delantera a EE UU, porque cuando la economía estadounidense baja, el resto de las economías mundiales tienden también a bajar.

P. En este ambiente moderadamente pesimista que dibuja se adivina también que en el año 2001 vamos a asistir a una nueva contracción en el comercio mundial.

R. Sí. Yo pienso que el crecimiento del comercio mundial va a ser este año muy cercano a cero. En estos momentos sólo la Unión Europea aparece con posibilidades de mejorar sus resultados pero no es lo suficientemente fuerte como para impedir que se produzca esta recesión.

De todas formas hay un elemento positivo y es que los fuertes excedentes obtenidos por la economía estadounidense en los años anteriores van a permitir reducir impuestos e inyectar dinero en el sistema. Existe un colchón que parece será suficiente para evitar un crash. Es todo lo contrario de lo que ocurre en Japón, don-de los Gobiernos sólo hacen añadir déficit sobre déficit con unas políticas que, a mi juicio, son poco responsables.

P. En este contexto de contracción del comercio, ¿qué papel pueden jugar la Nueva Ronda de la OMC y la incorporación de China al sistema internacional de intercambios comerciales?

R. Para Estados Unidos la entrada de China en la OMC es ahora muy interesante, porque está buscando nuevos mercados. Además, con la Administración Bush los nuevos responsables económicos, son personas procedentes de la industria muy proclives a la liberalización de los intercambios comerciales y en especial hacia Amé-rica Latina. Una posición que, pienso, puede favorecer mucho a España.

P. ¿Y respecto a la anunciada Ronda de Qatar?

R. También puede actuar como incentivo, aunque en Washington el cambio de Administración no parece que vaya a abandonar la tradicional inclinación de Estados Unidos hacia la firma de tratados bilaterales en lugar de grandes acuerdos multilaterales. A pesar de todo yo soy optimista respecto al resultado final de Qatar. El fracaso de Seattle se debió al exceso de detalle, por lo que sería conveniente que las negociaciones se centraran ahora más en lograr un acuerdo de un solo folio y no en intentar conseguir un consenso universal sobre comercio.

P. Todo esto, suponiendo que no debamos enfrentarnos a una nueva convulsión derivada del aumento de los precios del petróleo.

R. Yo creo que el mercado del petróleo va a entrar en una etapa de precios cíclicos, pero sin grandes oscilaciones. También soy optimista en este aspecto, aunque no hay que ocultar que la situación actual de Rusia, país productor de crudo, es un peligro, y las potencias occidentales deberían atender un poco más a la recuperación de la economía rusa.

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