Fenosa prevé construir una central de carbón importado en Sagunto
Fenosa estudia la construcción de una central de carbón importado en Sagunto, planta que se convertiría en el primer proyecto de la nueva potencia de generación eléctrica en España no basado en la utilización del gas natural como combustible (excluidas las energías renovables y la cogeneración). La planta podría ser compatible con las otras dos inversiones energéticas que quiere desarrollar también en esa localidad valenciana: la construcción de una planta de regasificación y una central eléctrica de ciclo combinado a gas de 800 a 1.200 megavatios. En total, estas inversiones podrían alcanzar 80.000 millones.
Fenosa quiere diversificar sus inversiones energéticas en generación eléctrica, por lo que analiza la construcción de una central de carbón importado. Y ha optado, si consigue la autorización de los dirigentes de la Generalitat Valenciana con quienes ya ha mantenido contactos, por su ubicación en Sagunto, localidad que centraría su mayor inversión energética en la península Ibérica, con una cifra superior a los 80.000 millones de pesetas.
La planta de regasificación, por su parte, contaría con un objetivo básico: el tratamiento del gas que la empresa traerá por barco desde Egipto, 4.000 millones de metros cúbicos (4 bcm) al año, a partir de 2004. El gas tendrá como destino el abastecimiento de sus centrales de ciclo combinado y la comercialización a terceros en España y en Europa.
La empresa que preside José María Amusátegui se enfrenta además a la decisión de Enagas de no asegurarle el suministro de gas a algunas de sus centrales, básicamente por problemas de infraestructuras (la construcción de gasoductos hasta las centrales).
Por el contrario, los proyectos de Sagunto no se verían afectados por estos problemas. Unión Fenosa adquirió hace un año 365.000 metros cuadrados en terrenos que pertenecieron a la antigua Altos Hornos del Mediterráneo (AHM) con el objetivo de construir, al menos, una planta de ciclo combinado y otra de regasificación.
De realizar la planta de regasificación, Unión Fenosa se adelantaría al proyecto que está estudiando la sociedad Encovagás -participada por Iberdrola al 25%- para construir una planta del mismo tipo en Castellón, 40 kilómetros al norte de Sagunto.
Esta sociedad, promovida por la Generalitat (30%) y en la que participan Bancaja (15%), CAM (15%), varias cajas rurales (5%) y la patronal azulejera Ascer (10%), ha encargado un estudio valorado en 100 millones de pesetas para operar en el sector del gas y, eventualmente, construir una planta de regasificación para dar servicio al importante núcleo azulejero de Castellón, que representa el 20% del gas que se consume en España.
En cuanto a la central de ciclo combinado que proyecta Unión Fenosa, sería la segunda de la Comunidad Valenciana, tras la recién iniciada por Iberdrola en Castellón, aunque existe otro proyecto del grupo norteamericano Intergen -filial al 50% de Shell y Bechtel- en Catadau, situada en la provincia de Valencia.
Los terrenos donde se levantará el complejo energético de Unión Fenosa se encuentran al sur de la zona industrial saguntina, muy cerca del tramo de costa hacia donde está prevista la ampliación del puerto.
Reserva de terrenos
Unión Fenosa ha solicitado al Ayuntamiento de Sagunto un plan de actuación integrada para urbanizar los terrenos como zona industrial, que será aprobado antes del verano, según fuentes municipales. Posteriormente, la compañía presentará el proyecto y, una vez aprobado, iniciará las obras.
Pese a su magnitud, el de Unión Fenosa no es el mayor proyecto energético que ha tenido Sagunto. En 1994 la Generalitat, todavía presidida por Joan Lerma, anunció su plan estratégico para la región con una posible inversión de 250.000 millones de pesetas de Endesa en un conjunto de plantas de ciclo combinado que sumarían una potencia total de 340 megavatios. La compañía eléctrica, siendo todavía pública, anunció una inversión de 70.000 millones si la demanda energética lo requería, pero finalmente no se llevó a cabo.
La Generalitat había ofrecido parte de los seis millones de metros cuadrados que compró al antiguo Instituto Nacional de Industria (INI), donde estaba prevista la construcción de la IV Planta de AHM, para que Endesa instalase su central.
Esta enorme superficie sin urbanizar, alineada a lo largo de la costa en dirección sur, está reservada para grandes inversiones que requieran un mínimo de 200.000 metros cuadrados de parcela.
La Generalitat ha ofrecido terrenos a grandes compañías sin ningún resultado. La última ha sido la multinacional automovilística BMW, que va a construir una factoría en Europa y cuenta con Sagunto entre sus posibles ubicaciones.
Primera gran inversión tras una década de sequía
El de Unión Fenosa es uno de los grandes proyectos que Sagunto lleva esperando desde que en 1984 se cerró y desmanteló el complejo siderúrgico de Altos Hornos del Mediterráneo.
El plan de reindustrialización impulsado por el Estado, con subvenciones del 30% para las empresas que invirtiesen en esta área de localización preferente, tuvo resultado inmediato pero escaso, dado que las ayudas sólo alcanzaban a los proyectos presentados antes de 1986.
La Generalitat Valenciana, entonces encabezada por el socialista Joan Lerma, intentó después vender Sagunto, tarea más complicada de lo que parecía a la vista de su privilegiada ubicación y buenas comunicaciones. La empresa química Fersa -ahora Fertiberia-, la multinacional belga de componentes de automoción Bosal y la fábrica de vidrio del grupo italiano Siv -hoy perteneciente al británico Pilkington- fueron los principales logros de las sucesivas políticas en favor de esta zona industrial.
La sociedad pública Sepes construyó un polígono cuyas parcelas vendió rápidamente, posiblemente a sociedades especuladoras, ya que sólo medio centenar de pequeñas y medianas empresas se instaló. Desde principios de la década de los noventa, poco antes de la crisis que duró hasta 1996, la inversión en Sagunto ha procedido de pequeñas empresas y, especialmente, de Aceralia y Usinor, socias en Sagunto desde hace años, que han devuelto a esta ciudad parte del peso que perdió en la siderurgia española con la desaparición de AHM.