Argentina sufre ya los efectos de la crisis turca y ve revisada su calificación a la baja
Los peores temores de los analistas parece que empiezan a cumplirse. La crisis en Turquía ha superado ya las fronteras del país y ha empezado a afectar a las economías más débiles, como la argentina. Si primero fueron los mercados los que aumentaron el coste del dinero que prestaban a Argentina, ahora son los bancos de inversión los que rebajan sus recomendaciones de la deuda soberana del país.
JP Morgan ha revisado a la baja su recomendación porque considera que "Argentina podría sufrir más que otros países los efectos de la crisis turca", aunque advirtió de las diferencias existentes en ambos casos. El pasado jueves fue Merrill Lynch quien rebajó la recomendación de la deuda argentina y aunque Moody's desmintió los rumores de una rebaja de su calificación, mantiene las previsiones a medio plazo de Argentina en negativo, lo que significa que existe un 50% de posibilidades de que su calificación sea revisada en los próximos meses.
Los datos económicos no ofrecen tampoco perspectivas positivas. El déficit de las cuentas públicas en enero pasado ascendió a 985,3 millones de dólares (unos 180.000 millones de pesetas), lo que supone un 47% del objetivo de déficit pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para todo el primer trimestre. Los desembolsos de la ayuda que pactó el FMI en diciembre están condicionados al cumplimiento de éste y de otros objetivos macroeconómicos.
En cualquier caso, la ayuda financiera internacional sólo proporcionaba tiempo al Gobierno hasta que la economía se recuperara, pero los síntomas de reactivación siguen sin percibirse. Las ventas en supermercados en enero cayeron un 1,8%, frente al incremento del 2,5% previsto por los analistas. Esto significa que la demanda doméstica sigue sin recuperar la confianza en la economía.
El presidente del Gobierno, Fernando de la Rúa, se reunió ayer con un grupo de empresarios que le expresaron su respaldo para lograr la reactivación y le reclamaron reformas tributarias para impulsar la inversión.