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Bruselas dará hoy el visto bueno al programa de estabilidad de España

Los primeros Presupuestos con equilibrio fiscal de la historia de España recibirán hoy el visto bueno de las autoridades comunitarias. La Comisión Europea emitirá hoy su preceptivo dictamen sobre el programa de estabilidad de España para el periodo 2001-2004. Una valoración con luces y sombras que en general respalda el plan español.

Pero la Comisión Europea está lejos de sentirse impresionada por los objetivos fiscales de España ni del resto de países de la zona euro. Aunque ya no se repetirá en este ejercicio de revisión el rechazo de un presupuesto nacional -(como el que padeció Irlanda hace 15 días), el comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, volvía ayer a lamentar la falta de ambición de los titulares de Economía.

La inflación en España, que el año pasado desbordó de nuevo las previsiones del Gobierno, y el desempleo de nuestro país, aún el más alto de la UE, constituyen otras lacras que la Comisión censurará hoy a España.

"El ritmo de crecimiento de la zona debería haber permitido un esfuerzo mayor en la consolidación fiscal", insistió ayer de nuevo el comisario Pedro Solbes. La recomendación sobre el programa de estabilidad español que presentará hoy a la Comisión Europea no cifrará la cuantía de ese grado de ambición que anhela el comisario, pero sus propias previsiones calibran en cierto modo la timidez fiscal que achaca a los presupuestos de Rodrigo Rato. El ministro español de Economía ha corregido el programa de estabilidad presentado el año pasado para adelantar a este ejercicio el equilibrio fiscal previsto para 2002.

Pero según las estimaciones de la Comisión Europea, el déficit del 0,4% del PIB contemplado inicialmente para este año debería haberse convertido no sólo en déficit cero, sino en un superávit del 0,1%. Y ello a pesar de que el Ejecutivo comunitario parte de unas cifras de crecimiento (3,5%) menores que las que baraja Rato (3,6%).

También en la reducción de deuda Bruselas considera que el Gobierno podría haber ido más lejos. La Comisión prevé que el endeudamiento público descienda este año hasta el 58,1% del PIB, 300 puntos básicos menos que en el año 2000. El programa español, en cambio, se contenta con una rebaja más modesta de 2,2 puntos porcentuales hasta el 58,9%.

La Comisión Europea ha criticado repetidamente que los Estados miembros presenten programas de estabilidad de sencillo cumplimiento para superar con facilidad este examen presupuestario, de obligado cumplimiento para los países de la zona euro desde 1999.

Por lo demás, España recibirá de nuevo la recomendación de que aumente las provisiones para los fondos de pensiones públicos y agilice la negociación con las fuerzas sociales para renovar el Pacto de Toledo sobre sostenibilidad de ese sistema público.

España, en cambio, ha cumplido ya el llamamiento del último año para que consagrase en la Ley Presupuestaria el compromiso de rigor fiscal y la lucha contra cualquier recalentamiento de la economía.

Portugal

El Consejo de Ministros de Economía ha rechazado este año por primera vez el presupuesto nacional elaborado por un país -Irlanda- y ha erizado el lenguaje de las recomendaciones emitidas al resto.

Los ministros de Economía de Francia e Italia han sufrido comentarios especialmente punzantes por parte de sus homólogos y del comisario Solbes.

Portugal se sumará hoy a esta lista de países cuyos Presupuestos no han despertado el entusiasmo de la Comisión Europea. El Gobierno de António Guterres sólo pudo aprobarlos tras superar muchas reservas en el Parlamento luso y las dificultades se van a repetir en el terreno comunitario.

La Comisión criticará hoy con dureza un programa de estabilidad que, sin corregir un ápice los objetivos del año pasado, no prevé el equilibrio fiscal hasta 2004.

El programa luso, en cambio, cifra cotas de crecimiento del PIB (3,3% este año y 3,2% el próximo), que, aunque corregidas a la baja, parecen irreales a la Comisión. El Ejecutivo comunitario prevé un 2,7% para ambos periodos.

Bruselas critica la negociación salarial con el sector público luso, que ha logrado incrementos muy superiores a la inflación prevista.

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