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Bruselas pide nuevas normas para vigilar las aduanas de la UE

Ocho años después de la creación del mercado único en la Unión Europea (1993), en las fronteras exteriores de los Quince se siguen aplicando procedimientos aduaneros diferentes y con escasa coordinación entre sí. La Comisión Europea acaba de denunciar este caos, que complica la labor de las empresas sin mejorar la protección contra el fraude ni las garantías sanitarias.

La Comisión, en un documento divulgado hace escasos días, advierte de la necesidad imperiosa de extremar la coordinación entre los sistemas aduaneros de los Quince, así como de lograr antes de 2003 una mayor armonización de los trámites para bienes y personas en las fronteras exteriores de la UE.

La ausencia de controles interiores, señala Bruselas, ha convertido a las fronteras exteriores en un punto extremadamente sensible. "Una vez que las exportaciones son autorizadas en un Estado miembro, el potencial daño puede sentirse en toda la UE".

El Ejecutivo comunitario estima que esa vulnerabilidad no hará sino aumentar tras la ampliación de la UE hacia Europa Central y del Este (prevista a partir de 2004), así como con la mayor difusión del comercio electrónico.

Ya en 1999 las autoridades aduaneras de la UE decomisaron más de 25 millones de productos importados ilegalmente o piratas por valor de 780 millones de euros, cifra que se dobló apenas un año después. Además, el fraude a las arcas comunitarias por contrabando (en IVA, aranceles e impuestos indirectos) superó los 337 millones de euros, "aunque esa cifra", puntualiza la Comisión, "sólo representa el fraude conocido. El real, puede ser mucho mayor".

Ante esta situación, el Ejecutivo exige la armonización de la legislación aduanera, la informatización total del servicio de fronteras y la normalización de todo el procedimiento, "desde los puestos de control hasta los albaranes".

La Asociación Europea de Servicios de Transporte Rápido coincide en que "sólo la informatización evitará los retrasos que provoca el papeleo fronterizo, que invita por sí mismo al fraude".

Pero la Comisión no se contenta con la modernización en el aspecto material. Propone también la especialización de las autoridades de fronteras para que se adecuen a las nuevas exigencias. "Deben proteger a la UE de la importación de productos peligrosos o dañinos para el medio ambiente", advierte Bruselas. "Y evitar la fuga de joyas culturales", rematan en la petición.

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