Piqué pierde ante CiU la batalla por ganarse al empresariado catalán
Josep Piqué ha empezado a asumir que sus intentos de seducir al empresariado catalán no han dado sus frutos. A las prolongadas ausencias del ministro de Exteriores en Cataluña se han sumado sus declaraciones erráticas sobre el AVE, precisamente cuando Pujol acaba de situar en Economía a un experto en el lobby empresarial, como es Francesc Homs.
En menos de un año al frente de Asuntos Exteriores, Josep Piqué ha retrocedido enteros en su relación con el mundo empresarial catalán. Si bien es cierto que las responsabilidades de su ministerio le obligan a ausentarse durante largas temporadas y a espaciar los actos que protagoniza en Cataluña, fueron sus inoportunas declaraciones sobre el AVE las que acabaron de ensombrecer su figura a ojos de los empresarios de la comunidad autónoma.
En plena polémica sobre la llegada del AVE al aeropuerto de El Prat, y con las principales organizaciones empresariales -Fomento del Trabajo, cámara de comercio, contratistas de obras- reivindicando la infraestructura, Piqué no tuvo reparos en afirmar que llevar el tren de alta velocidad al aeropuerto catalán supondría "un agravio" para otras autonomías.
Desde el entorno del ministro y, en especial, en las filas populares se percibieron sus palabras como un claro gesto de miopía política que daba al traste con el giro catalanista que se quería imprimir al partido desde el congreso regional celebrado en septiembre del año pasado.
El propio Piqué acabó reconociendo que había salido tocado de esta polémica y se vio obligado a matizar sus declaraciones.
Defensa del catalanismo
La semana pasada, el ministro participó en diversos actos en Barcelona, con la intención de limar asperezas con los empresarios catalanes. El más importante fue una conferencia en la Escuela Superior de Administración de Empresas, en la que intentó recuperar el terreno perdido. Defendió el catalanismo de su partido y apostó por un PP integrado en el Gobierno catalán. En esta ocasión, el jarro de agua fría le vino del consejero jefe, Artur Mas, quien con una negativa rotunda despreció las tesis de quien fue su interlocutor con el Gobierno central cuando éste necesitaba a CiU.
El PP catalán todavía no ha designado quién será su candidato a las autonómicas pero la dedicación del ministro a su carrera política en Madrid le aleja de la línea de salida. Alberto Fernández Díaz, además, continúa siendo el presidente del partido.
El consejero de Economía gana terreno
Cinco años después de que José María Aznar se fijara en el entonces presidente del Círculo de Economía, Josep Piqué, para que le ayudase a tender puentes con el empresariado catalán, el actual titular de Exteriores se ha encontrado con un competidor inesperado: Francesc Homs.El recién nombrado consejero de Economía catalán goza de buena reputación en el mundo empresarial, como consecuencia de sus 12 años de diputado de CiU en el Congreso. Homs era el verdadero gestor de los asuntos económicos de la coalición y, por lo tanto, frecuentaba los lobbies empresariales, tanto en Madrid como en Barcelona. De esa etapa guarda precisamente un as en la manga: su amistad con el actual ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. A su favor juega también la etiqueta de roquista, que en determinados sectores económicos goza de cierto prestigio, por la labor desempeñada en favor de las empresas por el que fuera portavoz nacionalista, Miquel Roca.
Esta trayectoria explica que su nombramiento fuera bien acogido por los empresarios catalanes, independientemente de su signo político. Su capacidad de convocatoria quedó clara el pasado 19 de enero, cuando tomó posesión de su cargo. Hace poco más de una semana, junto con Xavier Trias, consiguió reunir a representantes del mundo social, económico y sanitario, para explicarles los objetivos de CiU en Madrid. Hoy lunes preside un nuevo encuentro en el que explicará su propuesta sobre el nuevo modelo de financiación autonómica.