La supresión de aranceles a los países pobres divide a la UE
El próximo lunes se espera movido para el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea. Los ministros de Exteriores de los Quince debatirán una propuesta de la Comisión para eliminar los aranceles a los países más pobres del mundo. Los miembros están divididos. España y Francia son los más reticentes, seguidos por Grecia, Bélgica y Portugal.
Son 48, en su mayoría de África, y lo que les caracteriza es que son los países menos adelantados (PMA) del planeta. O los más pobres entre los pobres. Aun-que la Unión Europea es su principal cliente (absorbe el 56% de las exportaciones) no contribuyen con más de un 1% a las importaciones de los países miembros.
Sin embargo, la propuesta del levantamiento de los aranceles a sus productos, hecha por la Comisión Europea y que será debatida el lunes por el Consejo de la UE, ha provocado el rechazo de varios de los miembros, que temen una invasión de sus exportaciones en perjuicio propio. España, Francia, Portugal, Bélgica y Grecia están de ese lado.
Sus temores se refieren, sobre todo, a los llamados productos sensibles: el arroz, el azúcar y el plátano, lo que ha provocado que se posponga la eliminación de los aranceles de estos productos, prevista en un principio para 2004, hasta el año 2006 en el último caso y hasta 2009 en los dos primeros.
Aun así, no está claro que el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se presente a la reunión del lunes con ánimos de aprobar la iniciativa. Fuentes diplomáticas españolas han fijado ya la línea que no atravesarán: "El acuerdo sólo llegará si se incorpora una cláusula de revisión [en 2005], una cláusula de salvaguarda [que permita detectar en seguida cualquier impacto en la industria nacional] y una estricta normativa sobre reglas de origen que impida la reexportación de productos agrícolas a través de los países pobres beneficiados". Estas dos últimas condiciones están recogidas en la nueva propuesta de la Comisión, que modifica la presentada por el comisario Pascal Lamy en octubre del año pasado. El plan del responsable de Comercio de la UE, denominado Todo Excepto Ar-mas (EBA, en sus siglas en inglés), preveía el arancel cero para todos los productos salvo las armas, pero ha tenido que ser modificado por la presión sobre todo desde España y Francia.
Arancel cero, riesgo cero
Según un estudio de la ONG Oxfam, no existe tal amenaza y la segunda propuesta es innecesaria. En el caso de España, sólo el 0,61% de las importaciones proviene de los PMA y únicamente el azúcar alcanza una cuota del 1%, por lo que "incluso desde una perspectiva a largo plazo el riesgo es mínimo". En su opinión, la industria azucarera europea es la que más presiona a los Gobiernos reticentes, planteando que las importaciones de este producto provenientes de los países más pobres podrían alcanzar los 4,5 millones de toneladas en cinco años.
Según el Instituto de Estudios del Desarrollo de la Universidad de Sussex, estas estimaciones son más que exageradas, pues para alcanzar esas cifras los PMA deberían más que cuadruplicar su producción.
Las exigencias de España no son aceptadas por Gran Bretaña, que considera inadmisible esa reducción a la nada de la liberalización. Por su parte, Holanda representa a los Estados que defienden la consecución de un acuerdo por malo que sea, que creen sería "mejor que ninguno".
Al debate que comienza el lunes en Bruselas se suma la circunstancia de una nueva ronda de la OMC prevista para el próximo mes de noviembre. Según Gonzalo Fanjul, del departamendo de estudios de Intermón-Oxfam, "la aprobación de la propuesta sería clave para incrementar la confianza de los países más pobres. Serviría para mostrarles que pertenecer a la OMC vale de algo".