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La energía provoca otro tirón de la inflación en Alemania en febrero

La inflación ha vuelto a aumentar en febrero en Alemania. Datos parciales publicados ayer parecen alejar la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) proceda pronto a una reducción de su tipo director de interés, fijado en el 4,75%.

En los cuatro Estados federados alemanes que ayer dieron a conocer sus estadísticas de precios correspondientes a febrero la inflación repuntó fuertemente. En Renania del Norte-Westfalia se pasó del 2,4% de enero al 2,7% (el incremento más alto de los últimos siete años); en Hessen, del 1,9% al 2,3%; en Baviera, del 2,3% al 2,5%, y en Baden-Wurttemberg, del 2,5% al 2,7%.

Junto a los datos de otros dos Estados federados que se publicarán hoy, la Oficina Federal de Estadísticas elaborará en los próximos días un IPC preliminar para todo el país. Sin embargo, ya es previsible que éste supere en al menos una décima el 2,4% registrado en enero (2,2% en términos armonizados a nivel europeo, según una nueva metodología).

Aunque a juzgar por los datos regionales los precios se vieron presionados por los mayores costes de la gasolina y los carburantes para calefacción, también la inflación subyacente, que excluye estos costes, repuntó fuertemente en Renania del Norte-Westfalia (2,5% interanual) y Hessen (2%). Sustanciales incrementos de precio se registraron también en los viajes organizados -muy solicitados en esta época invernal- y en algunos alimentos.

En este último punto resalta la disparada subida de los precios de la carne de pollo y cerdo, consecuencia directa de la llamada crisis de las vacas locas, según ha señalado incluso el Banco Central Europeo (BCE).

Junto a otros indicadores -como el índice de confianza empresarial alemán Ifo, que en enero, por vez primera en siete meses, volvió a aumentar, o el crecimiento francés-, estos datos hacen improbable que el BCE se decante por una bajada del precio del dinero, tal y como se preveía hace apenas unas semanas.

"Por ahora no habrá una fuerte bajada de tipos. De planearse un movimiento, éste, por lo demás, se retrasaría", cree, por ejemplo, Christoph Hausen, analista del Commerzbank.

En los últimos días, varios miembros del consejo de gobierno de la autoridad monetaria han resaltado que las presiones inflacionistas persisten, aunque no en el mismo grado del año pasado. De por sí, el BCE prevé que los precios de la zona euro todavía superen "algunos meses" la meta del 2%.

La autoridad monetaria, por otra parte, en la actualidad está esperando recabar más datos sobre cómo evoluciona la economía estadounidense, cuyo deterioro se traduce también en una ralentización del crecimiento mundial y europeo.

 

Fuerte recuperación del consumo en Francia en enero

Los gastos de consumo de los particulares franceses en productos manufacturados se recuperaron fuertemente en enero, al aumentar un 3,2% y un 5% en 12 meses, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INSEE).

Si se excluyen los automóviles, neumáticos y repuestos, así como los productos médicos, el incremento fue del 3,3% en enero y del 5,3% en tasa interanual. En diciembre pasado, los gastos de consumo de los particulares en estas dos categorías habían retrocedido un 0,3% y un 0,1%, respectivamente.

El fuerte aumento (un 6,2%) de las compras de bienes de equipo para el hogar y la reanudación de la adquisición de automóviles (que supuso un incremento del 3,9%) en enero se tradujeron en un aumento de los gastos de consumo de bienes duraderos del 5,2%, tras el retroceso del 0,4% registrado en diciembre.

Las compras de vestido también fueron muy dinámicas, ya que protagonizaron un avance del 4% y, tras una pausa en diciembre, las de otros productos manufacturados (farmacia, repuestos automovilísticos, perfumería o edición) reanudaron su avance en enero, que fue del 1,3%).

Por otra parte, ayer se dieron a conocer en Portugal los datos de inflación armonizada del mes de enero, que situó la tasa interanual en el 4,4%, después de aumentar cuatro décimas en dicho mes. El paro del cuarto trimestre de 2000 cayó hasta el 3,8% de la población activa, cifra que sitúa la media anual en el 4%.

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