La banca cerró el año pasado con la morosidad más baja de su historia
El índice de morosidad del sistema financiero se situó el año pasado en el 1,23%, un mínimo histórico que refleja el profundo saneamiento de la morosidad acumulada en la crisis económica y que aún no recoge los signos incipientes de desaceleración económica. Este mínimo ha sido compatible con fuertes crecimientos de la inversión crediticia, sobre todo, en las cajas de ahorros.
Las entidades de crédito lograron el año pasado un ejercicio histórico en el que crecimientos récord en inversiones crediticias, sobre todo en el caso de las cajas de ahorros, convivieron con mínimos desconocidos en las tasas de morosidad de la mayoría de las entidades. El índice de mora del conjunto del sector, el porcentaje de créditos vencidos y no cobrados calificados como dudosos sobre el volumen total, se situó en diciembre en 1,23%, algo por debajo de la tasa de noviembre y 0,26 puntos menos que hace un año.
Así, el volumen de morosos ascendió al finalizar el año a 1,15 billones de pesetas (6.931 millones de euros), frente a una cartera crediticia total de 93 billones de pesetas (559.361 millones de euros), según las últimas estadísticas del Banco de España.
Como ocurre tradicionalmente, la morosidad en los bancos fue algo menor que en las cajas, pero la diferencia fue mínima si se tiene en cuenta que las cajas resultaron el año pasado mucho más activas que los bancos en la concesión de créditos.
La inversión crediticia de éstas creció un 20%, con una tasa de morosidad del 1%, y los créditos de los bancos crecieron un 13%, con una tasa de morosidad del 0,9%. El índice de mora de las cooperativas de crédito fue del 1,5%.
Ante el cambio incipiente de ciclo económico, los bancos parecen haber optado por la prudencia y se muestran mucho más escrupulosos que nunca a la hora de analizar la situación financiera de las empresas y familias a las que prestan dinero, aun a costa de perder cuota de mercado.
El consejero delegado del BBVA, Pedro Luis Uriarte, explicaba recientemente: "Hemos pisado el freno. Ha cambiado el entorno económico y hay que conducir más despacio, porque el que no lo haga asume un riesgo".
El riesgo de las cajas
Las cajas sí parecen estar dispuestas a asumirlo. De hecho, el año pasado se volcaron en el crecimiento, con políticas comerciales más agresivas para mantener su liderazgo en el negocio hipotecario.
De momento, los bajísimos niveles de morosidad que exhiben les dan la coartada perfecta para mantener el ritmo, aunque habrá que comprobar cómo evoluciona la mora en bancos y cajas ante un ciclo recesivo.
Con el propósito de evitar problemas cuando las magnitudes económicas dejen de jugar a favor, el Banco de España impuso a las entidades nuevas exigencias de provisiones anticíclicas, el Fondo de Cobertura Estadística para Insolvencias.
Los expertos consideran que aunque la morosidad seguirá en zona de mínimos en los próximos meses, será casi imposible mejorar los índices actuales. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la cartera contratada es cartera hipotecaria, que tocó este año la cota de morosidad más baja de la historia.
Con síntomas de desaceleración económica cada vez más patentes, la lógica anticipa cierto repunte, aunque el hecho de que parta de niveles tan bajos hace que la situación sea menos preocupante. Y es que el intenso y prolongado proceso de reducción de los tipos de interés ha permitido en los últimos años un profundo saneamiento de la morosidad acumulada en la última crisis económica.
Dicho saneamiento y las mayores exigencias al sector de solvencia y prudencia en el riesgo hará casi imposible retornar a las peligrosas tasas alcanzadas en 1993, cuando el índice de morosidad de los bancos se situó en el 8,4% (influido por el caso Banesto) y la morosidad de las cajas llegaba al 7,4%.