La justicia actúa en el caso de los 900 kurdos que arribaron a Francia
La justicia francesa se hace cargo desde ayer del caso de los 900 kurdos indocumentados que en la madrugada del pasado sábado llegaron a la costa Azul cuando el barco en el que viajaban, el East Sea, encalló.
La Fiscalía de Draguignan, en el sur del país, abrió una investigación contra los responsables de este caso de tráfico ilegal de inmigrantes y ordenó la busca y captura de la tripulación, que abandonó el barco y se encuentra en paradero desconocido.
Sin saber aún la identidad de quienes dirigieron la operación, los cargos que se les imputan son los de ayudar en banda organizada a la entrada irregular de personas, poner en peligro la vida ajena y someter a personas vulnerables a condiciones de alojamiento indignas. Según el diario Le Monde, el capitán y el dueño del carguero tienen identidad siria.
Los inmigrantes, que estu-vieron ocho días hacinados en la bodega del barco, ya han declarado que quieren ser acogidos en Europa Occidental. Las autoridades deben decidir ahora si les mantienen en "zona de espera" o si se les admite en territorio francés. Dos asociaciones de apoyo a inmi-grantes han impugnado la primera opción, por considerar que los kurdos ya habían entrado en territorio francés.