'Sacyr seguirá siendo en el futuro una empresa independiente'
El presidente de Sacyr desvela la política del grupo que concita todas las miradas ante una eventual nueva etapa de concentración en el sector de la construcción. Loureda, que cumple un año en el cargo, sostiene, sin embargo, que la compañía seguirá su camino de forma independiente.
José Manuel Loureda, el primer accionista individual de Sacyr, cumple estos días su primer aniversario como presidente de la sociedad. En estos 12 meses la séptima constructora del país por volumen de ventas y primera por rentabilidad ha iniciado una etapa de expansión, tanto en España como en el extranjero, mediante la compra de empresas. En el mercado nacional, ha adquirido el 50% de Autopista Vasco Aragonesa (Avasa), titular de la autopista Bilbao-Zaragoza, junto con Iberpistas, que se ha hecho con el resto del capital. En total, 126.000 millones de pesetas de inversión. En Portugal, ha tomado el 29% de la firma Somague.
Sacyr aparece en casi todas las quinielas del sector como protagonista de posibles movimientos de fusión entre las grandes empresas que lo integran. Loureda proclama, en su primera entrevista desde que accedió al cargo de presidente, la vocación de independencia del grupo que preside.
Pregunta. Sacyr ha intentado hace unos meses una gran alianza con Dragados que le hubiera permitido encaramarse al liderazgo del sector de la construcción en España, ¿por qué no ha cuajado la negociación?
Respuesta. Realmente no fueron conversaciones profundas. Anteriormente, cuando llegamos a controlar el 5% del capital del Grupo Dragados, sí hubo conversaciones a fondo. Pero el BCH no era partidario de la operación. Esta vez no hemos llegado a negociar de una forma que pueda considerarse seria.
P. ¿Prevén alguna operación alternativa?
R. El camino que vamos a seguir es continuar como una sociedad independiente, aunque continuaremos realizando obras y proyectos de concesión mediante alianzas concretas.
P. ¿Cree que se va a producir una nueva etapa de concentraciones en el sector?
R. Creo, hoy por hoy, que las grandes empresas del sector van a seguir siendo independientes. No creo que vayan a fusionarse. Cada cual tiene una cuota de mercado importante, tesorería y tamaño suficiente para seguir su camino. Las constructoras españolas son muy importantes en el mundo.
P. Está muy extendida la idea de que Sacyr está siendo cortejada por otras empresas del sector.
R. No, no somos objeto de cortejo por parte de otras empresas.
P. También se habla de una posible fusión con Iberpistas, empresa en la que tienen una participación del 5% y con la que han comprado conjuntamente la concesionaria Autopista Vasco Aragonesa (Avasa).
R. No hay nada de eso. Hemos alcanzado un acuerdo sobre Avasa, pero somos empresas independientes, y nada más. Ni siquiera tenemos un consejero en Iberpistas. Simplemente, son unos buenos socios y es una sociedad amiga.
P. ¿Cuál va a ser su estrategia internacional?
R. Tenemos una gran capacidad financiera para abordar proyectos. Vamos a continuar licitando concesiones de infraestructuras de transporte en el exterior y acudiendo a concursos de adjudicación de obra. Nos interesa, sobre todo, el mercado de Suramérica, incluido Brasil, tras nuestra entrada en el capital de la portuguesa Somague.
P. ¿Y el mercado asiático?
R. Todavía no ha llegado el momento. Pensamos que todavía no es conveniente entrar en esos países, ya que exigen haber alcanzado un desarrollo muy importante.
P. En el que caso de Iberoamérica, ¿ qué países les interesan más?
R. Nos interesan casi todos los países del continente, aunque el de mayor potencial de negocio para nosotros es Brasil. Nuestra participada Somague tiene actualmente concesiones en el Estado de Sao Paulo tanto en el campo del agua como en el carreteras y gas. Además, Brasil tiene previsto acometer un programa importante de concesiones de infraestructura de transporte.
P. Su estrategia hasta ahora ha sido, a diferencia de las otras grandes constructoras del país, muy poco diversificadora, ¿qué van a hacer a partir de ahora?
R. Sólo queremos entrar en actividades relacionadas con el sector de la construcción, como por ejemplo la promoción inmobiliaria , donde operamos a través de nuestra filial Prosacyr. También participamos en una ingeniería. Como nuevos campos, queremos desarrollar concesiones de servicios relacionados con la construcción.
P. ¿En qué situación está su anunciado proyecto para cotizar en Bolsa ?
R. El proyecto de salida a Bolsa está hibernado en este momento. No está descartado ni mucho menos. Estamos esperando a que varias de las concesiones de infraestructura que nos hemos adjudicado entren en servicio. De momento, el pasado mes de octubre abrimos en Chile una concesión de 229 kilómetros de longitud, entre las localidades de Los Vilos y La Serena. Esta autopista la hemos abierto en 34 meses.
En septiembre, cuatro meses antes de lo previsto, pretendemos inaugurar la concesión entre Río Bueno y Puerto Montt, donde nuestro socio es la Empresa Nacional de Autopistas (ENA). Son 130 kilómetros de autopista, con una inversión total de 36.000 millones de pesetas. A finales de 2001, esperamos poner en servicio la autopista que discurre entre Santiago y Valparaíso, que nos adjudicamos junto a ACS.
P. ¿Qué previsiones de negocio manejan para su negocio de concesiones?
R. La división de concesiones de Sacyr debe estar facturando 22.000 millones de pesetas en el año 2002, cuando tengamos abiertas las tres concesiones que controlamos en Chile. En ese momento todavía no estarán abiertas las concesiones que hemos conseguido en España en los últimos meses.
P. Sacyr tiene previsto estructurarse en forma de holding, con distintas filiales para cada tipo de negocio, ¿cuándo se va a poner en marcha esta estructura societaria?
R. Todavía no estamos preparados, tenemos que esperar a que esas concesiones entren en su periodo de maduración y empiecen a generar beneficios.
P. ¿Cómo cree que va a afectar al sector los nuevos pliegos de condiciones de acceso a la obra pública que está poniendo en marcha el Ministerio de Fomento para incrementar la competencia en las licitaciones?
R. Creo que los niveles de penetración en el mercado de todas esas sociedades se van a mantener en el futuro. La industria de la construcción española tiene un gran prestigio internacional y hay que aprovecharlo.
Nuestro orgullo es que en algunos países hemos dejado una imagen muy buena de España en lo que respecta a la calidad y el esfuerzo en el trabajo. Por ejemplo, Sacyr ha tenido más españoles en Chile trabajando que las tres grandes empresas nacionales que están implantadas en ese país. Hemos llegado a tener destacados a 120 españoles.
P. En Argentina, la empresa que usted preside y otras cuatro grandes constructoras españolas han hecho una propuesta conjunta para financiar parte del ambicioso plan de infraestructuras de ese país, ¿ en qué ha quedado ese ofrecimiento?
R. Todavía no sabemos nada, estamos a la espera que se ponga en marcha ese amplio plan. Argentina nos interesa porque es un gran país.
Las cuentas se cierran con un beneficio bruto de 19.000 millones
Sacyr acaba de cerrar las cuentas del pasado ejercicio, en el que consolidan por primera vez la participación del 50% en el capital de Autopista Vasco Aragonesa y del 29% en Somague. La facturación consolidada se ha situado en 145.000 millones de pesetas, el 58% más, mientras el beneficio bruto alcanza los 19.000 millones de pesetas, lo que supone un repunte de casi el 30%. La rentabilidad bruta sobre ventas se sitúa en el 13%, bastante por encima del resto de empresas del sector.
El presidente de Sacyr explica el crecimiento del resultado del grupo el año pasado tanto por el incremento de actividad como por la mayor dimensión de su perímetro de consolidación.
La actividad constructora generó ventas de 127.000 millones, y las concesiones, 9.300 millones.
La actividad exterior del grupo, desarrollada básicamente en Chile y Portugal, representa hoy día el 43% de la cifra de negocio. La cartera de obra de Sacyr se situaba a finales de 2000 en 240.000 millones.
La previsión elaborada por la dirección de la constructora para este ejercicio estima una cifra de negocio 175.000 millones de pesetas. En esta magnitud procederá del crecimiento interno del grupo, es decir, que no incluye ninguna nueva adquisición. El beneficio bruto rondará los 20.000 millones de pesetas, con un crecimiento mínimo sobre el obtenido en el ejercicio recién concluido.
Ese estancamiento se explica, según José Manuel Loureda, por los mayores gastos financieros que soportará la cuenta de resultados tras la operación de compra del 50% de Avasa, que ha obligado al grupo a recurrir al endeudamiento.
Estas cifras la consolidan como séptima firma del sector constructor por volumen de ventas, a cierta distancia todavía de la sexta, el grupo OHL, cuya cifra de negocio superó en el ejercicio del año pasado los 300.000 millones de pesetas.