Hoteles de papel
Un grupo de empresarios ha reconvertido en hoteles y restaurantes las antiguas fábricas de papel del pueblo turolense de Beceite.
Hace un siglo, la localidad turolense de Beceite albergaba un importante núcleo papelero, cuyas fábricas tenían clientes tan sonados como el fabricante de naipes vitoriano Heraclio Fournier o la Ca-sa de Moneda y Timbre.
Los avances técnicos y la apertura de fábricas en Cataluña aceleraron a principios del siglo XX la decadencia de las industrias papeleras de Beceite.
Ahora, las pymes de la zo-na han comenzado a transformar las antiguas instalaciones industriales en reclamo turístico. Las obras en mar-cha de esta curiosa recon-versión suponen ya inversiones por encima de los 300 millones de pesetas.
Ángeles Lorenzo ha sido la primera en ocupar una de las siete papeleras para instalar La Font del Pas, un coqueto restaurante al que proyecta añadir un hotel de 25 habitaciones en los pisos superiores y un museo sobre la fabricación de papel en el sótano. De momento, lleva invertidos 70 millones de pesetas.
"Estamos en la fábrica de la antigua papelera de Noguera, donde se hacía el mejor papel de barba de España", asegura, "ya que dentro del propio edificio brota un manantial, que era utilizado para la fabricación y que suponía un valor añadido para aventajar a la competencia". Fue precisamente esta abundancia de recursos hídricos la que ayu-dó a Beceite a convertirse en un núcleo industrial y ahora contribuye a revalorizar el pro-yectado centro turístico.
Eli Díez, gerente de la sociedad de servicios turísticos Senda, ha comprado la antigua papelera Solfa para ubicar las oficinas de la empresa y una tienda de productos agroalimentarios típicos de la región. "Esta zona tiene ya clientes incondicionales", subraya, "porque cuenta con todos los recursos para el turismo de alta calidad". "Además, las antiguas fábricas son edificios sólidos con amplias terrazas y junto al río, con vistas impresionantes".
Una tercera fábrica será reconvertida en una colonia de apartamentos. Las pymes están convencidas de que la demanda va a dispararse y, con ella, las inversiones.