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Zaplana compromete el pago de 1,5 billones de pesetas de créditos hasta el año 2021

Más de 1,5 billones de pesetas de deuda, entre capital e intereses, es la herencia financiera que el Gobierno de Eduardo Zaplana tiene dispuesta, hasta el momento, para los valencianos de la próxima generación y para sus sucesores en el Ejecutivo. La Generalitat, con graves problemas financieros, está alargando los plazos y ha dispuesto que gran parte de la deuda no empiece a devolverse hasta 2003.

Según la Sindicatura de Cuentas -el tribunal de cuentas autonómico-, a 31 de diciembre de 1999 la Generalitat tenía una deuda financiera de 1,17 billones -casi al 50% entre capital e intereses-, un 20% más que en 1998. El 87,6% de esta cantidad vencía después de que Zaplana haya agotado su mandato en 2003.

A esta deuda hay que añadir unos 90.000 millones emitidos por la Generalitat en 2000, en lo que supuso un nuevo incumplimiento de la deuda pactada con el Gobierno de Aznar. De esta cantidad, 34.800 millones corresponden a un préstamo extrapresupuestario concedido por Barclays Bank el pasado mes de diciembre que se amortizará en 2010.

Así pues, la deuda y los intereses que los próximos Gobiernos tendrán que pagar se situó el pasado 31 de diciembre en alrededor de 1,25 billones, lo que casi iguala el Presupuesto autonómico para este año (1,29 billones).

El Gobierno valenciano confronta los datos de la deuda con los resultados de su gestión, que han situado a la Comunidad Valenciana entre las regiones de mayor crecimiento y que cuentan con mejor nivel de empleo. La oposición, por contra, resalta que el endeudamiento valenciano, que ha aumentado más de un 100% desde que gobierna Eduardo Zaplana, apenas ha influido en los niveles de inversión directa de la Generalitat, que ha crecido un 15% desde 1995.

Pero la cuenta del debe de los valencianos no acaba aquí. Falta contabilizar la deuda de las universidades y de las empresas públicas, donde el aplazamiento a generaciones futuras es todavía más evidente.

La suma final

Es el caso de Radiotelevisión Valenciana, que en 2000 pidió un préstamo de 13.720 millones a amortizar entre 2009 y 2012. Lo que se pagará en esos años no son inversiones, sino las pérdidas crecientes de Canal 9, que antes se cubrían directamente con cargo al Presupuesto autonómico y que desde el año pasado se endosan a futuros Gobiernos. Otra deuda que tendrá que pagar la próxima generación será la generada por el faraónico proyecto Ciudad de las Artes y de las Ciencias -iniciado por los socialistas y engrandecido por Zaplana-. La empresa pública Cacsa ha firmado varios préstamos que suman más de 50.000 millones, a devolver a partir de 2003 y que se amortizarán totalmente en 2021.

La deuda de Cacsa se incrementó en 2000 en una cuantía no desvelada y continuará creciendo hasta que terminen las obras, en 2004 como pronto. Los préstamos de 50.000 millones se firmaron en unas condiciones muy ventajosas para los bancos, puesto que la Generalitat responde solidariamente de cualquier incumplimiento y, además, todas las acciones de Cacsa están pignoradas.

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