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Los fabricantes de los test al vacuno advierten que su eficacia no es total

Los propios laboratorios que elaboran los test prionics afirman que no son garantía de salud. Varias organizaciones europeas de consumidores sostienen que sólo son un instrumento al servicio de las autoridades y el comité científico director considera que estas pruebas sobre animales menores de 14 meses no ofrecen fiabilidad ni relevancia.

Bruselas dictaminó a finales del pasado año que desde el 1 de enero de 2001 se hicieran controles obligatorios a todos los animales vacunos de 30 meses previamente a su incorporación a la cadena alimentaria. Los instrumentos que han de ser aplicados para la detección de la encefalopatía espongiforme son los ya famosos test prionics cuya eficacia empieza ahora a ser contestada.

Varios organismos relacionados con el control de la enfermedad en toda Europa dudan de que estos test sean una garantía de salud alimentaria, como recoge un documento elaborado por la patronal del sector cárnico, Asocarne. Esta asociación sostiene que "diversas organizaciones de consumidores europeos mantienen que los test aplicados a animales de 30 meses no pueden ser considerados más que un instrumento útil para resolver los problemas de sanidad animal", por lo que "no pueden ser interpretados como equivalentes a una garantía de salubridad alimentaria, sino como un elemento más a disposición de las autoridades sanitarias". Estas mismas organizaciones manifestaron al Grupo Permanente del Vacuno celebrado a primeros de este mes su voluntad de "denunciar y/o perseguir judicialmente a todas aquellas empresas cárnicas, distribuidores comerciales o autoridades sanitarias que hagan uso privado de este tipo de test para garantizar ante los consumidores la seguridad de las carnes de vacuno". En este sentido cabe señalar que alguna cadena de hipermercados anunció en su día en España la realización de estos test como garantía para el consumo de sus carnes.

Crítica del comité científico

Con respecto a los test aplicados a vacas menores de 24 meses, anunciados por Alemania y alguna comunidad autónoma española, el comité científico director ha señalado que "estos test no ofrecen fiabilidad y carecen de relevancia, por lo que ha sido desaconsejada su realización". Dice el documento de Asocarne que "ante la petición de Alemania en el Consejo de Ministros de Agricultura de finales del mes de enero se decidió que el comité científico director volviese a reevaluar sus opiniones sobre este asunto y emita un nuevo informe al respecto en las próximas semanas.

El Consejo de Ministros ha desaconsejado que se adopten nuevas medidas nacionales que no estén armonizadas a nivel comunitario." Puesto que, siempre según el documento aludido, "cada nueva medida es interpretada emocionalmente por los consumidores como equivalente a que la medida anterior era insuficiente".

Y la guinda: "Los propios laboratorios que elaboran los test prionics también han indicado que de la aplicación de su test no puede deducirse ninguna garantía de salud pública, sino que sólo se trata de un instrumento más al servicio de la autoridad sanitaria". En España los test prionics con resultados positivos han de ser confirmados en el laboratorio nacional de referencia de la encefalopatía espongiforme de Zaragoza tras realizarse una segunda mues-tra histopatológica.

Test en animales vivos

Por otra parte, el director del Centro Nacional de Referencia para las Encefalopatías Espongiformes Bovinas (EEB), Juan José Badiola, anunció ayer que este laboratorio y un equipo de la Facultad de Veterinaria de León iniciarán "en breve" pruebas con test de detección de esta enfermedad en animales vivos.

Badiola explicó que "las pruebas se harán con casos positivos y negativos para tener una experiencia propia en España, una vez que se establezca el protocolo a seguir y se cuente con animales disponibles".

 

Bruselas amplía a un año el plazo para sacrificar reses de 30 meses

Desincentivará la producción de carne a largo plazo

Bruselas dio ayer un respiro a España y el resto de Estados miembros al decidir ampliar seis meses más el plazo para sacrificar animales de más de 30 meses. La decisión de la UE forma parte de un amplio plan de reforma del sector ganadero para reducir el impacto de la crisis de las vacas locas.

La Comisión Europea anunció ayer al Parlamento su decisión de ampliar a todo el año 2001 la destrucción de los bovinos de más de 30 meses iniciada el 1 de enero para eliminar los excedentes originados por la crisis de las vacas locas. Bruselas extenderá a todo 2001 el régimen de compras para la incineración del ganado, sistema previsto inicialmente para un periodo de seis meses. La Comisión ha decidido permitir también que el régimen de compra se aplique a las reses mayores de 30 meses que hayan superado el test para detectar la enfermedad.

El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, ha propuesto, además, suprimir en 2001 y también en 2002 el tope de 350.000 toneladas fijado en la normativa comunitaria para las compras clásicas de excedentes por parte de la intervención comunitaria, compras realizadas a través de licitaciones. Las nuevas propuestas de la Comisión Europea incluyen un paquete de medidas destinadas a desincentivar la producción de carne a largo plazo, como la reducción del cupo de bovinos machos con derecho a la denominada "prima especial".

En España la cuota asignada pasaría de 713.999 a 625.636 cabezas. Esos cupos, ahora regionales, se transformarían en cupos individuales, y cada Estado miembro sería el encargado de realizar el reparto teniendo en cuenta el número de primas otorgadas en los años precedentes.

Fischler quiere aumentar el número de novillas en las explotaciones que se benefician de las primas a la vaca nodriza. Ese número no será inferior a un 20% del rebaño global ni superior a un 40%, medida que se traducirá en la práctica en una reducción del número total de vacas nodrizas, de las que depende la producción futura de carne de vacuno.

El Ejecutivo comunitario aboga además por disminuir la densidad máxima de las explotaciones intensivas de vacas nodrizas y bovinos machos, que pasaría de 2 a 1,8 unidades de ganado mayor, con el fin de incentivar la producción extensiva. La Comisión autoriza el cultivo de forrajes en los barbechos, con el fin de aumentar la producción de proteínas vegetales para la alimentación del ganado.

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