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La contracción del IVA alerta sobre la pérdida de vigor de la economía

El aumento de los ingresos de un 7,5% en el año 2000 permitió al Estado reducir el déficit de caja hasta 404.500 millones de pesetas, frente a 1,06 billones del ejercicio anterior. No obstante, la desaceleración del crecimiento económico hizo mella en los impuestos indirectos, ligados al consumo, cuya recaudación pasó de crecer el 13,3% a sólo el 7,3%.

El año 2000 se saldó con un nuevo descenso del déficit del Estado, que hace más fácil la consecución del equilibrio presupuestario para 2001. En términos de caja [recoge los ingresos y pagos en el momento en que son efectuados y no cuando son devengados, como hace la contabilidad nacional], el déficit del Estado se redujo al cierre del ejercicio a 404.500 millones de pesetas, frente a 1,057 billones en que acabó 1999. Esta evolución se debe a un crecimiento de los ingresos no financieros del 7,5%, hasta 19,749 billones de pesetas, mientras que los gastos aumentaron sólo el 3,8%, hasta 20,15 billones.

En el capítulo de los gastos, la mayor parte corresponde a operaciones corrientes, que superan los 18,16 billones, con un incremento del 4,4%. El apartado principal, al igual que en 1999, se encuentra en las transferencias, sobre todo a comunidades autónomas, que absorbieron 12,1 billones, con un fuerte incremento del 12,1%.

El gasto en inversiones también creció, un 4,9%, superando por primera vez el billón de pesetas, de los que 741.000 millones corresponden a inversiones civiles, y el resto es inversión de carácter militar. Por otro lado, la reducción de la cartera de la deuda provocó un descenso del 7,3% en los pagos por intereses, que han pasado de 3,178 billones en 1999, a 2,947 billones en 2000, es decir, 231.000 millones menos.

Por el lado de los ingresos destaca el comportamiento expansivo de la recaudación impositiva, que aumentó el 8,4%, por encima de la no impositiva, que superó en un 2,4% la obtenida en 1999.

Sin embargo, a pesar del aumento de los ingresos vía impuestos cosechado en 2000, uno de los aspectos que más sobresalen es el efecto en la recaudacion de la desaceleración económica de la segunda parte del ejercicio, especialmente en los impuestos indirectos, ligados al consumo. æpermil;stos crecieron el 7,3%, frente a un aumento del 13,3% en 1999. La contracción del consumo se notó, sobre todo, en el impuesto estrella del sistema tributario, el IVA.

Recaudación

Así, el año 2000 cerró con una recaudación, derivada del impuesto del valor añadido, de 8,53 billones, un aumento del 8,7%, muy lejos del incremento del 17% que registró este tributo en 1999. En los impuestos especiales (tabaco, alcohol, hidrocarburos y electricidad, entre otros), ligados también al consumo, se ha notado de igual manera el enfriamiento de la economía, con un crecimiento del 4,1% en 2000, por debajo del 7,4% registrado en 1999.

En los tributos directos, la recaudación por IRPF alcanzó el pasado año 5,35 billones, con un incremento del 4,9%, ligeramente superior al 2,1% de 1999. El impuesto sobre sociedades tuvo, en cambio, un comportamiento excelente. Su recaudación alcanzó 2,8 billones, un 17,5% más que en 1999, achacable al descenso del fraude y a la evolución positiva de los beneficios empresariales.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se mostró ayer satisfecho en el Congreso de la ejecución presupuestaria del año 2000. Los datos del déficit del Estado los calificó de "muy positivos y alentadores" para conseguir el objetivo marcado por el Gobierno de que el déficit publico, en términos de contabilidad nacional, se reduzca al 0,3% del PIB para el conjunto de las Administraciones públicas (Estado, Seguridad Social, comunidades autónomas y ayuntamientos). El ministro indicó que esta cifra no estará disponible hasta finales de febrero, cuando se hayan hecho los ajustes pertinentes.

Hacienda baraja para 2000 un "ligero" déficit, de una o dos décimas de PIB para las administraciones territoriales, un superávit de tres décimas para la Seguridad Social y un déficit de cinco décimas para el Estado, siempre en términos de contabilidad nacional que es el criterio homologado por Eurostat para comparar con el resto de socios comunitarios.

 

Economía confirma el menor impulso de la demanda

El último informe de coyuntura correspondiente a enero, hecho público ayer por el Ministerio de Economía, confirma la desaceleración de la actividad, causada por la pérdida de impulso de la demanda interna y, fundamentalmente, del consumo privado. El ministerio se apoya en los indicadores recientes.

Entre ellos destaca el "índice de clima de la construcción", cuyo perfil se ha ido suavizando en los últimos meses, en consonancia con otros indicadores de actividad como el consumo de cemento.

Ligado a este último se encuentran los visados de dirección de obra, cuya caída interanual del 2% adelanta una desaceleración en la construcción de viviendas, fruto de la flexión a la baja muy acusada en el subsector residencial, "lo que augura una ralentización importante de la construcción de viviendas a lo largo del año".

La ralentización del consumo es especialmente notable en el componente de automóviles, según Economía. En diciembre de 2000, la matriculación de automóviles retrocedió el 21,4% sobre el mismo mes del año anterior. A ello hay que sumar la desaceleración en las "disponibilidades de bienes de equipo", otro de los índices que se utilizan para estimar la coyuntura futura.

Con todo, Economía, prevé que el año 2001 será de nuevo un ejercicio con un alto crecimiento económico, superior al 3%, aunque lejos de las tasas de años anteriores. Respecto al empleo, el Gobierno reconoce también una menor creación de puestos de trabajo, en sintonía con la actividad.

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