Los empleados de Sintel, escépticos ante la oferta de compra de Carlos Gila
El principio de acuerdo de compra de Sintel por parte de Carlos Gila, administrador único de la compañía desde hace siete meses, no ha convencido ni a trabajadores ni a sindicatos. Para ellos la operación (publicada ayer en El País), que podría aprobarse en la próxima junta de accionistas dentro de dos semanas, "hay que tomarla con cautela".
Consideran que Gila "carece de credibilidad ante las autoridades para llevar a buen término una situación tan delicada en estos momentos". La compañía vive una suspensión de pagos, un expediente de extinción de 1.201 empleos, retrasos en el pago de las nóminas y una deuda de 30.000 millones.
La plantilla, acampada desde hace 10 días en el Paseo de la Castellana, en Madrid, desconoce los términos del acuerdo y considera que el nuevo gestor es "un testaferro de Telefónica", compañía que vendió Sintel al empresario de origen cubano Jorge Mas Canosa. La solución al conflicto pasa -según fuentes de CC OO- "por un plan de viabilidad que incluya la paga de salarios y la retirada del expediente de extinción".