Empresas europeas exigen un trato justo a los inmigrantes en El Ejido
Migros, la principal distribuidora de alimentos de Suiza, está contactando con otras grandes cadenas europeas para plantear una exigencia común a los productores de hortalizas de Almería: si no mejoran las condiciones de los inmigrantes, buscarán otros proveedores.
Un año después de la revuelta de El Ejido (Almería), que destapó al mundo los problemas de integración de los inmigrantes, los trabajadores extranjeros han encontrado a sus mejores defensores: las propias cadenas de supermercados que compran las hortalizas que ellos recolectan en los invernaderos.
La empresa suiza Migros, principal distribuidora de consumo de ese país -más de dos billones de pesetas de ventas- lanzó la primera advertencia hace unos días: "Si no se mejora la situación [de los inmigrantes] en Almería, cediendo a la presión de nuestros clientes nos veremos obligados a dirigirnos a mercados alternativos en otras regiones y países", decía una carta enviada por Migros a los productores de hortalizas de Almería.
Pero la postura de Migros parece ser sólo el principio. Johann Zueblin, responsable de calidad del grupo, ha indicado a Cinco Días que su grupo está "en contacto con otras grandes distribuidoras europeas para plantear una exigencia común a los productores de Almería".
Y es que las fructíferas hortalizas almerienses dependen mucho de los mercados exteriores. En la última campaña, 1999-2000, de los 273.000 millones de pesetas que valió la producción hortofrutícola de Almería, casi el 60%, 158.000 millones, provino de las exportaciones, que en un 90% van a la UE (Alemania, Francia, Holanda y Reino Unido, por este orden). El resto se lo reparten Suiza, República Checa y EE UU.
La cadena suiza Migros gasta cada año más de 2.000 millones de pesetas en comprar hortalizas almerienses a unas 15 empresas productoras. El directivo de Migros reconoce que "la mayoría de nuestros proveedores no explota a los inmigrantes, pero hay algunos que sí, y nuestros clientes cuando compran tomates en nuestras tiendas temen que hayan sido cultivados bajo explotación de los trabajadores", explica Zueblin. Migros ha recibido unas 4.000 cartas de consumidores pidiendo a la empresa que exija a sus proveedores una mejora en las condiciones de vida de los inmigrantes de Almería.
"El mes que viene, iremos a Almería a hablar con nuestros proveedores para comprobar qué se está haciendo para mejorar las condiciones de vida de los inmigrantes", anuncia el directivo. Unas condiciones que, ayer mismo, al cumplirse un año de los incidentes de El Ejido, no han mejorado en aspectos clave como el de los alojamientos, según indicó a Efe el presidente de Atime (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España), Hannafi Hanza. Esta opinión es compartida por el defensor del pueblo andaluz, José Chamizo: "Entre el 60% y el 80% de los 45.000 inmigrantes del Poniente almeriense vive en condiciones infrahumanas".
æpermil;tica en los negocios
"El problema de la inmigración no es sólo de Almería, es de toda Europa, y supera a los propios productores, pero ellos también tienen que hacer algo", indica el directivo de Migros, una empresa con un histórico marchamo ético en sus negocios. Su defensa de los trabajadores en las hortalizas la aplica también a la ropa, el café y a otros alimentos, de los que rechaza los transgénicos.
Por su parte, el sector hortícola de Almería y la Consejería de Agricultura temen que "paguen justos por pecadores", dijo ayer el consejero, Paulino Plata. "Seguro que hay empresarios que no cumplen con los trabajadores inmigrantes, pero son los menos. La mayoría los trata igual que a los españoles. Y si no, que vengan a verlo", afirma Juan Cantón, presidente de la patronal almeriense Coexphal. "No tememos que este asunto perjudique nuestras exportaciones", añade. Representantes del sector viajan hoy a Bruselas para defender la imagen del sector hortícola ante las autoridades comunitarias.