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La nueva medición del IPC desde enero elevará el nivel de inflación

El INE ha modificado la ponderación de la cesta de bienes que componen el IPC, aumentando el peso de los productos más inflacionistas como la energía y los servicios, en detrimento de la alimentación y el vestido.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará el próximo 13 de enero el primer índice de precios de consumo (IPC) calculado con la nueva metodología que tiene previsto implantar este organismo entre 2001 (Fase I) y 2002 (Fase II).

En la primera fase, que arranca con el IPC de enero, el índice incorporará una actualización de las ponderaciones de los bienes incluidos en la cesta de 471 artículos que lo componen. Esta actualización está basada en la encuesta continua de presupuestos familiares, que el INE lleva publicando desde 1997.

El cambio de ponderaciones supondrá la pérdida de importancia, para el cálculo del IPC, de bienes de consumo hasta ahora básicos para los españoles, como los alimentos frescos y elaborados, cuyo peso pasará del 26,8% al 21,5% de la cesta, el menaje y el vestido. En cambio, ganarán en importancia servicios como el turismo, la hostelería, los seguros médicos, y productos como el tabaco, bienes energéticos y las telecomunicaciones.

El objetivo del cambio, según el subdirector del IPC del INE, Ignacio González, es que el nuevo índice "refleje de manera más real el gasto de las familias españolas", en una sociedad que ha cambiado sus hábitos de consumo en la última década, conforme aumentaba su nivel de renta y surgían en el mercado nuevos productos ligados a las tecnologías, como los teléfonos móviles. El primer efecto de la nueva medición del IPC es su traslación sobre el nivel general de precios, ya que muchos de los productos cuya ponderación aumenta son, a su vez, los que más se han encarecido en los últimos meses, como los servicios y la energía. Ello implica que, en lo sucesivo, variaciones en los precios de estos productos se trasladarán con mayor virulencia en el cómputo de la inflación. Como contrapartida, los descensos de estos productos también incidirán en mayor medida sobre el índice general de precios.

Además de los cambios en la ponderaciones, el IPC de enero traerá consigo también una nueva clasificación de los grupos que lo componen (pasarán de ocho a doce) y el cambio de año base, de 1992 a 2001. Servicios como la telefonía comenzarán a ponderarse según el gasto que acarrean y no por el número de llamadas.

Segunda fase

En la segunda fase, a ejecutar a partir de enero de 2002, el INE ampliará la cesta de productos que componen el IPC, aumentará la muestra de municipios (ahora son 130) y establecimientos (actualmente, 29.000) en los que se realiza la toma de datos todos los meses. En 2002 se incluirán también, por primera vez, precios ligados a ofertas y rebajas, y se completará el cómputo de nuevas ponderaciones iniciado en 2001.

Para González el nuevo índice de precios de consumo será "más dinámico" y "más moderno". Moderno porque se adaptará a los requerimientos de Eurostat y hará posible un cambio de base cada cinco años (hasta ahora se hacía cada ocho o nueve años).

Dinámico porque permitirá la revisión "cada año" de las ponderaciones de los bienes y ofrecerá la posibilidad de incluir nuevos productos en el momento en que su consumo comience a ser significativo, algo que no se podía realizar hasta ahora con una cesta de bienes invariable.

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