Las avestruces se saltan las fronteras regionales
La crisis de las 'vacas locas' ha disparado el consumo de carne de esta ave. 19 criadores de cinco comunidades se han unido para abrir un matadero y hacer frente a la falta de instalaciones.
Diecinueve criadores de avestruces de Álava, Aragón, Burgos, La Rioja y Navarra se han unido para abrir en la villa foral de Los Arcos, a medio camino entre Logroño y Pamplona, un matadero interprovincial para agilizar la comercialización y responder a la creciente demanda de un producto cuyo consumo se limitaba prácticamente a las fiestas navideñas. Pero el miedo a las vacas locas ha obrado el milagro de disparar la demanda, que se ha cuadruplicado desde el pasado noviembre y muestra una decidida tendencia al alza.
Las 19 pymes han llegado a un acuerdo con el ayuntamiento de la localidad navarra para la cesión durante los próximos 50 años de las instalaciones del antiguo matadero municipal, por las que pagarán una renta mensual de 50.000 pesetas.
Otros 10 millones de pesetas han sido destinados al acondicionamiento, con la instalación de cámaras frigoríficas y la dotación de elementos (rieles de transporte, laminado plástico de las paredes) que garanticen el estricto cumplimiento de las normativas sanitarias.
Manuel Morrás, propietario del criadero Tinkuta, de Los Arcos, y promotor de esta iniciativa, asegura que "la apertura del matadero viene a solventar uno de los problemas más graves para este negocio. En España sólo existen cinco plantas de sacrificio, y el transporte de los animales, que son muy delicados, ocasionaba numerosas bajas y un deterioro de la calidad de la carne, que repercutía en el precio. Todo ello sin contar una media de 4.000 pesetas por transporte. Ahora se ha elegido un punto estratégico con buenas comunicaciones, lo que facilitará un rápido desplazamiento desde cinco comunidades autónomas".
25 ejemplares al día
La previsión de los 19 criadores es sacrificar una media diaria de 25 ejemplares en temporadas altas -fundamentalmente en Navidad-. Los otros cinco mataderos existentes en España están ubicados en Barcelona, Girona, Madrid, Murcia y Valladolid.
Si el cerdo lleva tradicionalmente la fama en cuanto a su completo aprovechamiento, el avestruz no le va a la zaga. Su carne se cotiza a una media de 3.000 pesetas el kilo ( prácticamente el doble que la de ternera), su piel sirve para fabricar ropa y complementos (monederos y carteras básicamente), las plumas son utilizadas para la confección de edredones, y las uñas son muy cotizadas entre los fabricantes de botones.
Aunque en España no acaban de cuajar como alimento, los huevos gozan de buena aceptación como objeto de decoración. Además, el carácter exótico de estos animales ha sido aprovechado por los propietarios de muchas instalaciones como reclamo turístico. Del avestruz no se desaprovecha nada.
Morrás subraya que "la carne de avestruz puede y debe tener un gran futuro, ya que sintoniza con las recomendaciones de los especialistas en nutrición. Es un alimento rico en hierro y bajo en colesterol, y su sabor es parecido al de la ternera.
Además, a medida que el mercado vaya extendiéndose, los precios bajarán. La proliferación de granjas ha situado el precio del kilo a 3.000 pesetas, frente a las 5.000 de hace tres años".
El avestruz está listo para el matadero cuando cumple un año y alcanza un peso de alrededor de 100 kilos. Su sacrificio no es tarea fácil , dado el carácter sumamente agresivo de estos animales, según Morrás. Ello hace preciso un sistema de adormecimiento específico y una alta especialización de los matarifes.
Esta circunstancia justifica el cobro de una media de 8.000 pesetas por animal sacrificado. También su crianza requiere cuidados especiales, que atiendan la aclimatación y eviten los enfrentamientos entre miembros de las camadas.
Desde que en 1993 se importaron los primeros avestruces de cría en España, el sector ha experimentado un crecimiento lento, pero sostenido. Es ahora, con el temor a las vacas locas, cuando los granjeros empiezan a creer de verdad en las expectativas de su negocio.