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INTERNACIONAL

La crisis de EE UU ofrece a Europa la oportunidad de liderar el crecimiento

Perspectivas económicas. 2001 se presenta como el año de la gran oportunidad de Europa. Estados Unidos afronta una desaceleración severa de su crecimiento, que se suavizará en la segunda parte del año y evitará así males mayores a la economía mundial, mientras que Japón ofrece perspectivas bastante negativas más allá de sus fronteras. En este escenario, Europa cuenta con unas perspectivas optimistas, con un crecimiento moderado pero vigoroso este año y la revalorización del euro frente al dólar. Existe, sin embargo, el riesgo a una relajación en las políticas fiscales que impida una reducción de la inflación, lo que dificultaría el papel del Banco Central Europeo.

La desaceleración de Estados Unidos ofrece a Europa la oportunidad de liderar el crecimiento mundial. La UE crecerá algo más del 2,5% y el euro se ha revalorizado frente al dólar. Europa tiene margen para impulsar su crecimiento si prosigue con las reformas y mantiene el ajuste fiscal.

El Foro de Davos no se caracteriza, precisamente, por los aciertos de sus predicciones y las perspectivas de los expertos reunidos la pasada semana en esta estación suiza no pudieron ser más optimistas para la economía mundial.

La confianza en una recuperación en V de la economía norteamericana (recesión en los primeros meses del año para pasar a una fuerte reactivación en el segundo semestre) fue prácticamente unánime, lo que a su vez descarta una crisis mundial.

En Davos nadie habló, sin embargo, del alto nivel de endeudamiento de las familias estadounidenses (un 22% de sus ingresos disponibles) ni de la caída de la tasa de ahorro personal a niveles desconocidos desde la década de los años 30 (-0,8% en noviembre pasado).

Asimismo, la mayor parte de las empresas ha acometido durante estos años fuertes inversiones, que en un escenario de caída de la demanda, pueden afectar seriamente a sus cuentas de resultados y, por tanto, a su valoración en los mercados. Estos factores podrían agravar y prolongar la desaceleración más allá de lo previsto por los expertos, que por el contrario sí se mostraron cautelosos con la bajada de impuestos propuesta por la Administración Bush.

"Si la rebaja impositiva no se acompaña de austeridad fiscal, Greenspan tendría un escenario complicado para relajar la política monetaria", aseguró Alan S. Blinder, antiguo vicepresidente de la Reserva Federal.

Descartado Japón como relevo en el liderazgo económico mundial, llega la oportunidad de Europa. Las economías europeas mantendrán un ritmo de crecimiento moderado pero vigoroso (algo más del 2,5%), el euro ha recuperado terreno frente al dólar y los precios del petróleo se han reducido significativamente.

¿Qué puede dificultar, entonces, su protagonismo en la economía mundial? Por un lado, el paro estructural en Europa se sitúa en el 9% de media, bastante lejos del 4,2% de Estados Unidos.

La caída del comercio mundial tendrá especial incidencia en las economías centrales de la Unión, que tendrán que compensar la reducción de las exportaciones con una mayor aportación al crecimiento de la demanda interna. El catedrático Jürgen von Hagen, de la Universisdad de Bonn, alertó contra la relajación de las políticas fiscales en Francia y Alemania, porque esto impide una reducción de la inflación en la zona.

 

"Nada une más que compartir una moneda"

Ante el World Economic Forum, el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, dio la clave de uno de los mayores lastres de Europa para asumir ese nuevo papel en el contexto internacional: los propios europeos no confían en sus posibilidades de mantener un largo periodo de crecimiento sostenido. Los líderes europeos que pasaron por Davos reconocieron la buena salud de sus economías pero se mostraron cautelosos ante las perspectivas para 2001.

La puesta en circulación de la moneda única puede aportar mayor confianza. "Nada une más que compartir una moneda común", subrayó Rato.

La diferencia, además, estriba en los diferentes papeles que tienen el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal. "El BCE no tiene el mandato legal de promover el crecimiento, sino vigilar los precios" y con el actual nivel de la inflación subyacente "el BCE no podrá bajar tipos al menos en seis meses", aseguró Alan S. Blinder.

 

Las protestas cambian el discurso

Las protestas contra la globalización y los duros enfrentamientos registrados en Seattle, Washington y Praga han cambiado el discurso de los líderes económicos y políticos mundiales. Los llamamientos a humanizar la economía y a favor de unas reglas más justas para el comercio internacional se escucharon constantemente en todas las sesiones.

La 31 reunión anual del World Economic Forum ha aumentado el número de dirigentes asiáticos y africanos que participaron en su programa y ha invitado a numerosas Organizaciones No Gubernamentales a sumarse a los debates.

El ministro de Economía francés, Laurent Fabius, exhibió con orgullo el hecho de que su Gobierno había enviado a dos representantes al Foro Social Mundial que se celebraba en Brasil, como contraposición a Davos, y de que en ambos foros Francia mantenía un discurso único. Fabius, sin embargo, esquivó la reivindicación de algunos participantes para que los países europeos dejen de proteger sus productos agrícolas con subsidios contra los que no pueden competir los países menos desarrollados.

En este sentido, el discurso más encendido fue el del presidente de México, Vicente Fox, que reclamó un nuevo orden mundial "con rostro humano" y "accesible para muchos, no para unos pocos".

Elite blindada

No obstante, y ante la experiencia vivida en este tipo de reuniones, la elite económica y política mundial convocada en Davos se blindó, casi literalmente, frente a los manifestantes antiglobalización.

El día previsto para las manifestaciones, el sábado día 27, las autoridades suizas cortaron las vías de tren que llevan a la exclusiva estación suiza, rodearon todo el pueblo de alambres con púas y realizaron severos y sucesivos controles en los accesos por carretera. Aún así, 200 manifestantes llegaron a Davos y la policía utilizó fuertes cañones de agua para disolverlos, en un ambiente de varios grados bajo cero. El rostro humano a esta reunión económica lo puso la modelo Naomi Campbell, contratada para asistir a la gala del sábado noche.

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