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La dura competencia en llamadas a larga distancia pasa factura a AT&T

La mayor operadora estadounidense de larga distancia, AT&T, está siendo víctima de la fuerte competencia. Su beneficio operativo cayó un 68% en el cuarto trimestre del año. Y registró unas pérdidas netas de 1.700 millones de dólares (307.000 millones de pesetas) en el mismo periodo, una cifra excepcional debida al proceso de reestructuración que atraviesa en la actualidad. Las expectativas de mejora para este año no son nada alentadoras.

Siguiendo las pautas del mercado y aún en pleno proceso de reestructuración, la operadora estadounidense de telefonía de larga distancia y de televisión AT&T publicó ayer unos resultados peores de lo esperado por el mercado. La compañía registró durante el cuarto trimestre de 2000 una pérdida neta de 1.700 millones de dólares (307.000 millones de pesetas) o 45 centavos por acción. En el mismo período del año anterior el grupo había tenido un beneficio neto de 1.153 millones de dólares (207.540 millones de pesetas). Esta diferencia se debe al costoso plan de reestructuración que ha emprendido AT&T en los últimos meses.

Entre octubre y diciembre de 2000 la compañía, con sede en Nueva York, registró unos beneficios brutos de 978 millones de dólares (176.000 millones de pesetas), o 26 centavos (46,8 pesetas) por acción. Sin embargo, este beneficio fue un 42% menor a los 1.650 millones de dólares (306.000 millones de pesetas) o 53 centavos (95,4 pesetas) por acción registrados en el mismo período de 1999. La empresa atribuyó, además, la importante caída de su beneficio bruto a la fuerte competencia y la bajada de los precios del mercado de telefonía de larga distancia.

"En 2000, la industria ha sentido el impacto de la caída de la larga distancia que nosotros anticipamos cuando pusimos en marcha nuestra nueva estrategia hace tres años atrás", dijo el presidente del grupo, Michael Armstrong. "Nuestros resultados son el reflejo de una aceleración de esa caída, pero demuestran también que hemos tenido éxito en el crecimiento de otros negocios", explicó.

La pérdida neta del grupo se debió además a que los gastos extraordinarios por reestructuración que tuvo que afrontar AT&T fueron mucho mayores a los del mismo periodo del año anterior. Mientras que en el cuarto trimestre de 1999 la empresa gastó 804 millones de dólares (144.000 millones de pesetas) en concepto de reestructuración y otros cargos, en el mismo período del pasado año pagó 6.232 millones de dólares (1,1 billones de pesetas).

Los ingresos por facturación se elevaron un 3% en el periodo a 16.900 millones de dólares (tres billones de pesetas) y un 5,4% en todo el año frente al año anterior.

Una crónica anunciada

Para este ejercicio, las expectativas no son nada alentadoras. Las ventas serán similares a las de 2000 y se irán reduciendo en línea con la rebaja de tarifas de larga distancia. La unidad de servicios a empresas se estima que tendrá unos menores ingresos durante el primer trimestre del año.

Sin embargo, las ventas de la unidad de móviles aumentarán entre un 30% y un 35%, estimó la compañía.

El año pasado AT&T ya había recortado en varias ocasiones sus perspectivas de crecimiento, mencionando siempre la debilidad del mercado de telefonía de larga distancia.

A este hecho, se le sumó el profundo plan de reestructuración anunciado el pasado octubre, que implica la división de la compañía en cuatro unidades principales (consumidores, empresas, banda ancha y servicios inalámbricos), y la creación de una acción que cotice de forma independiente para cada uno.

Las malas noticias no han dejado de afectar al gigante de las comunicaciones, al verse también tocado el pasado sábado por la renuncia de Rick Roscitt, encargado de la unidad de servicios para empresas, una de las mayores del grupo. Las acciones de AT&T perdían a media jornada en la Bolsa de Nueva York un 1,84%.

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