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INTERNACIONAL

Bush usa el discurso de Greenspan para apoyar la bajada de impuestos

Los republicanos han aprovechado el último discurso del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, para reforzar su ofensiva a favor de una bajada de impuestos que ahora quieren que sea más ambiciosa que la prometida durante la campaña electoral.

Los republicanos están decididos a rentabilizar cuanto antes el discurso a favor de la bajada de impuestos pronunciado el jueves por Alan Greenspan, el poderoso presidente de la Reserva Federal.

Trent Lott, líder de la mayoría republicana en el Senado, apareció el pasado domingo en la cadena Fox diciendo que "el testimonio de Greenspan ante el comité presupuestario (del Senado) ayudó inmensamente" al plan impositivo de Bush.

Tanto es así, que Lott habló de proponer una rebaja de impuestos mayor a la que ofreció Bush durante la campaña electoral. Además quiere acelerar su negociación en el Congreso para que esté aprobada antes del próximo 4 de julio.

Bush propuso una rebaja fiscal que, durante la campaña, se cifró oficialmente en 1,3 billones de dólares en 10 años. Y ésta es la cifra que sigue utilizando el asesor económico del presidente, Lawrence Lindsey, quien también apareció este fin de semana en la CBS para promover la propuesta.

Sin embargo, Lott explicó que el montante final "será de, como mínimo, 1,5 a 1,6 billones de dólares" porque algunos recortes serán retroactivos y, además, pueden incluirse otras rebajas como la del impuesto sobre rendimientos del capital.

Expertos del Centro para las Prioridades Políticas y Presupuestarias aseguran, sin embargo, que el coste real puede alcanzar los dos billones de dólares en 10 años.

Greenspan sorprendió a todos la semana pasada con un discurso en el que cambió su posición sobre qué debe hacerse con el superávit fiscal. Hasta las elecciones, el banquero central insistió en todo momento en que estos fondos deben destinarse prioritariamente a liquidar el endeudamiento nacional.

Sin embargo ahora dice que la revisión al alza en las previsiones de superávit "abren nuevas posibilidades" y que la economía estadounidense "necesitará" una bajada de impuestos en los próximos años.

Un cambio de talante que refuerza sensiblemente la posición republicana y, de paso, ayudará a salvar la cara a los demócratas que finalmente voten a favor de la bajada de impuestos.

Al menos por ahora, los congresistas demócratas insisten en que las cifras barajadas por los republicanos son demasiado altas y pondrán en peligro el equilibrio presupuestario.

Según señaló Max Baucus, miembro demócrata del comité financiero del Senado, "el reto ahora, especialmente tras las palabras de Greenspan, es resistir la tentación de utilizar estas buenas noticias como justificación para una medida fiscal excesiva y explosiva".

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