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MEDIO AMBIENTE

Sedebisa ofrece destruir gratis el 33% de las harinas cárnicas de Andalucía

Los gestores de la planta de biomasa de Córdoba han ofrecido a la Junta de Andalucía quemar gratis 30.000 toneladas al año de harinas cárnicas.

Álvaro Espuny, impulsor del proyecto Sedebisa para instalar una planta de cogeneración y biomasa en Puente Genil (Córdoba), ha hecho una oferta a la Junta de Andalucía: se compromete a destruir 30.000 toneladas al año de harinas cárnicas a un precio inferior a las 12 pesetas el kilo o incluso gratis. Según sus cálculos, esa cantidad supone casi un tercio de las 100.000 toneladas de harinas que genera Andalucía en un año. Espuny pretende alcanzar un acuerdo por cinco años con la Administración.

Su proyecto, iniciado hace dos años, se ha visto paralizado hasta ahora por las dificultades que encuentra para cerrar contratos de suministro de subproductos orgánicos vegetales para combustible.

Espuny, un veterano industrial extractor de aceite de orujo, considera que el precio de 12 pesetas el kilo que el ministerio va a pagar a las cementeras como parte del programa para erradicar el mal de las vacas locas "chorrea sangre cuando a mi central le hacen falta 30.000 toneladas de residuos orgánicos para que deje de ser un proyecto y se convierta en realidad".

Espuny espera que su oferta se materialice cuando termine el periodo de seis meses de vigencia del acuerdo entre el Gobierno y las cementeras. "Espero que se prorrogue, y entonces, creo que mi oferta merece ser atendida", asegura.

Sedebisa es un proyecto que precisa de unos 4.000 millones de pesetas de inversión y alterna dos formas de producción energética: la cogeneración con gas natural, por un lado, y la generación a partir de biomasa por otro. Para la central de biomasa, que tendrá capacidad para generar 10 megavatios de potencia eléctrica, necesita una alimentación de 75.000 toneladas anuales de residuos orgánicos. Espuny ya tiene acuerdos con los agricultores para conseguir 45.000 toneladas de orujillo de la vid, ramones de olivo y otros subproductos vegetales que habitualmente son quemados en el campo para su destrucción. Pero le faltan 30.000 toneladas, que espera conseguir de las harinas cárnicas.

Las cementeras, sin reparos

"Considero ya un beneficio obtener el combustible gratis, no necesito que me paguen por destruir las harinas", afirma. Ya ha estudiado la compatibilidad de su proyecto con el medio ambiente: "Mi central de biomasa no va a estar en núcleos urbanos, donde los humos producidos por la combustión de las harinas podrían molestar". Además cree en la calidad del combustible cárnico: "Se trata de residuos orgánicos que sólo tienen entre un 8% y un 10% de humedad". Esa cantidad puede ser fácilmente absorbida por la central paralela de cogeneración, que tendrá capacidad para secar 1.000 toneladas al día de subproducto.

El director general de la patronal cementera Oficemen, Rafael Fernández, por su parte, asegura que el acuerdo firmado por la asociación que dirige con el ministerio no es exclusivo, por lo que no pueden oponerse a otras ofertas de destrucción de harinas. "Nos pidieron presupuesto y hemos fijado una cantidad media de 12 pesetas por kilo, pero supongo que las subvenciones que conllevan las centrales de biomasa permiten asumir el coste de destruir las harinas sin cobrar", afirma.

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