La demanda extranjera sostiene el auge del sector en la Costa del Sol
La demanda extranjera permitirá mantener el mismo ritmo de crecimiento inmobiliario en la Costa del Sol que en 2000, salvo cataclismos". El pronóstico es de Mikel Echevarren, responsable de negocio inmobiliario de Arthur Andersen, quien asegura que esta zona es "el único destino razonable de desarrollo a largo plazo".
Los competidores están en clara desventaja: la costa magrebí es "un erial" para las familias inversoras. La lejanía y el exotismo juegan en contra de Turquía. Los precios de Mallorca, "similares en ocasiones a los de Hamburgo", disuaden a los compradores. æscaron;nicamente Grecia y el norte de Italia pueden ser competidores serios, "pero no tienen capacidad por falta de suelo e infraestructuras", argumenta Echevarren. "La tan manida expresión de la California de Europa será una realidad a medio y largo plazo", augura.
Alemanes, británicos, irlandeses y nórdicos conforman, a juicio del experto de Arthur Andersen, el principal colectivo que demanda viviendas turísticas en Málaga.
"Por primera vez en este siglo los alemanes tienen ahorros heredados, la fortaleza de la libra da gran capacidad de compra a los británicos y los irlandeses, tras varios años con crecimientos económicos del 8% y 9%, han desarrollado un gran potencial de compra".
José Prado, que preside el grupo de promotores de turismo residencial de Málaga, apuesta fundamentalmente por los mercados británico y alemán. "Al irlandés se le espera, pero aún está por venir, y el escandinavo tiene poco potencial, más que nada porque sólo son ocho millones de habitantes". Más de 5.000 británicos compraron el año pasado una vivienda en la Costa del Sol, un 30% más que en 1999. Los alemanes adquirieron otras 6.180 casas, cifra que representa un crecimiento del 34% respecto a 1999. Es decir, el 15,8% de las viviendas visadas el año pasado fueron adquiridas por inversores procedentes de Reino Unido y Alemania. Prado resalta que hay municipios, como Nerja, con 15.100 casas, de las que 6.000 son propiedad de turistas.
Estimaciones
En el primer semestre de 2000 las inversiones extranjeras en el sector inmobiliario en España alcanzaron los 373.000 millones de pesetas, un 35% más que en el ejercicio precedente, según los datos que maneja José Prado. En Málaga, calcula que a lo largo del año pasado el sector movió 160.000 millones, un 7% más que en 1999, que se alcanzaron los 149.000 millones.
Para 2001 se espera que el crecimiento se sitúe en un 12%, pese a que se estima que el mercado nacional reducirá las compras de residencias para veraneo y vacaciones.
Los promotores malagueños creen que las familias alemanas destinarán hasta 2005 más de 900.000 millones de pesetas en comprar viviendas turísticas. Arthur Andersen calcula que el mercado germano adquirirá en los próximos cinco años 30.000 viviendas anuales.
En principio todos los datos apuntan a que la desaceleración que ha comenzado a experimentar el sector inmobiliario pasará por encima del segmento de la vivienda turística para extranjeros.
A lo largo de 2000 se visaron en el Colegio de Arquitectos 72.308 viviendas, según los datos de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga. Esta cifra representa un crecimiento del 5,4% respecto al ejercicio anterior, porcentaje que queda muy lejos del 66% de aumento que registró el sector inmobiliario en 1998 y del 37% de 1999.
El visado de viviendas ha caído en el último año precisamente en los municipios con más residencias turísticas: Marbella, Estepona y Torremolinos. Sin embargo, los promotores de Málaga se niegan a interpretar estos datos como síntoma de cambio de tendencia.
Un ritmo insostenible
"Habíamos alcanzado unos ritmos de crecimiento insostenibles, ahora simplemente se está regresando a cifras más razonables", dice José Prado. En 1998, la construcción de vivienda en Marbella creció un 618%; en 1999 lo hizo en un 12,5%, pero el año pasado cayó un 18,5%, influenciada por la parálisis del Plan General.
Estepona vivió en 1998 un crecimiento del 228% en el número de visados . En 1999, el incremento fue del 90,7%, pero en 2000 los visados cayeron un 15,4%. En Torremolinos, el número de visados se ha reducido un 26,7% en el último ejercicio, tras crecer un 66% y 33,9% en los dos años anteriores, respectivamente. No obstante, las viviendas visadas el año pasado en estos tres municipios quintuplican las cifras del año 1997.
Los constructores piensan en la desaceleración con alivio
Las 72.308 viviendas visadas en 2000 en Málaga representan un incremento del 5,4% frente a 1999. Tras dos años en los que los visados habían alcanzado crecimientos del 66% y 37%, los constructores no sólo no muestran signos de preocupación, sino que incluso respiran aliviados.
José Luis Piédrola, gerente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, confía en que la desaceleración de 2000 relaje algo los costes en el sector. "Si el año pasado se visaron 500.000 viviendas en España, casi el 15% estaban en Málaga, y eso no es normal". La mano de obra y los materiales han registrado tales incrementos en los precios que se han vivido situaciones increíbles: ojeadores apostados en el puerto de las Pedrizas, en la N-331, dispuestos a convencer a los transportistas para que desviaran las cargas de materiales a otras obras; cuadrillas de alicatadores, soladores o ferrallistas, entre otros obreros cualificados, que "no han sido contratados, sino fichados como estrellas de fútbol", señala Piédrola, mientras que muchas empresas tenían que hacer frente a los costes derivados de incumplir los plazos de entrega por falta de material y albañiles.
A la vez, trabajadores del campo de provincias limítrofes y de Extremadura han acudido en masa a emplearse en la construcción, donde los salarios son más elevados, lo que ha generado importantes problemas de mano de obra en el campo. "Esperamos que todo esto se estabilice a partir de ahora", dice Piédrola, quien reclama un pacto nacional que implique al Gobierno central, comunidades autónomas y ayuntamientos con el fin de hallar vías de financiación alternativas a los impuestos y tasas procedentes de la construcción.
"Lo razonable sería que cobraran por la prestación de servicios, no que su principal fuente de ingresos y sus inversiones dependan de la construcción".