España sacrificará e incinerará 180.000 vacas hasta el 30 de junio
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, aseguró ayer que España tiene intención de sacrificar e incinerar 180 cabezas de ganado vacuno de más de 30 meses en los seis primeros meses de este año, tal como han recomendado las autoridades comunitarias (eliminar 2.000.000 de reses potencialmente enfermas). España pretende así contribuir también a estabilizar el mercado, en el que el consumo ha descendido notablemente. Por otra parte, ayer fue detectado un nuevo caso probable de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en Cantabria, que aún debe ser confirmado. La res sospechosa de ser portadora fue adquirida en Francia hace dos meses.
España se acogerá al catálogo de medidas decididas en diciembre por Bruselas, una de las cuales es posibilitar el sacrificio de dos millones de reses en el primer semestre del año, entre otras razones, para estabilizar el mercado. Así lo confirmó ayer el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, quien por la tarde asistió a la inauguración de la feria agroalimentaria Semana Verde en Berlín.
"En España tenemos unas 180.000 reses de más de 30 meses que estamos a punto de sacrificar en los seis meses que durará la medida comunitaria. Los mataderos están preparados para sacrificarlas y las instalaciones incineradoras, para incinerarlas", dijo el ministro, quien se mostró confiado de que se resolverán los problemas de recogidas de cadáveres bovinos en algunas comunidades autónomas.
Poco antes, a unos metros de allí, el comisario europeo para la Agricultura, Franz Fischler, afirmó que Bruselas prevé una caída de las ventas de carne bovina de entre el 10% y el 12% este año en la Unión Europea. Ello equivaldría a dos millones de reses, precisamente aquellas que se sacarán del mercado.
Un sacrificio voluntario
Será a los agricultores a quienes corresponda decidir si se acogen a la medida, que ha sido pensada para animales de más de 30 meses que en principio no serán sometidas a pruebas del mal de las vacas locas. La Unión Europea pagará el 70% del valor de las reses -en España, hasta un máximo de 280 euros por vaca (46.588 pesetas) y de 536 euros para bueyes y vacas sin descendencia (89.182 pesetas)-, mientras que los Estados se harán cargo del restante 30% y de los costes de incineración.
En países como Alemania -donde se podrían sacrificar hasta 400.000 reses- esta especie de hecatombe bovina es sumamente polémica, y muchos observadores temen oleadas de indignación ciudadana una vez que se emitan imágenes televisivas de las monumentales cantidades de carne a ser destruidas.
Pese a estos "problemas éticos" reconocidos ayer por la nueva ministra germana de Agricultura, la ecologista Renate Künast, también en Alemania la balanza se parece inclinar hacia el sacrificio masivo. Künast recordó durante una rueda de prensa que el almacenamiento de la carne -que en Alemania sí será examinada, aunque sólo sea para tener un cuadro estadístico completo del contagio del mal de las vacas locas- difícilmente es viable y descartó de plano la exportación a terceros países.
La ministra, sin embargo, cree que semejante medida tan sólo se puede justificar si va acompañada de un drástico viraje en las políticas agrarias y alimentarias, que a juicio del Gobierno rojiverde de ahora en adelante deberán ajustarse estrictamente a la protección de los intereses de los consumidores y a criterios ecológicos. La reorientación había sido anunciada la semana pasada tras la renuncia de los ministros de Agricultura y Sanidad.
Künast -abogada de 45 años que hasta la fecha no se había ocupado del tema agrícola- se fogueó ayer por primera vez en un debate parlamentario sobre el mal de vacas locas. Entre las medidas anunciadas por la ministra figuran la obligatoria identificación de todos los ingredientes de los piensos, y pruebas del mal de vacas locas a reses mayores de 24 meses (en vez de los 30 meses actuales).
La nueva política alemana es seguida con atención por Bruselas y los Quince. Franz Fischler ayer se mostró favorable a estos impulsos ecologistas, pero advirtió de que los avances nacionales no ayudan mucho. También Arias Cañete recordó que Alemania tendrá que concertar sus posiciones con los socios.
Una cabaña de seis millones de reses
Los campos españoles alojan a seis millones de animales de la especie bovina. Los de rendimiento cárnico, muchos de ellos se han agrupado durante los últimos años en comunidades reconocidas bajo Indicación Geográfica Protegida para garantizar sus procesos productivos, constituyen el tercer grupo de las producciones de carne en nuestro país con más de 600.000 toneladas anuales. Son superados por el porcino, con 2,5 millones de toneladas y las aves con más de 800 mil toneladas.
Es bovina el 13% de toda la carne, 4,4 millones de toneladas, que se produce cada año en España. De esta cantidad, según datos del Ministerio de Agricultura, el 7,1% del vacuno sacrificado en España son terneros, con una canal media de 123 kilos; el 28,5% son novillos con 238 kilos de canal de media ; el 16% son vacas de deshecho, con 280 kilos por canal de media y el 48,4% son añojos y toros con un peso en canal de media de 267 kilos.
Las más de 600.000 toneladas de carne de bovino que se producen anualmente en nuestro país, suponen 300.000 millones de pesetas, cerca de un 16% de la producción final ganadera española, en torno a 1,7 billones de pesetas, y un 6% de la producción final agraria, 4,4 billones.
España exporta cada año 118.000 toneladas de carne y recibe 65.000, de tal manera, que cada español consumo al año 14, 4 kilos de carne bovina. El bovino nacional supone el 7% de la producción de carne en la Unión Europea y similar cifra representa la cabaña ganadera. Con respecto a la producción mundial es algo superior al 1%.
El subsector del vacuno es un importante destino del dinero comunitario que llega a España. Los ganaderos no obstante, protestan el escaso goteo de derechos hacia vacas nodrizas que, por su escasa concesión han generado un mercado negro en el que es más caro el derecho a cobrar subvención por el animal, que el animal.
Detectado un nuevo caso del mal en Cantabria en un animal importado
Cataluña no ha hecho pruebas de priones este mes
Cantabria podría contar ya con un primer caso de mal de las vacas locas si el laboratorio de referencia de Zaragoza confirma los primeros análisis que han dado positivo en una novilla importada de Francia hace dos meses y que murió el pasado 9 de enero tras un parto.
El consejero de Ganadería de Cantabria, José Álvarez Gancedo, informó que los primeros análisis, que han dado positivo, se han realizado en Algete (Madrid) y ahora serán remitidos al Laboratorio de Referencia de Zaragoza donde en tres días se obtendrán los resultados definitivos. De momento, y hasta que no se obtengan estos últimos resultados, no se facilitará el nombre de la explotación en la que ha sido detectada esta res que murió el pasado 9 de enero tras un parto.
Por otra parte, el Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat (DARP) informó ayer de que en este mes de enero no efectuó ninguna analítica en el marco del programa de vigilancia y control de la enfermedad de las vacas locas al no detectarse animales con síntomas de padecerla.
La Generalitat emitió un comunicado oficial sobre el estado actual de la analítica de priónicos de la encefalopatía espongiforme bovina (EBB) en la comunidad, después de que el ministro de Agricultura dijera ayer en el Congreso que Cataluña y otras cinco comunidades no habían realizado test prionic para la detección de la EEB, obligatorios desde el pasado 1 de enero.
Según la nota de la Generalitat, si bien el DARP no ha hecho este mes de enero ningún test, el pasado año se practicaron 66 pruebas para detectar esta enfermedad en el ganado vacuno.
El consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, por su parte, ha enviado una carta al ministro de Agricultura, desmintiendo la afirmación de que en tal región no se han realizado los test prionics.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la Unión de Consumidores de España (UCE) advirtieron ayer de que el nuevo impuesto sobre los intermediarios del sector cárnico, anunciado ayer por el Ministerio de Hacienda, Cristóbal Montoro, repercutirá en el precio final de la carne.
Agricultura asegura haber investigado más veces a Pérez Bonilla
Hace dos años no se le encontraron incompatibilidades
El subsecretario de Agricultura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Manuel Lamela, afirmó ayer que el MAPA investigó hace dos años al director general de Ganadería, Quintiliano Pérez Bonilla, por posibles incompatibilidades sin encontrar ningún argumento contrario a su nombramiento.
Lamela hizo estas declaraciones, después de que se conociera que el director general de Ganadería, Quintiliano Pérez Bonilla, investigado de oficio por el MAPA por compatibilizar sus intereses privados en el sector ganadero con un cargo público, desempeña también un cargo como vocal en el consejo de administración de Tragsa (Empresa de Transformación Agraria), compañía que efectuó la retirada y enterramiento de reses y harinas una cantera de Mesía (A Coruña), por encargo de la Xunta de Galicia.
Además, Quintiliano Pérez Bonilla fue nombrado ayer secretario del Comité Especial de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, creado para coordinar la lucha contra las vacas locas.
Respecto a la actuación de Tragsa en el enterramiento de Galicia, Lamela afirmó que no existe responsabilidad del órgano directivo de la sociedad, ya que según dijo, "esta empresa actúa por encargo de las comunidades autónomas", e insistió en que se trata de una sociedad propiedad del Estado, y también de las CC AA.