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COMERCIO EXTERIOR

La caída del euro y de la Bolsa dispara el saldo de las importaciones de arte

La importación española de obras de arte alcanzó un valor de 20.008 millones de pesetas en enero-septiembre de 2000, superando en un 53% a la totalidad de las compras realizadas en 1999. Los cuadros y pinturas, con un aumento del 120%, son el sector más demandado.

Está demostrado que las caídas prolongadas de los mercados de valores y las inestabilidades monetarias provocan un desplazamiento del dinero hacia los denominados valores refugio, entre los que en los últimos años el arte y las antigüedades han cobrado un especial protagonismo.

Este fenómeno tradicional se ha vuelto a repetir a lo largo del último ejercicio, en el que las oscilaciones de la Bolsa y la depreciación del euro frente al dólar y la libra han provocado un crecimiento espectacular de las importaciones españolas de obras de arte, que en los nueve primeros meses de 2000 (últimos datos computados) alcanzaron un valor de 20.008 millones de pesetas, un 53,3% más que en la totalidad del ejercicio de 1999.

Dentro de las diferentes partidas arancelarias que integran el sector, la estrella han sido, sin duda, los cuadros y pinturas, con unas compras en el exterior por valor de 12.484 millones de pesetas entre enero y septiembre de 2000, que suponen un aumento del 120% respecto a los 5.663 millones totalizados en los 12 meses de 1999.

Los propios galeristas coinciden en destacar el "excelente momento" del mercado y "la escasez de obras para satisfacer la demanda existente". "Comprar pintura está de moda y, además, las cotizaciones no se han disparado", afirman, lo que contribuye aún más a estimular a la demanda. Como muestra, los estudios realizados con ocasión de la pasada edición de Feriarte, reflejaban que todavía hoy se pueden encontrar buenas obras de pintura holandesa y flamenca a partir de 800.000 pesetas.

Los sellos, postales y otros objetos de colección han sido el otro gran foco de atracción de los inversores españoles, que importaron por valor de 5.696 millones de pesetas en enero-septiembre del año pasado, superando en un 29,4% a las compras de 1999; mientras que estatuas y esculturas, grabados y litografías y las antigüedades de más de 100 años muestran una evolución más moderada.

Por lo que respecta a las exportaciones, se observa también una ligera mejoría. Los datos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) para el total de obras de arte reflejan que las ventas exteriores españolas alcanzaron en enero-septiembre del año pasado los 7.263 millones de pesetas, un 10,6% más que en todo 1999.

Los sellos, con un crecimiento del 98%, han sido los grandes protagonistas en el campo exportador, mientras los cuadros y pinturas, que suponen el 75% del total de las ventas exteriores, se elevaron hasta 5.498 millones de pesetas, frente a los 5.086 de todo el ejercicio precedente.

 

Regollos, Zuloaga y Sorolla, los más solicitados

La pintura figurativa de las escuelas de París y Madrid (1920-1960) y los maestros de fin de siglo, con figuras como Regollos, Zuloaga y Sorolla, acaparan la gran mayoría de la demanda, aunque los galeristas afirman que apenas se encuentra obras suyas en el mercado, y de encontrarse, algunas representativas se sitúan por encima de los 20 millones de pesetas.

Por otra parte, vuelven a subir los artistas más afectados por la fuerte especulación de la década de los ochenta, siendo un buen momento también para los pintores abstractos consagrados del siglo XX, como Tapiès, Guerrero o Feito.

Tampoco han quedado fuera de esta fiebre compradora los grandes clásicos de la pintura española del barroco, como Murillo, El Greco o Zurbarán. Los galeristas consultados con ocasión de Feriarte, como Daniel Cardani, aseguran que "estamos trabajando por encima de nuestras expectativas y por debajo de nuestras posibilidades por falta de producto", situación agravada por el hecho de que los museos y el propio Estado han incrementado sus posibilidades de compra, lo que reduce aún más el número de obras en el mercado.

Asimismo, los trabajos realizados con ocasión de la citada muestra destacaban, como este boom por la pintura se repite también en los mercados internacionales, como refleja el hecho de que las subastas de Nueva York, Francia, Italia y Suiza habían aumentado su facturación un 35% respecto a 1999.

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