Ayudas para actividades que compensen la limitación que implica la protección
Los espacios naturales protegidos y sus entornos socioeconómicos cuentan con ayudas y subvenciones como una forma de compensar las limitaciones de uso que implica su protección. Ayuntamientos, empresas privadas que se instalen en dichos espacios, residentes e instituciones sin ánimo de lucro son los beneficiarios de estas ayudas.
España tiene cerca de 600 espacios naturales protegidos, que cubren algo más del 6% del territorio. Los espacios con categoría de parque son los de mayor representatividad, puesto que constituyen el 90% de la superficie total protegida. La protección de todos estos lugares es compatible con el desarrollo socioeconómico de sus alrededores y a ello contribuyen las subvenciones.
Los ayuntamientos de los municipios incluidos en los espacios protegidos o en su área de influencia socioeconómica son los mayores destinatarios de las ayudas directas gestionadas desde el órgano gestor del espacio protegido. A los ayuntamientos les siguen los particulares y asociaciones.
La experiencia de los últimos años indica una tendencia a subvencionar mayoritariamente iniciativas relacionadas con la construcción de equipamientos de uso social, de restauración paisajística y de restauración de edificios y, en menor medida, acciones orientadas a la formación y animación sociocultural. La segunda gran parte de los subsidios públicos se ha destinado al apoyo del sector turístico o, en general, al sector servicios.
La conservación de la naturaleza comprende no sólo la protección de los parques nacionales, la sanidad forestal o los espacios naturales protegidos, pues también abarca, por ejemplo, formación en materia medioambiental, apoyo al empleo en el territorio protegido, investigación y desarrollo en medio ambiente, bioagricultura y acuicultura básicamente.
Se trata de acciones formativas en todas las áreas del medio ambiente (gestión de residuos, contaminación atmosférica, gestión de aguas, biodiversidad, etc.), dirigidas a diferentes colectivos: trabajadores, desempleados, formadores, informadores ambientales y otros.
También hay que hablar de acciones formativas en el ámbito del conjunto de las actividades sectoriales y particularmente en cinco sectores prioritarios, para los cuales las Administraciones, sobre todo la europea, propugnan una atención especial por su mayor incidencia en el desarrollo sostenible (agricultura, industria, energía, transportes y turismo). Durante 2000 se ha tendido a respaldar la potencialidad del medio ambiente como yacimiento de empleo y a impulsar la creación de puestos de trabajo directamente relacionados con el medio ambiente.
Adaptación
Tanto la Administración central como la Comunidad Europea propiciaron ayudas para fomentar la adaptación de las pequeñas y medianas empresas turísticas a las exigencias medioambientales, las inversiones forestales en explotaciones agrarias y las acciones de desarrollo y aprovechamientos de los bosques en zonas rurales.
Las comunidades autónomas se han detenido más en temas como el ahorro de agua mediante la modernización y mejora de los regadíos, en el desarrollo y aprovechamiento de los montes rurales, en la competitividad de las empresas en el entorno de un parque natural y en las campañas de sensibilización.
Mención especial merecen la minimización de residuos peligrosos y las energías renovables. Se ha subvencionado el ahorro y la diversificación energética, el uso racional de la energía y el aprovechamiento de los recursos autóctonos.