Dos guardias detienen en Barcelona a los presuntos asesinos de Lluch
La Guardia Urbana detuvo ayer a dos presuntos miembros del comando Barcelona cuando preparaban un nuevo atentado en la capital catalana. Han sido identificados como Liarni Armendáriz y José Ignacio Cruchaga y se sospecha que son los asesinos del ex ministro socialista Ernest Lluch y del agente municipal Miguel Gervilla.
Dos agentes de la Guardia Urbana evitaron en la madrugada de ayer que ETA volviera a atentar en la capital catalana al detener a dos presuntos miembros de la organización, integrantes del comando Barcelona, que viajaban en un coche cargado con 15 kilos de explosivos.
José Ignacio Cruchaga y Liarni Armendáriz fueron detenidos a las 3.30 horas de la madrugada, cuando una patrulla de la Guardia Urbana -un hombre y una mujer- detectó un vehículo sospechoso que circulaba por la avenida del Paralelo. El coche, un Renault 19, robado el 7 de diciembre en L'Hospitalet (Barcelona), llevaba matrícula falsa y la puerta estaba visiblemente forzada.
Una vez realizadas las primeras comprobaciones, los agentes obligaron al conductor a detener el vehículo alertándole de que llevaban una puerta mal cerrada. Los terroristas no ofrecieron resistencia al verse sorprendidos; se identificaron como tales y advirtieron a los agentes que no dispararan porque transportaban 15 kilos de explosivos.
Cruchaga, de 37 años, fue colaborador del comando Vizcaya de ETA, desarticulado en 1997. El director general de la Policía, Juan Cotino, confirmó la participación del presunto etarra en los últimos atentados cometidos en Cataluña. En concreto, explicó, la pistola que le fue intervenida, modelo HS 9 milímetros parabellum, se corresponde con el cargador encontrado en la Diagonal tras el asesinato del agente de la Policía municipal Juan Miguel Gervilla el pasado 20 de diciembre. Las pruebas de balística confirmaron que fue utilizada para asesinar al agente y al ex ministro socialista Ernest Lluch.
Armendáriz, de 27 años y natural de Guipúzcoa, es una activista legal no fichada. Aunque en un primer momento se identificó como Oihane Errazquin, miembro del comando Donosti, la policía no tardó en descubrir su verdadera identidad porque su fisonomía y sus huellas dactilares no coincidían con las de esta última.
Cotino reconoció que la Guardia Urbana había actuado con suma profesionalidad, ya que no cuenta con competencias en materia antiterrorista. Con estas detenciones, advirtió, no se puede dar por desarticulado el comando Barcelona. De hecho, la operación policial sigue abierta.
Colaboración ciudadana
La policía distribuyó ayer las fotografías de los etarras detenidos para pedir colaboración ciudadana y localizar los pisos y garajes utilizados por el comando, así como para poder identificar a un tercer integrante de la banda que también ha operado en Barcelona.
Por otra parte, las autoridades francesas extraditaron ayer al etarra José María Dorronsoro para ser juzgado en España por dos atentados cometidos en 1987. La policía le acusa de formar parte del aparato que contribuyó a la financiación de ETA a través del llamado impuesto revolucionario. Al ser detenido por primera vez, en 1993, le fueron incautados más de un centenar de discos informáticos definidos por el tribunal que le juzgó como "el archivo de ETA".