Caixa Carlet acepta sin condiciones la fusión inmediata con Bancaja
E1 proceso de fusión entre Caixa Carlet y Bancaja se cerrará en menos de un mes si todo sale como está previsto. La pequeña caja valenciana ha iniciado ya la negociación a la que llega sin más exigencias que salir de la grave crisis destapada por el Banco de España.
La Caja de Ahorros de Carlet (Caixa Carlet) ha iniciado conversaciones con Bancaja para cerrar en el plazo de poco más de un mes una fusión entre las dos entidades que ponga fin a la crisis destapada por el Banco de España en la más pequeña de las cajas de ahorros españolas. Caixa Carlet llega a este proceso sin capacidad de negociación y dispuesta a asumir las condiciones que marque Bancaja.
Este aire de pesimismo era el que se respiraba ayer en la comparecencia ante los medios de comunicación del presidente y el director general de Caixa Carlet, José Cortés y Alberto Miralles respectivamente, que insistieron en que en la situación actual la única solución pasa por la fusión.
"Era imprescindible llegar a un proceso de fusión, ya que cualquier otra medida, como la reducción drástica de costes no aseguraría la supervivencia de la entidad, sería un nuevo parche", reconoció Miralles.
La única condición que ha puesto Caixa Carlet sobre la mesa de negociación es el mantenimiento de la Obra Social, pero ni en este aspecto quisieron ayer los responsables de la pequeña caja apuntar una cantidad económica con la que debería dotarse. Miralles llegó a reconocer implícitamente que Caixa Carlet debió aceptar las ofertas de fusión que le hizo Bancaja en 1989 y 1993, ya que otras cajas pequeñas, como la de Segorbe, que se integraron en Bancaja, han logrado mantener la actividad de su obra social tras la fusión.
Calendario del proceso
Los dos plantes que dio la asamblea de Caixa Carlet a Bancaja cuando los acuerdos estaban prácticamente cerrados y la necesidad de cerrar un acuerdo de forma rápida impuesta por el Banco de España han diseñado un extraño calendario para el proceso. Tanto es así que el nombre de Bancaja no se nombra oficialmente por parte de los responsables de Caixa Carlet, que se refieren siempre a "una caja valenciana".
En un plazo de 10 días se debe cerrar el acuerdo que, posteriormente se someterá al consejo de administración de Caixa Carlet y después a la asamblea. Sólo cuando la asamblea de Caixa Carlet de el visto bueno, Bancaja reunirá a sus órganos de Gobierno para ratificar la fusión. La entidad que preside Julio de Miguel no quiere volver a sufrir un nuevo plante.
Hasta los máximos responsables de Caixa Carlet no parecen tenerlas todas consigo y ayer insistieron en las bondades de la fusión y en la necesidad de que la asamblea apruebe la integración en Bancaja.
Alberto Miralles aprovechó también para dar lectura a un comunicado del comité de empresa de Caixa Carlet en el que respaldan la decisión del consejo de administración, aunque matizando que "la fusión no tiene que pasar necesariamente por una regulación de la plantilla".
El director general de la entidad trató de tranquilizar a los trabajadores y señaló que los 68 puestos de trabajo están garantizados.
El Banco de España aconsejó la integración en 1992
Aunque la crisis de Caixa Carlet se ha agudizado en los últimos años, el Banco de España transmitió por primera vez su inquietud sobre la viabilidad de Caixa Carlet como entidad independiente en 1992, según reconoció ayer el director general Alberto Miralles. "La anterior dirección optó entonces por un proceso de expansión que generó mayor volumen de negocio pero también engordó los costes estructurales de la entidad", dijo Miralles.
La caja fue sorteando el panorama año tras año presentando resultados positivos gracias a beneficios no recurrentes en posteriores ejercicios, y se embarcó en proyectos excesivos para el tamaño de la entidad, como un parque industrial, rehabilitaciones y construcciones de edificios y una participación del 15%, igual que Bancaja y CAM en Ribera Salud, empresa que gestiona el Hospital de La Ribera. Caixa Carlet tuvo que paralizar su expansión (las nuevas oficinas no resultaban rentables) y varios proyectos. Este año cerrará con 60 millones de beneficios, aunque sin contar 173 millones que el Banco de España le informó debe proveer para cubrir operaciones de riesgo. "El problema no es dar beneficios, es de dónde surgen", dijo Miralles.