El Gobierno británico prohíbe la compra de Bass por Interbrew
El Gobierno británico ha desautorizado la venta del negocio de cerveza de Bass al fabricante belga Interbrew, que el pasado mes de agosto pagó 644.000 millones de pesetas por los activos cerveceros del primer grupo del ocio del Reino Unido.
La Comisión de Monopolios había sometido la transacción a una investigación y el ministro de comercio e industria Stephen Byers confirmó ayer que el traspaso hubiese creado una situación monopolista entre Interbrew y Scottish & Newcastle, el primer fabricante de cerveza del país. Byers ha advertido a Interbrew que debe buscar un comprador "aceptable" de los activos de Bass.
El ministro añadió que en su opinión Interbrew no iba a experimentar dificultades en encontrar un comprador. Según Byers para muchas empresas internacionales este negocio representaría "un vehículo atractivo de entrada en el mercado británico". Ayer mismo la multinacional holandesa Heineken, propietaria en España de las marcas El Águila y Cruzcampo, y el grupo danés Carlsberg aseguraron que estaría dispuestas a hacer una oferta de compra.
"Acepto las conclusiones (de la Comisión de Monopolios) que esta fusión hubiese obrado en contra de los intereses del público", dijo Byers. La Comisión justifica su decisión en base a que Interbrew iba a agrupar bajo su control a cuatro de las diez primeras marcas de cerveza, entre ellas Carling y Stella Artois que figuran entre las tres primeras en ventas.
Interbrew es el segundo fabricante de cerveza del mundo después de la multinacional estadounidense Anheuser-Busch. Con los activos de Bass el grupo belga hubiese acaparado el 32% del mercado británico. Scottish & Newscastle controla otro 28% de cuota de mercado. La operación de compra que se materializó a finales del año pasado creó el mayor grupo cervecero británico y europeo.
Grandes pérdidas
Los analistas calculan que Interbrew tendrá que afrontar unas pérdidas de 124.789 millones de pesetas como consecuencia de la decisión del Gobierno británico. Ayer las acciones de Interbrew se desplomaron hasta que finalmente la cotización fue suspendida.
La compañía perdió 3.600 millones de euros (598.000 millones de pesetas) de capitalización bursátil a la vista de que ya no podrá consolidar en sus cuentas los 2.700 millones de dólares (475.000 millones de pesetas) en ventas y los 239 millones de dólares (42.064 millones de pesetas) de beneficios operativo que le aportaba el grupo Bass.