Los expertos cuestionan el 3,6% de crecimiento previsto por Rato
Las previsiones macroeconómicas de la mayoría de los gabinetes de estudios del país y de los organismos internacionales barajan para este año recién iniciado un fuerte crecimiento económico, pero de menor tono que el que estima el Ejecutivo.
El año 2000 se acaba de despedir con buen pie para la economía española, a pesar de las tensiones inflacionistas acumuladas y los efectos del shock energético de primavera y verano. Para el ejercicio que se acaba de iniciar, las previsiones que maneja el Ejecutivo se enmarcan en una desaceleración que llevará al PIB a rebajar su crecimiento desde el 4% de 2000 al 3,6%.
Sin embargo, esta estimación es considerada algo optimista por la mayoría de los expertos, tanto nacionales como internacionales. La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha elaborado un informe a partir de las previsiones de los 13 principales gabinetes de estudios del país, entre los que se encuentran los del BBVA, BSCH, Caixa Catalunya, Caja Madrid, Instituto de Crédito Oficial (ICO), Instituto de Estudios Económicos y La Caixa. El común denominador de todos ellos arroja un escenario más pesimista que el del Gobierno.
El ministro de Economía, Rodrigo Rato, confía en que el primer año del nuevo milenio se salde con un crecimiento del PIB del 3,6%, que permitiría una reducción del paro hasta el 12,7% y la consecución, por primera vez en la historia de la democracia, del equilibrio presupuestario en un ejercicio en el que no se esperan cambios apreciables en el nivel de tipos de interés.
Los expertos creen posible también que se alcance el "déficit cero", habida cuenta de que el año 2000 se saldará con un ligero desfase del 0,3% del PIB. Sin embargo, son más cautelosos a la hora de delimitar el perfil descendente de la economía, a la que atribuyen un crecimiento en media del 3,4%.
Algunos organismos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), consideran incluso que no se va a pasar del 3,2%. La explicación se encontraría en un comportamiento de la demanda interna (3,6%) peor de lo esperado por el Gobierno (3,9%), fruto del menor consumo privado, comportamiento que se repetiría también en el sector exterior. Los costes laborales crecerían, según la media de estos analistas, el 3,5%, frente al 2,8% del Gobierno.
En donde hay una mayor discrepancia es en la evolución de la inflación. El departamento que dirige Rato considera alcanzable la reducción del IPC al 2%, desde el 4,1% actual. Ninguno de los servicios de estudios cree posible que la inflación vaya a reducirse por debajo del 2,9% en tasa media. La propia Comisión Europea sitúa en el 2,9% el nivel general medio de los precios de consumo en España.
El Gobierno, al igual que el Banco Central Europeo (BCE), considera clave el control de la inflación para evitar pérdidas de competitividad respecto a la UE y no generar más presiones sobre los costes laborales de las ya existentes.