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POLÍTICA

CiU asume que el nuevo modelo de financiación no será "satisfactorio"

Tras casi 10 meses de mayoría absoluta del PP, Convergència i Unió asume ya que el nuevo modelo de financiación autonómica no será plenamente "satisfactorio" para Cataluña. El futuro sistema se empezará a negociar este mes y debería sustituir al actual en el año 2002.

Cuando todavía no ha pasado un año desde que el Partido Popular obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, Convergència i Unió ha recibido ya suficientes muestras de que, en estas condiciones, conseguir un modelo de financiación satisfactorio para Cataluña no es precisamente un camino de rosas, sino más bien todo lo contrario.

Los resultados electorales no dejaban margen de duda y hacían presagiar que el PP se escudaría en su mayoría absoluta para llevar a cabo su política. Los dirigentes de CiU, no obstante, se negaron en público este ejercicio de realismo y siguieron confiando en "la fuerza de sus argumentos" para acabar con el déficit fiscal que arrastra Cataluña.

Pero las ideas no son nada si quien las defiende no es imprescindible para ganar una votación.Y eso es lo que CiU ha empezado a entender.

Que los 15 diputados de la coalición no tienen la llave de la gobernabilidad del país ha quedado más que patente en los roces que han mantenido con el Ejecutivo en cuestiones como las nuevas matrículas, la Ley de Extranjería, la liberalización de los horarios comerciales o, más recientemente, la Ley de Estabilidad Presupuestaria y el pacto antiterrorista.

Con estos precedentes, la negociación sobre el nuevo modelo de financiación autonómica es percibida con cierto escepticismo por la coalición que gobierna en Cataluña.

Pacto fiscal

El pacto fiscal que reclamaba el conseller de Economía, Artur Mas, sigue siendo el objetivo, pero no para esta legislatura. La propuesta de Mas contemplaba que la Generalitat recaudaría todos los impuestos que se pagan en Cataluña y que, de ellos, se reservaría el 60% de la recaudación del IRPF, el 50% del impuesto sobre sociedades y del IVA y la totalidad de los impuestos especiales. Incluía más capacidad normativa y el traspaso de la Agencia Tributaria.

Conscientes de la imposibilidad de arrancar estas concesiones de un gobierno con mayoría absoluta, los nacionalistas catalanes reconocen que deben bajar el listón y, aunque el presidente catalán, Jordi Pujol, no lo reconoce en público, se daría por satisfecho si se avanza en la línea de la más modesta, pero viable, propuesta Zaplana (el presidente valenciano defiende la cesión parcial del IVA y de los impuestos especiales).

A lo que sí se opone CiU con rotundidad es a aceptar una prórroga del actual sistema, en caso de que las negociaciones entre las diferentes comunidades no llegaran a buen puerto.

El Gobierno, por su parte, no tiene la intención de profundizar en la capacidad normativa y, menos todavía, de traspasar la Agencia Tributaria. La salida más plausible pasa por ceder a las comunidades parte del IVA y de los impuestos especiales, pero dejando intacta la capacidad normativa.

 

Los partidos catalanes no se ponen de acuerdo

Paralelamente a las conversaciones que debe mantener con el Gobierno central, el conseller de Economía y portavoz del Ejecutivo catalán, Artur Mas, negocia con el resto de partidos catalanes la posibilidad de alcanzar una postura conjunta en materia de financiación.

Hasta ahora, no obstante, las conversaciones no han dado el resultado esperado y Mas ha reconocido que será "bastante difícil" consensuar un acuerdo. En principio CiU estaría dispuesta a rebajar algunas de sus exigencias si con ello consigue que todo el Parlament suscriba una propuesta.

El frente común en esta materia permitiría a la coalición un mayor margen de maniobra en las negociaciones con Madrid, al presentarse con un documento unitario avalado por toda la cámara y no con una propuesta meramente partidista. La última ronda de contactos arroja pocas esperanzas en este sentido.

Esquerra Republicana insiste en que el problema de Cataluña no se resuelve con el traspaso de unos pocos impuestos más, mientras que el PSC defiende un modelo propio, de carácter federal. Mas asegura no haber tirado la toalla y retomará los contactos con todos los partidos catalanes a partir del 9 de enero.

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