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Contante y Sonante

Banco Popular: ¿La UE sigue el mismo rasero para toda la banca?

Bancos griegos, italianos y alemanes han sido rescatados sin necesidad de ser intervenidos El debate: vender a 0,45 euros por acción o que sea el Mecanismo Único de Resolución el que pueda fijar el destino del banco

Sucursal Banco Popular
Sucursal Banco PopularAlvaro Garcia (EL PAÍS)

La semana que acaba de finalizar pasará a los anales de la historia de Banco Popular como una de las más traumáticas como consecuencia de los desplomes de sus títulos en Bolsa. Iniciará hoy una nueva semana, que puede ser decisiva para su futuro, con una capitalización ligeramente por encima de los 1.700 millones de euros, lo que sitúan a la entidad a la cola de las compañías que cotizan en el Ibex. Su precio por acción así se ha reducido a 0,45 euros, valor de derribo, pero que dadas las circunstancias el banco estaría dispuesto a aceptar si la alternativa se reduce a la intervención, sistema en el que los accionistas perderían prácticamente toda su inversión.

A ese precio los bancos de inversión no descartan que los tres grandes: BBVA, Santander e incluso Bankia entregasen el día 10 sus ofertas, pese a que en los últimos días solo el banco que preside Ana Botín estaba dispuesta a pujar por Popular.

¿Qué está pasando en Popular? Es la pregunta que más se repite en círculos financieros. En la calle las personas de a pie también quieren saber qué está sucediendo en ese banco que fue ejemplo de solvencia y eficiencia. En ese banco que siempre ha estado al lado de las pymes. “No me puedo creer que Popular esté mal. Si siempre ha sido un buen banco, donde me han tratado fenomenal”, me comentaba el sábado un amigo que solo quería saber si corrían o no peligro sus ahorros depositados desde hace años en esta institución, como la denominó en varias ocasiones.

“Yo estoy últimamente muy enfadado con Popular. Paco, la persona que llevaba años atendiéndome en la entidad, me dijo el pasado año que comprara acciones del banco, que iba a ser un negocio, que él había comprado y su familia también. Me resistí, pero insistió tanto y le conocía de hace tanto tiempo . Invertí en acciones de Popular. ¿Y ahora qué hago? ¿Le reclamo a él? Menos mal que compre pocas, ese dinero que sabes que si lo pierdes no te va a cambiar la vida”, me comentó otro amigo.

Mi respuesta a todas las cuestiones que me planteaban mis amigos este fin de semana sobre el banco era siempre la misma. “No me corresponde a mí opinar. No tengo datos suficientes para ello, yo solo informó de lo que sé. En la entidad insisten en que son solventes. El Gobierno pide tranquilidad y los supervisores están negociando con los responsables de la entidad una solución para Popular. A ello se suma que es un banco con un alto grado de especulación. Y eso, es un banco, y ya sabemos que el dinero es temeroso”.

El presidente de Popular, Emilio Saracho, tiene previsto reunirse mañana martes con las autoridades supervisoras del Banco Central Europeo (BCE) para solicitar medidas de liquidez tras el goteo de salida de depósitos. Además, pretendía inicialmente (no sé si todo habrá cambiado este fin de semana) pedir tiempo para realizar una ampliación de capital a finales de año si aún no se había producido la venta del banco, y tras haber demostrado (eso espera la dirección de la entidad) que se han reducido activos tóxicos, se han vendido activos no estratégicos y el negocio bancario sigue generando beneficios. A ello se uniría que el banco tiene previsto despejar esta misma semana las dudas sobre la necesidad de nuevas necesidades de provisiones.

Según el calendario que maneja espera tener concluido entre hoy y mañana la tasación de todos sus activos inmobiliarios, 40.000 en total, que suman cerca de 37.000 millones de euros para que el futuro comprador calcule el valor de Popular y se aporten, a su vez, las provisiones necesarias para despejar ya cualquier duda. Con el 80% de la tasación realizada parece que la cifra de activos tóxicos no variaba, y si lo hacía era ligeramente a la baja. Aunque, eso sí, el banco debe realizar más dotaciones para llegar como mínimo al 50% de cobertura de su morosidad inmobiliaria, ahora situada en el 38%.

Mientras, los rumores de una posible intervención del banco ensombrecen una hipotética remontada en Bolsa.

Es curioso que las especulaciones sobre una intervención se acumulen en Popular. La razón se encuentra en unas declaraciones de la presidenta del Mecanismo Único de Resolución (MUR), el Frob europeo, la alemana Elke Köning, quien insinuó que el MUR tiene bajo vigilancia a Popular, ante una posible complicación ante la posibilidad de que su venta no salga adelante. Aunque estas declaraciones fueron luego matizadas por el propio organismo europeo.

El MUR se creó en agosto de 2014. Desde entonces varias entidades europeas han necesitado capital o ayudas, entre ellas dos bancos griegos: Eurobank y National Bank of Greece. O italianos, como Monte dei Paschi, cuya solución se ha conocido la semana pasada, o Unicredit, que al final está, o eso parece, camino de solucionar sus problemas con una macroampliación de capital de 13.000 millones de euros, o de Deutsche Bank, que realizó también por las mismas fechas que el banco italiano (entre los pasados meses de marzo y abril) otra ampliación por 8.000 millones.

Banca Carige, o Populare di Milano o di Vicenza, o el luso Banco Comercial Portugués (BCP) son otros ejemplos de bancos que tras ser examinados por el BCE han necesitado capital, y en ningún momento se ha activado el protocolo del MUR. ¿Por qué entonces de habla tanto del MUR y de Popular?, ¿qué interés hay para que se señale al banco español como el conejillo de indias que estrene el mecanismo de resolución bancario europeo?

A lo mejor, y es solo una reflexión, España tenía que hacer valer más su peso en Europa, el crecimiento de su economía, la influencia de sus instituciones financieras. Su peso en las instituciones europeas es más bajo que el que le corresponde, “y eso se nota, y mucho”, se queja un banquero.

Bruselas e Italia llegaron la semana pasada a un acuerdo para rescatar a Monte dei Paschi. Una recapitalización preventiva, que consiste en inyectar capital público a una entidad solvente si esta cumple con unos criterios . Según todo apunta, Popular es solvente, el problema inicial deriva de las exigencias de 2018. Otra cosa es que su liquidez comienza a dar síntomas de debilidad tras la salida de depósitos, pero para eso, se supone que está el BCE, para insuflar oxígeno hasta que el enfermo se recupera si es que hay remedio. Y si no lo hay la pregunta sería ¿qué ha pasado para que Popular llegue a ese extremo? ¿qué y quién ha fallado? ¿podría darse el caso de que la culpa no es solo de los gestores?

Dicho esto. Qué la solución aportada para Popular sea la más apropiada para todos: clientes, contribuyentes, accionistas, economía y país.

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