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Operaciones corporativas

Aernnova reabre la puerta de la Bolsa en plena guerra de ofertas de capital riesgo

Springwater, con el 47%, quiere una valoración de más de 1.000 millones La propuesta de TowerBrook baraja unir fuerzas con Juan Abelló y Borja Prado

Interior de una de las plantas de Aernnova.
Interior de una de las plantas de Aernnova.

Aernnova, el spin off de Gamesa dedicado al diseño y a la fabricación de aeroestructuras, se debate entre ser o no una empresa cotizada. En 2016 contrató a STJ como asesor, y a Citi, Morgan Stanley y Santander como coordinadores de su eventual salto al mercado. También estaban en el sindicato Merrill Lynch, BBVA y Deutsche.

Pero después la dirección de la compañía cambió de idea y contrató a Citi para que buscara un comprador, en principio para el 47% que tiene Springwater, el fondo suizo de capital riesgo liderado por Martin Gruschka que entró en el capital hace unos tres años. El control está en manos de los directivos, con igual porcentaje que el private equity.

En 2014, el fondo helvético compró el 38% por alrededor de 150 millones; ahora, el objetivo es tasar la compañía en más de 1.000 millones de euros. El banco que está pilotando la operación se ha puesto en contacto con un gran número de eventuales interesados; entre ellos, el fondo soberano China Investment Corporation (CIC) y la firma de capital riesgo estadounidense Carlyle.

Pero fuentes financieras señalan que los mejores posicionados son el fondo PAI –en Cortefiel junto a CVC y Permira desde 2005–, Advent y un consorcio coordinado por el fondo de capital riesgo estadounidense TowerBrook. Las mismas fuentes señalan que el vehículo de inversión presidido por Juan Abelló, Torreal –con participaciones en la firma vitícola CVNE (16%), el grupo audiovisual Imagina (23%) y el gestor de aparcamientos Saba (20%), entre otras–, está interesado. El fondo británico Peninsula –que cuenta con consejeros de renombre como Borja Prado, presidente de Endesa, y Javier De La Rica, ex número dos de Mediobanca en España– ha mostrado también apetito por Aernnova. Varias fuentes afirman que Torreal y Peninsula están en disposición de unir fuerzas con TowerBrook para la compra.

Peninsula, un fondo de ‘private equity’ que tiene al presidente de Endesa como consejero, ha mostrado interés

Aernnova celebró el 19 de abril una junta extraordinaria en las que se planteó la venta de las acciones en poder de Springwater, a la propia sociedad, que tiene derecho de adquirir, mediante autocartera, los títulos que quieran enajenarse.

“El equipo directivo busca un fondo que no quiera mandar, de ahí la dificultad de cerrar la operación. La buena noticia es que, gracias al buen momento de la renta variable, la opción de un debut en Bolsa siempre está encima del tapete”, explica una fuente conocedoras de las negociaciones. Hace poco más de un año, en una operación para preparar su debut en Bolsa, la junta de Aernnova aprobó el desdoblamiento (split) del número de acciones de una a 20. Así, los 5,127 millones de títulos se han convertido en 102,540 millones de acciones. Para una valoración de 1.000 millones, el precio por título rondaría los 10 euros.

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Esta opción de pilotar una venta privada con la puerta abierta a una salida a a Bolsa (dual track, en la jerga) acabó decantándose por la salida a Bolsa en el caso de Parques Reunidos el año pasado, pese a que las ofertas del capital riesgo igualaban la valoración del mercado bursátil.

El consejo de Aernnova está liderado por su presidente, Iñaki López Gandásegui, y también está representado Martin Gruschka. Los directivos, representados por Gandásegui, el verdadero ideólogo de Aernnova, tendrán la última palabra. Gruschka, por supuesto, quiere maximizar su inversión, que en cualquier caso será redonda, gracias al reducido precio al que entró.

Una de las grandes virtudes de Aernnova es su gran cartera de pedidos, lo que le otorga una gran visibilidad de cara al largo plazo. Las cuentas de 2015, las últimas depositadas en el registro mercantil, muestran que sus pedidos a cierre de ese ejercicio ascendían a 380 millones de euros. El grupo finalizó 2015 con unos ingresos de más de 600 millones y una deuda financiera neta de unos 440 millones. El resultado de explotación fue de 90,7 millones, y el neto, de 70.

Por divisiones, el negocio de aeroestructuras metálicas representa la mayor parte de su facturación (391 millones de euros), seguido de los composites (119 millones). Mientras, las áreas de ingeniería y automoción supusieron a cierre del año pasado ventas por 37,4 y 51,2 millones, respectivamente. Otras ventas sumaron 2,1 millones.

La historia de la compañía y su valor en 2015

La empresa, nacida de Gamesa, cobró vida independiente en 1999, un año antes del debut en Bolsa de su antigua matriz. Se dedica al diseño y a la fabricación de aeroestructuras, como alas, estabilizadores y fuselajes de los aviones. Trabaja para Airbus, para la brasileña Embraer, para la estadounidense Boeing, y también suministra piezas para los aviones diseñados por la francesa Bombardier, entre otras.

El actual presidente de Aernnova, Iñaki López Gandásegui, entre 1995 y 2005 consejero delegado de Gamesa, no quiso que se perdiera el activo industrial y de conocimiento del negocio aeronáutico. Con algunos bancos de las comunidades donde la antigua Gamesa Aeronáutica tenía fábricas, creó la empresa.

El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que heredó una participación del 40% en Aernnova de Inversiones Corporativas, antiguo holding industrial de Caja Castilla-La Mancha (CCM), salió de la firma a la que valoró a poco más de 200 millones para el 100% del grupo en el primer trimestre de 2015.

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