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Materias primas

La industria química esquiva el alza del petróleo por el tirón de la demanda externa

Las exportaciones crecen un 12,6% pese a que el crudo se aprecia un 80% El aumento de pedidos de la UE y Asia permite trasladar el alza de los hidrocarburos

Exportaciones de la industria química
Alejandro Meraviglia

El barril de petróleo, de referencia en Europa, cotizó en los dos primeros meses del pasado ejercicio a una media de 32,8 dólares. En el mismo período de 2017, el precio medio se ha incrementado un 80% hasta situarse en 55,7 dólares. Un duro golpe para la industria española, cuyo coste de producción depende en gran medida de la cotización internacional del petróleo. España es importador neto de hidrocarburos, ya que tan solo produce el 0,2% de las 1,3 millones de toneladas que se consumen cada día.

En este contexto, la producción y las exportaciones de la industria se debían haber resentido ante el repunte del precio del petróleo. Nada más lejos de la realidad. Las exportaciones españolas de bienes crecieron un 12,6% anual hasta febrero y se han situado en máximos históricos, según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Comercio. ¿Cómo es posible ese incremento con un encarecimiento del 80% del precio del petróleo? Lo sucedido en el sector químico, cuya principal materia procede del petróleo, ilustra a la perfección esta supuesta paradoja. Juan Antonio Labat, director general de la patronal química Feique, subraya que el impacto que en su industria tiene el petróleo se ha podido diluir por el fuerte aumento de la demanda externa. “La demanda anual está creciendo a tasas del 4,5%. Eso es lo que ha permitido que las empresas químicas ya estén un 18% por encima del nivel de producción previo a la crisis. Ya en 2011 teníamos los mismos niveles que en 2007”, subraya. El director general de Feique subraya que se están produciendo crecimientos importantes en todos los segmentos, como polímeros, composites o aislamientos térmicos para la construcción. “China se está adaptando a los estándares internacionales, pero Europa sigue siendo nuestro mayor mercado, con un 60% del total, porque el consumo sigue siendo muy alto”, recalca.

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Lo que ha cambiado con respecto a otros episodios es que el fuerte repunte de la demanda externa está permitiendo trasladar el alza de precios del petróleo. A ello, según Labat, también ha contribuido las previsiones de organismos internacionales como la Agencia Internacional de la Energía o la OPEP, que descartan que se puedan producir rebotes bruscos en el precio, tal y como sucedió en 2008, y que la cotización internacional no subirá en ningún caso de 60 dólares. En el inicio de la crisis económica, el precio del barril de Brent pasó de 146,08 a 36,61 dólares (una caída del 75%) y posteriormente repuntó hasta los 126,65 dólares en los dos años y medio siguientes, una subida del 245%.

Además de las previsiones de estabilidad de precios por parte de los organismos internacionales, las buenas perspectivas de la industria del shale oil (aquella que obtiene crudo a través de la fractura hidraúlica) en países como Argentina o Brasil, hacen prever que la cotización internacional del petróleo se mantendrá sin variaciones significativas al alza. Si los productores deciden reducir la oferta para elevar los precios, estos perderán competitividad frente a los del shale oil, tradicionalmente más bajos.

Las ventas de la siderurgia crecen con fuerza por la depreciación del euro, ya que gran parte de ellas se hace en dólares

Al margen del crudo, otro de los efectos que ha propiciado el auge exportador ha sido el abaratamiento del euro. Andrés Barceló, director general de la patronal siderúrgica Unesid, asegura que el abaratamiento del euro permite a las empresas productoras vender más al exterior, ya que gran parte de sus ventas son en dólares. Frente a la industria química, cuya materia prima se ha encarecido sustancialmente en los últimos meses, las tres principales materias primas de las que se nutre la siderurgia (níquel, hierro y chatarra) se han encarecido, aunque el tipo de cambio favorable ha mitigado ese efecto. Es el caso del hierro, en el que el precio de la tonelada se ha duplicado en el último ejercicio (de 40 a 80 dólares), aunque se encuentra lejos de los 140 dólares que marcó en 2013.

La apreciación del níquel o de la chatarra ha sido más atenuada. La tonelada de níquel apenas ha repuntado levemente desde los mínimos alcanzados a principios de 2016 y la cotización internacional de la chatarra ha subido un 25% desde que tocó suelo a mediados de 2016.

El alza del acero no afecta al automóvil

El que más crece. Las exportaciones del sector del automóvil crecieron un 7,6% en el acumulado hasta febrero de 2017, por encima incluso del 5,9% que registraron el pasado ejercicio. Todo ello pese a que el acero, la principal materia prima en su proceso de producción, se ha encarecido en los últimos meses. Desde la patronal Anfac subrayan que no han tenido ninguna comunicación con un tono alarmista sobre las variaciones de precios, “por lo que estas oscilaciones estarán dentro de los habituales cambios de precios que se dan en todas las materias primas y las diferentes empresas los tendrán ya provisionados”.

Máximo de exportaciones de alimentos. Las exportaciones de alimentación siguen creciendo con fuerza (un 13,3%) hasta febrero y han situado al sector como el segundo más exportador hasta febrero, con un 17,6% del total, al mismo nivel que la automoción. A ello también ha contribuido la bajada de precios que han experimentado las materias primas alimentarias, como arroz, trigo, soja o maíz.

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