El desplome del crudo hunde las ventas de Arabia Saudí y Rusia
La cuota exportadora mundial de Rusia ha caído un 19% y la de Arabia Saudí un 36%
El acontecimiento que más ha condicionado la economía mundial en 2015 ha sido el desplome del precio del petróleo. El barril de Brent, de referencia en Europa, bajó la pasada semana por debajo de 38 dólares, un nivel que no alcanzaba desde 2008, y los expertos no logran encontrar suelo a una materia prima que inició una cuesta abajo desde el 19 de junio de 2014, cuando el barril cotizaba a 115,1 dólares.
El exceso de demanda en el mercado y la irrupción de nuevas técnicas de extracción de materiales más baratas que las tradicionales han provocado un ajuste del precio y un tsunami en el tablero de los intercambios mundiales de bienes. En esta revolución también ha jugado un papel determinante el enfriamiento de la demanda de China, el segundo mayor importador del mundo, tras EE UU, y el mayor consumidor mundial de materias primas.
Un petróleo barato beneficia a los países importadores, como España, que obtienen un importante ahorro en su factura energética, mientras que perjudica a los exportadores, que ven reducidos sensiblemente los ingresos procedentes de la venta de crudo. Un efecto que se puede constatar en los últimos datos sobre intercambios mundiales de bienes de la Organización Mundial del Comercio, correspondientes al tercer trimestre de este ejercicio, de los que salen especialmente perjudicados Rusia y Arabia Saudí. A finales de 2014 ocupaban la décima y la decimoquinta posición en el ranking de exportaciones, con un peso en el comercio mundial del 2,65% y del 1,87%, respectivamente. Nueve meses después, Rusia ha descendido a la decimocuarta posición, con un 2,17% (un 19% menos), y Arabia Saudí, a la decimoctava, con un 1,37% (un 26,3% menos). El impacto negativo, sin embargo, no se limita en exclusiva a esos países, ya que el petróleo era la partida más importante de unos presupuestos públicos que se han visto seriamente recortados.
Y una nación que ilustra el impacto negativo de ambos ajustes es España. En el caso de Arabia Saudí, un consorcio de empresas españolas se adjudicó el contrato para el AVE que unirá Medina y la Meca, que abrió la posibilidad de más obras de ingeniería civil, ahora mismo en suspenso por el desplome del crudo. En el de Rusia, los menores ingresos, unidos a la devaluación del rublo frente al euro, provocaron un desplome sin precedentes en la entrada de visitantes rusos. Entre enero y septiembre llegaron 806.386 turistas a los destinos españoles, un 36% menos.
En el otro lado, la depreciación del euro frente al dólar ha servido para impulsar las ventas de bienes a Asia y América. En concreto, las exportaciones a EE UU crecieron un 12,4% hasta septiembre y las dirigidas a China lo hicieron un 7,2%, muy por encima del 4,4% de la media registrada en los nueve primeros meses de 2015. Ese efecto compensador es el que ha propiciado que España haya mantenido casi intacta la cuota exportadora con la que cerró el pasado ejercicio. En concreto, el peso de España en el comercio mundial de bienes fue de un 1,72%, apenas dos centésimas menos que en el mismo período de 2014.
Asia gana peso frente a EE UU y la Unión Europea
China sigue dominando el comercio mundial de bienes. Entre enero y septiembre de 2015, las ventas de bienes a otros países superaron los 1,5 billones de euros, lo que les otorga un peso del 13,6% de los intercambios. Esta cifra supone un avance del 8,2% con respecto al mismo período de 2014, el nivel más alto de la serie histórica que mide la Organización Mundial del Comercio desde 2005 y abre una brecha de cuatro puntos con respecto a su inmediato perseguidor (EEUU), con un peso del 9,4%, lo que también supone un avance del 9,3%.
Otras dos potencias asiáticas (Japón y Corea), que ocupan la cuarta y la sexta posición en el ranking mundial de exportadores, también han experimentado incrementos cercanos a las dos cifras. Solo esos cuatro países han ganado dos puntos de cuota en nueve meses. En ese mismo período, los grandes vendedores de la UE (Alemania, Francia e Italia) incrementaron su peso, pero en menor medida, apenas dos décimas.
Unas cifras que muestran que el crecimiento económico va a reorientarse al Pacífico y revelan el estancamiento de las grandes economías europeas. En ese contexto, Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de EE UU en España, considera que es fundamental acelerar las negociaciones para que el tratado que liberaliza el comercio entre EE UU y la UE entre en vigor lo antes posible y sirva para que las empresas españolas puedan competir con las americanas por el mercado asiático. Estas ya se han adelantado y desde el 1 de enero se beneficiarán del Acuerdo Transpacífico, en el que hay cinco países (Canadá, Chile, EE UU, México y Perú) y siete asiáticos (Brunei, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam).