La caída del precio del barril de crudo y del euro da oxígeno al sector exportador
El sector exterior ha ido perdiendo fuelle a lo largo de los últimos trimestres hasta llevar a las exportaciones a descender un 2% entre abril y junio, lastradas por distintos factores. En primer lugar, el frenazo de los grandes socios comerciales de la zona euro, a los que se destina más del 50% de las ventas al exterior. Solo Francia y Alemania absorben el 26% de las exportaciones y la primera lleva estancada tres trimestres mientras el PIB alemán cayó con fuerza entre abril y junio. En segundo término, el euro se ha mantenido muy fuerte, por encima de la barrera de 1,3 dólares en los últimos doce meses, encareciendo las exportaciones españolas fuera de la zona euro. En tercer lugar, el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, ha superado con holgura la barrera de los 100 dólares en los dos últimos años, elevando el coste de las empresas intensivas en consumo de energía.
Todo ello ha provocado una tormenta perfecta en el sector exterior, el eje sobre el que se había apoyado el crecimiento de la economía española en los seis años de crisis. De aportar 1,5 puntos de crecimiento en 2013 pasará, según los últimos cálculos actualizados en el Programa de Estabilidad, a sumar 0,6 puntos este año, 0,5 en 2015, 0,4 en 2016 y 0,3 en 2017. Un deterioro que se verá compensado por la pujanza de la demanda interna que tras varios ejercicios restando al PIB, sumará siete décimas este año y llegará a 2,6 puntos en 2017.
En medio de esta debacle, el crudo y el euro, dos de los factores que más condicionan la actividad de las empresas exportadoras en España, han emprendido una trayectoria descendente que todavía no ha encontrado suelo y que puede representar un balón de oxígeno para las empresas exportadoras. El barril de Brent bajó ayer de 88 dólares, situándose en mínimos de los últimos cuatro años, mientras que el euro se cambiaba ayer por 1,26 dólares, un nivel inédito desde hace dos años. Un petróleo caro supone un obstáculo para las empresas exportadoras, ya que lo tienen que importar ante la falta de crudo en España y un euro encarecido frente al dólar supone un factor que resta competitividad a la hora de vender bienes y servicios fuera de la zona euro.
Los expertos consultados por CincoDías reciben con satisfacción esta noticia, aunque condicionan su impacto a la recuperación de los grandes socios comerciales. “Que las tres grandes economías de Europa (Italia, Alemania y Francia) estén a las puertas de la recesión no es una buena noticia y obligará a las empresas a acelerar su estrategia de salida de la zona euro”, asegura Marcel Riudavets, director de exportación de Sercobe, la patronal de bienes de equipo. Este sector es el que más exporta en España, con un 21% del total de bienes. Entre esos mercados, Riudavets destaca Marruecos, Turquía y México, “tres países que siguen funcionado a buen ritmo”. El director de exportación de Sercobe alerta del impacto negativo que puede tener en las economías del Golfo Pérsico una caída persistente del precio del crudo. “Muchos de los programas de inversión ligados a infraestructuras pueden verse recortados o cancelados”, subraya.
José Manuel Reyero, miembro de la Junta Directiva del Club de Exportadores e Inversores Españoles, augura que la debilidad de la zona euro no afectará a algunos de los sectores más exportadores, como el del automóvil, “cuyas ventas están dirigidas a segmentos medios-bajos y a países emergentes".
Dos de los tres factores que frenan la actividad
La Secretaría de Estado de Comercio realiza trimestralmente una encuesta a 2.000 empresas exportadoras para conocer las previsiones de ventas y los factores que más están distorsionando su actividad. El próximo martes sale la próxima encuesta, correspondiente al cuarto trimestre, en la que se podrá valorar si la depreciación del euro y del crudo han cambiado las expectativas de las empresas. En el anterior informe, las perspectivas a tres meses eran negativas, pero a doce meses eran positivas. Entre los factores que las compañías destacaban como los que influían de forma negativa en la actividad estaban la competencia en precios, con un 59,8% de las respuestas, seguido por el precio del barril de petróleo (42,5%) y el tipo de cambio (34,2%).
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