Las claves: Inditex demuestra que, a veces, menos es más
El gigante textil tenía al cierre de su tercer trimestre 132 tiendas menos que hace un año, y 1.947 menos que hace ocho
Inditex tenía al cierre de su tercer trimestre, cuyos resultados desgranó ayer, 132 tiendas menos que hace un año. Casi 2.000 menos que hace ocho. Sus resultados de los primeros nueve meses del año son, con todo y a pesar de este adelgazamiento, récord: 28.171 millones de euros en ventas –un 2,7% más– y unos beneficios de 4.622 millones, un 3,9% más que hace un año. La estrategia del gigante textil presidido por Marta Ortega confirma así el viejo axioma de que, a veces, menos es más.
Menos tiendas para una mejor web, primero, y menos tiendas, pero mejores (o más exclusivas, menos homogéneas). La dieta milagro de la compañía convence a los mercados, que han llevado la cotización del grupo gallego a cerca de sus máximos, y parece tener aún recorrido, a juzgar por las palabras de sus dirigentes durante la presentación. Los retos a futuro pasarán por saber invertir todo ese dinero ganado para seguir siendo productivos pero, sobre todo, para protegerse de feroces competencias. En el textil nunca faltan candidatos, ya sea en casa o al otro lado de todos los charcos.
El recibo de la luz tampoco dará tregua el año que viene
Vienen subidas de precios en los servicios básicos a partir del 1 de enero, y es probable que también afecten a la factura de la luz. Aunque el coste de la energía como tal puede bajar el año que viene (al menos para los clientes de la tarifa regulada y los electrointensivos), según los mercados de futuros, los cargos y los peajes subirán de forma notable: un 10,5% y un 4%, respectivamente. A eso hay que añadir el impacto de la operación reforzada que se aplica para evitar un nuevo apagón. En los últimos años, los españoles se han acostumbrado a cuidar más los gastos superfluos de electricidad. No parece que vayan a tener tregua tampoco el que viene.
Todas precauciones son pocas ante la peste porcina
Los casos de peste porcina africana detectados en Cataluña han levantado una preocupación lógica. La enfermedad, aunque no afecta a humanos, es difícil de controlar, no tiene por el momento una vacuna eficaz y es extremadamente mortal para jabalíes y cerdos. O, lo que es lo mismo, supone una amenaza evidente para una industria que mueve más de 8.800 millones de euros. En países como China, mayor productor del mundo y que sufrió un brote devastador para el sector en 2019, lo saben bien. Por ello, toda medida para controlar la epidemia –incluido el cierre de granjas y la colocación en ERTE de sus trabajadores– ha de ser bienvenida. Estos brotes, además, son recordatorios de la importancia que tiene y del retorno real de la inversión en investigación.
La frase
No necesitaremos una hipoteca a 50 años si la Reserva Federal baja los tipos, lo cual creo que hará, pero creo que ha estado muy lenta e irregular en ese aspectoJoseph Lavorgna, consejero del secretario del tesoro de EE UU
Las herramientas empiezan siendo una bendición... para dejar paso a la inquietud
La llegada de una nueva herramienta a cualquier oficio suele venir acompañada de alegría, porque suele facilitar el trabajo. Esa alegría puede transformarse en inquietud cuando mejora tanto que se plantea la posibilidad de que acabe sustituyendo a los propios trabajadores, o al menos a algunos de ellos. Ha sucedido siempre, con todas las máquinas, y sucede ahora con la inteligencia artificial, en particular con la programación de software. A la larga, sin embargo, el ser humano se las suele ingeniar para encontrar nuevas tareas que no pueden hacer las herramientas. Eso sí, el tiempo de adaptación suele provocar crisis personales, que atraviesan antes aquellos que saben encontrar más fácilmente su sitio en la nueva estructura de producción.