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En las fusiones farmacéuticas, ‘América primero’

El éxito de Pfizer en la compra de Metsera frente a Novo Nordisk muestra la influencia de la Casa Blanca

El triunfo de Pfizer muestra cómo el America primero está afectando a las fusiones en la industria farmacéutica. El consejo de la biotech Metsera aceptó el viernes una oferta de 10.000 millones de dólares del grupo de EE UU, poniendo fin a una reñida batalla con Novo Nordisk. La rápida intervención de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de EE UU apunta a un panorama complicado para otros posibles compradores.

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El triunfo de Pfizer muestra cómo el America primero está afectando a las fusiones en la industria farmacéutica. El consejo de la biotech Metsera aceptó el viernes una oferta de 10.000 millones de dólares del grupo de EE UU, poniendo fin a una reñida batalla con Novo Nordisk. La rápida intervención de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de EE UU apunta a un panorama complicado para otros posibles compradores.

Pfizer acordó pagar 86,25 dólares por acción por Metsera, lo que básicamente iguala la oferta anterior de Novo. La suma se divide en dos partes: 65,60 dólares en efectivo tan pronto como se cierre el acuerdo, y el resto si los prometedores fármacos de la biotecnológica llegan al mercado. Aunque Novo tenía incentivos financieros para seguir elevando su oferta, una llamada de la FTC empujó a Metsera a los brazos de Pfizer. La biotech, que había declarado “superior” la oferta danesa, afirmó el viernes que presentaba “riesgos legales y normativos inaceptablemente elevados”.

Es cierto que Novo había adoptado un enfoque agresivo. Necesita nuevos fármacos porque la patente de la semaglutida, el principio activo de Ozempic y Wegovy, expira en 2031. Para disipar las preocupaciones sobre el escrutinio antimonopolio, ofreció adelantar una gran cantidad de efectivo que Metsera podría pagar como dividendo sin esperar la aprobación de los accionistas o los reguladores. Pfizer acusó a su rival de eludir las preguntas sobre su dominio del mercado.

Pero la FTC actuó deprisa. En una carta dirigida al consejo de Metsera, expresó su preocupación por que la estructura permitiera al grupo danés eludir el escrutinio hasta que ya se hubieran producido “daños potencialmente anticompetitivos”. Luego, hizo una llamada telefónica, lo que llevó a Metsera a concluir que los dividendos de Novo “podrían no pagarse nunca o ser impugnados o rescindidos a posteriori”. Aunque estas medidas podrían considerarse habituales para un regulador, la decisión de la FTC de aprobar la oferta de Pfizer una semana antes de lo previsto fue muy inusual. Es aún más sorprendente si se tiene en cuenta que el Gobierno está en pleno cierre. Una solicitud de comentarios al departamento de comunicación del regulador recibió una respuesta automática en la que se indicaba que no se respondería hasta que se financiara al Gobierno.

El cierre no ha impedido que Donald Trump llegue a acuerdos con las farmacéuticas. De hecho, Novo firmó uno la semana pasada para reducir los precios de los fármacos antiobesidad. Durante una reunión televisada en el Despacho Oval, Trump bromeó diciendo que tal vez el CEO, Mike Doustdar, debería darles una parte de la empresa, como le había “estado pidiendo”. Los futuros postores de las farmacéuticas de EE UU deben tener en cuenta que cualquier adquisición afrontará un test America primero.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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