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La megaoperación de centros de datos de BlackRock hiperescala las compras de la IA

Su compra de Aligned Data Centers por 40.000 millones de dólares eleva de nivel un mercado ya exuberante

La inteligencia artificial cada vez tiene más hambre. Una operación de 40.000 millones de dólares liderada por BlackRock para comprar Aligned Data Centers (ADC) a Macquarie y sus socios ...

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La inteligencia artificial cada vez tiene más hambre. Una operación de 40.000 millones de dólares liderada por BlackRock para comprar Aligned Data Centers (ADC) a Macquarie y sus socios hiperescala un mercado ya de por sí exuberante.

La adquisición de GIP en 2024 impulsó la carrera de BlackRock hacia un negocio ya en auge. Incluso antes de que ChatGPT despertara el fervor, Blackstone había comprado QTS Realty Trust por 10.000 millones en 2021, por unas considerables 25 veces el ebitda previsto para 2022. Otros compraron CoreSite o Switch, acercando los precios a 30 veces.

La operación de ADC, incluida la deuda, establece un nuevo récord en tamaño. Dadas las enormes cantidades de dinero prestado que suelen tener estas firmas, el valor del capital es menor, cercano a los 21.000 millones, según una fuente cercana. Dado que las instalaciones de servidores y sus flujos de efectivo suelen agruparse en valores respaldados por activos, gran parte del apalancamiento puede transferirse al comprador sin tener que refinanciarlo, lo que facilita la atracción de nuevos inversores y la expansión. Blackstone, por ejemplo, emitió 3.200 millones en valores respaldados por hipotecas comerciales para comprar QTS, más de lo que habría estado disponible usando la financiación tradicional para compras.

Pero, a esta escala, las exigencias son aún mayores. QTS tenía alrededor de 1,1 gigavatios (GW) de potencia disponible cuando la compró Blackstone. ADC afirma que tiene casi cinco veces más, en funcionamiento o en proyecto. Dado que solo suponía 85 megavatios cuando Macquarie invirtió por primera vez en 2018, es probable que gran parte de ella aún no se haya puesto en marcha. Dadas las dificultades generalizadas para garantizar todo, desde el equipo hasta el conocimiento operativo, GIP, de BlackRock, se unió a la firma de inversión MGX (de Abu Dabi), Microsoft y Nvidia.

Su plan AI Infrastructure Partnership prevé invertir 30.000 millones de capital, que suben a 100.000 millones con la deuda. El grupo convocado por BlackRock, aunque formidable, presenta algunas de las mismas y complejas marañas que otras redes relacionadas con la IA. Nvidia respalda al operador de centros de datos CoreWeave, así como a OpenAI, que está trabajando en una gigantesca iniciativa de servidores. GIP también se asoció con KKR para comprar en 2021 CyrusOne, otra colección de centros informáticos interconectados.

En esta etapa, la demanda de IA absorbe toda la capacidad disponible. Sam Altman, jefe de OpenAI, imagina un futuro tan voraz en cuanto al procesamiento de datos que se añadirá 1 GW de infraestructura de aprendizaje automático cada semana. Si tiene razón, es posible que las participaciones cruzadas no importen, mientras todo el mundo siga disfrutando del festín. El peligro, muy caro y probable, es una pérdida colectiva de apetito.

AMD y OpenAI

El acuerdo de OpenAI con AMD (un enorme pedido de chips a cambio de la opción de comprar el 10% del segundo), presentado el día 6, podría ayudar a contener los costes de las granjas de servidores para la IA. Solo depende de un gasto en apariencia fantástico.

Los ingresos de OpenAI y su valoración están creciendo a una velocidad increíble. También sus costes. Incluso con la ayuda de Nvidia, prevé gastar más de 100.000 millones antes de alcanzar la rentabilidad en 2029. Fomentar la aparición de un competidor más fuerte entre sus proveedores podría ayudar a reducir estos enormes gastos. AMD aún no ha llegado a ese punto. Sí, los gigantes tecnológicos están comprando sus chips, pero los de Nvidia son el estándar de referencia para el entrenamiento de nuevos modelos, donde quedarse atrás es inaceptable. El silicio de AMD es útil sobre todo para la inferencia, o la ejecución de esos modelos entrenados, una parte menos rentable del negocio. Su acción está muy por detrás de la de Nvidia.

Aun así, si AMD consigue dar el salto al entrenamiento, los beneficios podrían ser cuantiosos. Si nos remontamos diez años atrás, sus acciones superaban con creces al S&P 500, a medida que ganaba cuota en el mercado tradicional de procesadores frente a la entonces dominante Intel.

Un pedido de chips suficientes para consumir 6 GW en cinco años da estabilidad y un sello de aprobación por parte de OpenAI. Eso podría animar a otros a dar un paso adelante. Altman se lleva una parte: al fin y al cabo, unos chips más baratos también benefician a sus rivales. La opción de comprar una parte de AMD casi gratis es su recompensa. Si el negocio de este se beneficia, OpenAI captura el valor. También es, en la práctica, un descuento en las compras, solo que no perjudica al margen declarado de AMD.

Eso si funciona. La entrega de chips comenzará a finales de 2026. Los derechos de compra de acciones están condicionados a los pedidos y a la revalorización de las acciones. Además, entre el acuerdo con Nvidia y este, Altman está comprometiendo a su firma y a sus socios a comprar 16 GW de potencia de cálculo. Suponiendo un coste de 50.000 millones por gigavatio, son 800.000 millones. Eso supera con creces el flujo de caja libre acumulado previsto por el Microsoft durante el resto de la década, según Visible Alpha. El valor de mercado de AMD se disparó tras la noticia. Los inversores, al menos, ya confían en la fantasía.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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