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Viento de cola para coronar los 15.000 puntos

Será precisa la continuidad de las subidas del sector bancario, la colaboración del consumo interno y el buen hacer de las firmas de corte defensivo

Mientras la economía global lleva los últimos seis meses subida a una montaña rusa de aranceles de la que parece que aún tardará en poder bajar, el mercado ha logrado convertirse en un espectador que otea nubarrones en un horizonte más o menos cercano y hace cálculos de probabilidad sobre cuándo y dónde puede arreciar la tormenta. Con el chubasquero y el paraguas bien localizados, los inversores se están dejando llevar por lo más tangible, las cuentas trimestrales de las empresas, un tanto anestesiados por un ruido arancelario que no cesa.

La temporada de resultados está siendo un catalizador para unas Bolsas que han logrado, por ahora, salir casi indemnes del batacazo que supuso el anuncio de los gravámenes a comienzos de abril por parte de un presidente estadounidense decidido a transformar la política comercial global. Desde los mínimos anuales, el Euro Stoxx 50 avanza un 15,7%, por un 28% del S&P 500. Las cotizadas estadounidenses, comandadas por las grandes tecnológicas y el impacto de la IA, están logrando batir las expectativas y el 82% de las firmas del índice bursátil más seguido por los inversores ha logrado sorprender positivamente con sus cuentas. Menos optimismo hay en Europa, donde ese porcentaje supera por la mínima el 50%, según datos de Bank of America.

En el caso del Ibex 35, el motor sigue siendo la evolución de la banca, que, con unos resultados que baten récord tras récord, sigue liderando las alzas. El selectivo español ha logrado entrar en la liga de las grandes subidas del año al sumar un 26,4%, solo superado por el avance del Kospi. Una revalorización que permite a los analistas soñar con los 15.000 puntos, intocables desde hace más de 17 años y que a más de uno le generan una pequeña sonrisa en la comisura de los labios mientras recuerda tiempos pasados. Un recordatorio que nunca está de más: es uno de los pocos índices bursátiles que descuenta los dividendos repartidos por las empresas que lo integran. Su versión con dividendos no ha cesado de marcar máximos históricos y en el año logra un rendimiento superior al 30%.

Su coronación, eso sí, no será, apuntan los expertos, inminente, pero se antoja cercana si nada se tuerce demasiado, algo que en plena montaña rusa de relaciones comerciales no deja de ser un futurible. Para ello, será precisa la continuidad de las subidas del sector bancario, pero también la colaboración del consumo interno y el buen hacer de las firmas de corte defensivo.

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